Extremos que se tocan, por Simón Boccanegra

Ayer publicó el llamado Bloque Democrático un remitido de media página en El Nacional. Ya se sabe que ese es un pequeño club, algunos de cuyos integrantes fueron muy generosos apoyantes de Chávez en la campaña electoral de 1998, pero son de los que se tragan un burro con todo y enjalma y no eructan. Ese texto engrana perfectamente con los planes de Chávez de jugar a la abstención tanto en la recolección de firmas como en el posterior referéndum. Chávez dice que se prepara un golpe y los tipos del BD firman un remitido llamando a organizar la subversión. Chávez pone en duda la posibilidad del RR y los tipos del BD afirman que no lo habrá. Chávez pone en duda la solvencia del CNE y ellos también. Ambos coinciden en la siembra de escepticismo, de dudas, de temores. Ambos desmovilizan. Los dos extremos se dan la mano, se alimentan mutuamente. Si uno no conociera a estos tipos del BD, algunos de ellos famosos por un antichavismo enfermizo y paranoico, podría pensar que, en verdad, juegan para el otro equipo y que no son sino agentes provocadores al servicio de Hugo Chávez. Aunque, como muy sensatamente se decía antes, “objetivamente” lo son.