¿Existió Pedro Rodríguez?, por Simón Boccanegra

¿Se acuerdan de aquel señor Pedro Rodríguez? En su momento fue presentado por el Gobierno como el primer gran trofeo en la batalla contra la corrupción. Desde hace meses está preso en la Disip. ¿Ha sido condenado? No. ¿Está sometido a juicio? Nadie sabe. ¿Era en verdad un bandido? Nadie lo ha determinado. ¿Es inocente? Tampoco se sabe. Está en el mero limbo jurídico, constituyendo una muestra clamorosa de la ineficacia de esta Quinta República, que ni adelantar un juicio puede. Cualquiera habría imaginado que su caso estaba mandado a hacer para demostrar la voluntad de combatir el robo de los dineros públicos. Que el suyo sería un juicio ejemplarizante. No ha sido así. El efecto de opinión pública ya se perdió. El caso está olvidado. Pedro Rodríguez se parece cada vez más al chinito de Recadi. No juzgarlo favorece la sospecha de que no encuentran de qué acusarlo y que todo fue una tramoya urdida para disparar por mampuesto contra Ciavaldini, que es lo que este no se cansa de decir a todo el que quiere escucharlo. Si ni siquiera han podido juzgar a Pedro Rodríguez, ¿qué podemos esperar de una investigación sobre el Plan Billuyo 2000?