Estas croatas resaltaron la cara femenina de Rusia 2018
En un mundo rodeado por el machismo, las figuras de Kolinda Grabar-Kitarovic e Iva Olivari destacaron en la máxima cita del deporte masculino
La Copa Mundial Rusia 2018 fue el escenario de la gesta deportiva más importante en la historia de Croacia. El país balcánico no consiguió levantar el trofeo, pero conquistó el segundo lugar y el corazón de millones de aficionados al fútbol.
Esta historia, que refleja la resiliencia de un país de 4 millones de habitantes que acaba de superar las cicatrices de su guerra independentista, no solo destacó por lo que hizo en las canchas. Fuera de ellas, el mundo entero captó la atención de dos mujeres que acompañaron al seleccionado nacional y se postularon como ejemplos de la lucha feminista por sus grandes aportes: Kolinda Grabar-Kitarovic e Iva Olivari.
Kolinda Grabar, la matriarca de Croacia
La presidenta de Croacia, Kolinda Grabar-Kitarovic, fue una de las figuras más mediáticas durante el Mundial de Rusia 2018. La confundieron con una modelo Playboy, le inventaron un amorío con su homólogo francés, Emmanuel Macron, y la convirtieron en una representante del movimiento feminista. Sin embargo, la Jefa de Estado posee un pasado humilde, con una carrera llena de logros y algunas críticas por su misteriosa relación con grupos radicales de ultraderecha.
Nació en 29 de abril de 1968 en un pueblo cercano a la ciudad de Rijeka, cuando aún Croacia era parte de Yugoslavia. En un contexto lleno de conflictos geopolíticos en su país, Grabar-Kitarovic recibió formación en Estados Unidos, para luego regresar a su país y graduarse como Licenciada de Inglés, Español y Literatura en la Universidad e Zagreb.
En 1992, mismo año en el que se firmó la independencia de Croacia, se incorporó a su primer cargo en la administración pública, al convertirse en asesora del Departamento de Cooperación Internacional del Ministerio de Ciencia y Tecnología.
Su carrera política inició en 1993, cuando se incorporó al partido conservador Unión Democrática Croata.
Para 2003, con apenas 35 años, fue nombrada ministra de Integraciones Europeas, antes de recalar en el Ministerio de Exteriores en el 2005. Durante su gestión, condujo las negociaciones para ingresar a la Unión Europea. Al culminar su paso por este cargo, fue designada embajadora en Estados Unidos entre 2008 y 2009. Luego, de 2011 a 2014 fue la subsecretaria general de diplomacia pública en la OTAN.
Participó en las elecciones presidenciales de Croacia en 2014, con una campaña marcada por una postura conservadora y nacionalista, por la cual fue señalada de xenofobia. Durante sus discursos, acusó al entonces presidente Ivo Josipovic, por actuar de forma “conciliadora” frente a Serbia y las minorías serbias en Croacia.
Con propuestas como detener el intento e introducir el cirílico serbio como segunda grafía oficial en la ciudad de Vukovar, promover la castración química de pederastas y la rehabilitación de generales retirados por sus actividades políticas, Grabar-Kitarovic obtuvo mayoría de votos en dos vueltas y se hizo con la presidencia de Croacia.
Como presidenta, las críticas por su ideal político no cesaron, sino todo lo contrario. Una foto con una bandera ustacha durante una visita a Canadá en 2016 levantó todo tipo de comentarios negativos, ya que esta organización está asociada con el nacionalismo y racismo religioso. Durante la Segunda Guerra Mundial se puso al servicio de los nazis para exterminar a judíos, gitanos, serbios y bosnios musulmanes.
Pese a las polémicas, haber viajado a Rusia con su propio dinero para acompañar a su selección mientras renunciaba a su salario el tiempo que estuviese ausente y observar los partidos como una aficionada más, con celebraciones y cánticos efusivos desde las gradas, le brindaron una importante popularidad.
Sin embargo, su notoriedad en la palestra pública fue catapultada gracias a su presencia en la final. Sin prestarle atención a la torrencial lluvia que caía sobre ella durante la entrega de medallas, Grabar-Kitarovic saludó con abrazos a cada uno de los jugadores y miembros del staff de ambos equipos que disputaron la final.
La “mujer de pueblo”, como ella misma se describió en campaña electoral, se convirtió en una figura del empoderamiento femenino. Sin discursos pretenciosos, destacó el rol de la mujer como una líder respetable y admirable.
Iva Olivari, del machismo al banquillo
Caso similar ocurrió con la mánager de la selección croata, Iva Olivari. Después de sufrir años de rechazo al estar rodeada por entornos deportivos con presencia predominantemente masculina, se convirtió en la primera mujer en sentarse en el banquillo técnico en la historia de los mundiales, por un pedido de los propios jugadores.
La “Tía Iva”, como la apoda el grupo de trabajo, tiene un extenso historial en el mundo del deporte. Inició su carrera como tenista. Una victoria a Steffi Graff – actual ganadora de 22 Grand Slam – para hacerse con el campeonato mundial Sub-14 con Yugoslavia, le permitió ilusionarse con una prometedora carrera. Sin embargo, una lesión en su muñeca, acabó con su ilusión.
Después de que Croacia proclamara su independencia y se disolviera Yugoslavia, la Federación Croata se convirtió en el órgano rector del fútbol en el país, nuevo lugar de trabajo de Olivari. Davor Suker, actual presidente de la Federación, le dio el puesto de mánager, una de las pocas mujeres que ostentan el cargo en el mundo del fútbol masculino.
Su papel es de vital importancia en el grupo de trabajo, y esa relevancia en un equipo deportivo masculino le ha hecho ganar la admiración de grupos feministas, más aún después de que habló al respecto y comentar que el fútbol necesita más participación femenina.
«Me gustaría ver muchas más mujeres dentro y fuera del césped. Podemos hacer muchas cosas. No es necesario salir a jugar para estar representadas en el fútbol. Hay infinidad de aspectos en los que las mujeres pueden intervenir para mejorar el desarrollo del fútbol», aseguró.
Las cámaras se quedaron con la figura de Olivari después del partido contra Francia. La mánager salió al campo de juego a consolar a los jugadores y felicitarlos por haberlo dejado todo.
En un mundo rodeado por el machismo, la figura femenina de estas dos ejemplares mujeres destacó en la máxima cita del deporte masculino. Irónicamente, los postales que dejó este mundial mostraron como Grabar-Kitarovic quedó desamparada bajo la lluvia, mientras el personal de protocolo en Rusia se preocupó por cubrir con paraguas a los presidentes Emmanuel Macron, Vladimir Putin, y otros directivos, todos hombres.