Esto se mueve, por Carolina Gómez-Ávila
No creo que haya quien pueda predecir hacia dónde, pero seguro que se está moviendo y, si para nadie es cómoda la incertidumbre, peor será si activa una fuerza centrífuga. Lo bueno es que acelerar la inestabilidad debe producir alguna consecuencia; cuando me doy cuenta de eso, me repito que el mejor resultado será aquel en el que ninguna de las partes quede del todo satisfecha, pero no soy ajena al vértigo.
La gira de Guaidó causó estragos en el régimen. Sin embargo, no lo tumba. Las sanciones los tienen descalabrados, pero fingen total control. Con el aval de las Naciones Unidas, Bachelet los expuso de nuevo por todo lo que ya sabemos y el mismo día, desde Viena, la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) fue demoledora.
Parágrafo 578: «En los últimos años, los grupos delictivos organizados han transportado grandes cantidades de drogas ilícitas a Europa y a los Estados Unidos desde Colombia, pasando por la República Bolivariana de Venezuela.
Para controlar ese tráfico, en particular, el tráfico de cocaína a través de centroamérica con destino a los Estados Unidos, estos grupos organizados controlan los puertos marítimos y utilizan aeronaves ligeras con las que realizan vuelos ilegales. Hay indicios de que, en la República Bolivariana de Venezuela, los grupos delictivos han logrado infiltrarse en las fuerzas de seguridad gubernamentales y han creado una red informal conocida como el «Cártel de los Soles» para facilitar la entrada y salida de drogas ilegales».
Como la JIFE dice «indicios», los más vehementes protestan sin notar que para que esa instancia se atreva a decir “indicios”, desde ese foro y en ese contexto, ya debe tener unas cuantas pruebas en la mano y otras en camino. A mí me preocupa más que diga que el Cártel de los Soles es “una red informal” porque me parece que eso implica que no tiene la jerarquía típica de esas organizaciones delictivas y eso dice mucho sobre la manera en que no podría ser contrarrestado, neutralizado o atrapado… y nada sobra la manera en que sí.
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De todos modos, el remezón se siente cuando se usan armas de guerra en las autopistas de Caracas, cuando se vociferan amenazas destempladas y se aprueban bonos apaciguadores para la población más vulnerable.
El miércoles, la Comisión Preliminar anunció a los 10 integrantes que, junto con los 11 ya existentes, conformarán el Comité de Postulaciones para presentar los candidatos a rectores, entre los cuales la Asamblea Nacional, y no el bodrío autojuramentado que junto con unos militares se apropió del Palacio Federal Legislativo, deberá elegir un nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE). Por supuesto, que la Fracción 16J, que se alineó con la mayoría parlamentaria pero para seguir obstaculizándola, salvó su voto en la aprobación de este informe y pidió ante sus ignaros seguidores activar algo imposible de activar y que deberían dejar de mencionar si tuvieran pudor; me refiero al artículo 187.11 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que es una suerte de saludo políticamente correcto al artículo 7 de la Convención de Viena para que el Poder Legislativo apruebe a los miembros de las misiones militares que, con fines diplomáticos, designen otros países en el nuestro.
Ayer, viernes, el esperpento conformado en septiembre pasado en la Casa Amarilla -el mismo que no ha hecho sino prometer liberaciones de presos políticos que no ha cumplido- anunció que le pedirá al tribunal desconfigurado que sesiona en Dos Pilitas, que declare omisión legislativa y asuma las funciones de la legítima Asamblea Nacional para designar nuevos rectores del CNE.
Las fuerzas en pugna se multiplican, lo que también las debilita. Una sola luce fuerte: la coalición democrática, la que aglutina a la mayoría parlamentaria, la liderada por los 4 partidos que jamás fueron chavistas: AD, PJ, VP y UNT y a la que se han unido nuevos y antiguos grupos políticos que comprenden la prioridad de rescatar la democracia para tener alguna opción de llegar al poder.
Y eso no es todo, la comunidad internacional no está quieta y los malandros que usurpan el poder, tampoco. Agárrense, porque esto se mueve.