Falcón debe ganar. Al amigo Freddy Núñez, por Jorge Alejandro Rodríguez Moreno

Autor: Jorge Alejandro Rodríguez Moreno | @madrugonazo
La candidatura de Falcón es beneficiosa a los intereses generales de la oposición, y altamente dañina a la farsa electoral del régimen. Esta nueva etapa de la política venezolana, esta signada por la constatación de hechos concretos que ratifican la intención del régimen de atornillarse en el poder. Ignorar estos hechos y su impacto en la conducta ciudadana es un error. No se trata de despachar con artículos y tuits plenos de humoradas y sarcasmos fútiles, la intención, mostrada en todos los estudios de opinión, de la mayoría del país de participar en la convocatoria del 20 de mayo y de en la misma, rechazar masivamente a Nicolás Maduro.
Se trata más bien de entender que hay una nueva realidad en el país, construida a partir de la profundización del régimen de las prácticas inescrupulosas e ilegales del entramado institucional orientado a impedir el desalojo del poder por la vía electoral. Sería una enorme simpleza decir como ya se indicó, que el país quiere votar, y negarse a aceptar que esa verdad tropieza con la realidad del ciudadano negado a aceptar que su voto sea confiscado, así como la clara intención del régimen de secuestrar la voluntad popular.
Los últimos acontecimientos en esta materia son elocuentes. Primero, la elección de la espuria anc, que llevó a Smartmatic a afirmar que “al menos un millón de votos”, fueron fraudulentos. Segundo, la elección de Juan Pablo Guanipa como gobernador del Zulia y su defenestración, y tercero, la existencia de las actas que exhibe Andrés Velázquez, confirmando su condición de ganador de la gobernación de Bolívar. En los dos últimos casos, mandando muy largo al carajo la “voluntad Popular”.
Queda claro entonces para todos, una enseñanza de cada uno de estos tres casos. Del primero, de la elección de la anc, que hemos de participar y cuidar cada una de las mesas de votación, para que así el madurismo no pueda sino quedarse rondando los cinco millones de votos. Del segundo, de la elección de Guanipa, nos queda el aprendizaje que ganando por amplio margen, el CNE se ve forzado a reconocernos la victoria. Pero que una vez ganada la elección, debemos tener el temple para cobrar esa victoria y no dejarnos naricear políticamente. Y tercero, del caso de Velásquez en Bolívar, aprendimos que no basta ganar por dos o tres mil votos. Que debe ser una avalancha de votos la que sepulte al gobierno del hambre y la oscuridad.
No hay que olvidar, entre las muchas desfachatadas declaraciones de Maduro, aquella según la cual, harían elecciones solo cuando estuvieran seguros de ganarlas. Y tampoco, la reciente afirmación de Delcy Eloína, dejando claro que nunca van a entregar el control político del país. No se trata de un simple trámite burocrático, una necedad formal, tú sabes, vainas de palos. No. La oposición está obligada a seguir presionando en las condiciones electorales, u obligarlo a cometer una y otra vez, las más obscenas trampas a plena luz. Por ello no podemos dejar solo al gobierno con un circo electoral.
*Lea también: El verdadero enemigo es el hambre y el mal gobierno, por Omar Ávila
El Frente Amplio, quizá inédito en el mundo puesto que no lo integran solo partidos políticos, debe convertirse rápidamente en expresión viva, actuante, de todos los sectores nacionales, y debe trabajar aceleradamente en la concreción de una conducción política a tono con las circunstancias. Si el régimen se empeña en actuar al margen de la ley e impedir la opción electoral para superar la insoportable crisis global que padece Venezuela, el Frente debe liderar un gran debate nacional incluyendo la discusión de todos los mandatos constitucionales. Henri Falcón ha expresado con firmeza la necesidad de un encuentro de todo el espectro democrático del país en el cual el Frente Amplio ha de tener un rol fundamental.
El régimen está urgido de legitimidad electoral. La solución a la destrucción del país, un nuevo gobierno, solo se logrará si construimos una verdadera unidad nacional y mantenemos el apoyo del mundo democrático internacional. Ya han comenzado a asomarse en la comunidad internacional claras señales que un gobierno de Henri Falcón sería reconocido. Basta atender la críptica declaración de Todd Robinson (EEUU) de Semana Santa.
A todo esto contribuye la candidatura de Falcón. Él sabe bien que con las condiciones actuales se requiere del concurso de todos para ganar. Es un candidato que todos los estudios de opinión colocaron de primero (salvo Lorenzo Mendoza), que viene de ser dos veces alcalde y dos veces gobernador en Lara, y que perdió la última elección, la cual perdimos en casi toda Venezuela ¿Qué pensará el país al día siguiente, cuando de abstenernos y habiendo podido ganar hayamos contribuido a la permanencia régimen? ¿Calarse este y 7 años más de Maduro? ¿O creer que los votos que faltaron para la victoria “igual se los robaban”? Los promotores de la abstención, ¿se catapultaran a líderes absolutos de la oposición? ¿Cantarán que es espuria la elección? Y después de cantarlo ¿Qué? Creo que quienes convocan a la abstención están a tiempo de rectificar.
La gran tarea de un demócrata hoy, es trabajar por la unión y organización de ese 80% de descontentos que están urgidos de salir del hambre y la miseria. En eso está Henri Falcón, y para ello el Frente Amplio, quienes lo integran, y demás expresiones sociales de los demócratas han de asumir esa tarea con la urgencia que demanda la magnitud del desastre que padece Venezuela
Nota al Pie. Estas líneas van dedicadas a quienes como el amigo Freddy Núñez, de quien he tomado prestado casi en integridad el texto Falcón debe renunciar y quienes han pensado hasta ahora, con la mayor buena fe, que la forma de derrotar a Maduro es retirándonos. Hay sobradas razones para creer que la forma de derrotar a Maduro, es derrotándolo. Así, de Perogrullo.