Fallas en servicios básicos aviva la vulnerabilidad de condominios ante el covid-19
Aunque por lo general la cuarentena se cumple en estas comunidades, en muchos condominios ha sido imposible fijar los días para la limpieza y desinfección de áreas comunes debido a las fallas del servicio de agua
La llegada del coronavirus avivó la sensación de vulnerabilidad de las comunidades verticales. En muchos edificios o conjuntos residenciales ya los habitantes pasaban trabajo por la ineficiencia de los servicios, especialmente del agua. Ahora, debido a las medidas de cuarentena que se tomaron para frenar la expansión del virus, los vecinos sienten que la falla toca su puerta con más frecuencia y que están cada vez más desarmados para hacer frente a la pandemia.
El confinamiento no solo impide que el virus gane terreno, también estanca los cuerdos y la toma de decisiones dentro de los condominios. Los cambios económicos y de administración que urgen en algunas de estas comunidades se retrasan a medida que la cuarentena continúa.
Las ilegalidades y los abusos asechan en tiempos en los que las inconformidades no pueden ser expuestas en juntas y reuniones, por lo que las redes sociales se han convertido en epicentro de denuncias y peticiones de asesoría, pues la cuarentena parece haber dado un respiro a muchos miembros de las juntas que se ganaron el rechazo de los vecinos.
Sin agua para el combate
En el edificio Trapichito en Guarenas, estado Miranda, el agua llega a veces dos días a la semana. Desde hace algunos meses los vecinos se surten del servicio los domingos y si corren con suerte, algunos miércoles. Gabriel López, habitante de esta comunidad, afirma que el agua no siempre dura el mismo tiempo, por lo que en ocasiones el tanque del edificio no se llena y la reserva se acaba antes de que vuelvan a surtir, razón por la que el razonamiento es continuo.
En Residencias Canaima, al oeste de Caracas, la situación no es distinta. Vecinos comentan a TalCual que ha quedado a iniciativa de los habitantes de cada piso la limpieza exhaustiva para evitar brotes de la enfermedad, pero la desinfección en las áreas comunes no se ha hecho.
Para Ángeles Camacho no se ha organizado la limpieza del edificio porque los vecinos priorizan llenar sus tobos y pipotes para estar preparados para la semana siguiente; así como también lavar la ropa y limpiar sus apartamentos. El agua en esta residencia llega unas tres veces a la semana.
En la urbanización Paulo VI, en Petare, Miranda, nunca dejan de ahorrar el agua, aunque llega al menos tres días a la semana. Con el arribo del coronavirus al país vecinos de la zona llenan hasta el tobo más pequeño para no verse obligados a salir de sus hogares en la búsqueda del líquido.
Los casos mencionados son ilustrativos de las contradicciones entre el deber ser y la realidad que viven los venezolanos. Para evitar la propagación del virus, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda realizar desinfecciones de forma constante, pero Gabriel López señala que hasta ahora en su edificio no se ha coordinado un plan para desinfectar frecuentemente las áreas comunes justo por la escasez de agua. Destaca que ni la limpieza tiene un día fijo por el mismo problema en la regularidad del servicio de agua.
Sobre el tema, el fundador de procondominios.com, Rafael Ángel Viso, asegura que la falta del servicio de agua que reina en muchos condominios afecta el combate contra la pandemia, pues la mayor arma para acabar con el virus no siempre está a disposición de los habitantes. Viso destaca que condominios de los municipios Guaicaipuro, Baruta y El Hatillo del estado Miranda, llevan la delantera en las denuncias por la ineficiencia del servicio.
El mantenimiento preventivo no se hace en algunos condominios, pues a la falta de agua también se suma la carencia de combustible que se exacerba en el país. La escasez de gasolina limita el trabajo de los proveedores y compañías de limpieza o refacciones. Por esta razón, Viso afirma que en los condominios que asesora se ha intentado contactar a Protección Civil para concretar la desinfección de las áreas comunes, pero hasta ahora no se ha logrado. Cree que por la alta demanda de ese servicio la comunidades y condominios deben esperar algún tiempo.
Asimismo, detalla que a eso se le suma la fallas de electricidad, línea telefónica e internet, problemas que se volvieron parte de la cotidianidad en todos los hogares venezolanos.
Al respecto, Julio César Galea, abogado y asesor de la Cámara Inmobiliaria Metropolitana asegura a TalCual que la pandemia no ha hecho más que obligar a reforzar las medidas que se venían tomando en las comunidades verticales antes las constantes fallas con el agua, la electricidad, gas o vigilancia pública.
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Es por ello que considera que desde hace tiempo en estas comunidades las relaciones estaban reforzadas y ya se había cambiado las reglas del juegos. «En los condominios ya nos veníamos adaptando y amoldado. Lamentablemente nos habíamos acostumbrado. No era una cuarentena, pero es como si lo fuera», agrega.
Proclamados 2.0
La pandemia y las medidas para su contención han frenado los temas administrativos en los condominios, pues por el impedimento de reuniones que se estableció en el estado de alarma declarado en la nación desde mediados de marzo, no se pueden realizar las juntas para la toma de decisiones que estaban programadas para estas fechas.
«Habían juntas que ya estaban cansadas y habían programado asambleas para renovar la administración», afirma Rafael Ángel Viso, quien agrega que otro de los temas que preocupa a los vecinos es el de los protocolos a seguir para anclar los gastos comunes a la referencia del dolar.
Hasta autoproclamaciones se han presentado en plena cuarentena. Viso detalla que en medio de la pandemia integrantes de la junta o de la administración han tomado decisiones ilegales, entre ellas renovarse en el poder vía electrónica. Sin votación ni acto solemne, las notificaciones de Whatsapp dan aviso de las autojuramentaciones.
El artículo 24 de la Ley de Propiedad Horizontal señala que el administrador puede, si lo estima conveniente, convocar a una asamblea de los propietarios interesados para deliberar sobre los asuntos del condominio, y debe hacerlo cuando se lo exijan los propietarios que representen, por lo menos, un tercio del valor básico del inmueble o de los apartamentos correspondientes.
Según lo expuesto en el texto, las asambleas se celebrarán con preferencia en el inmueble y serán presididas por el presidente de la junta de condominio o la persona que designe la asamblea en caso de su ausencia. La asamblea de los propietarios no puede deliberar sin la presencia de todos los interesados, a menos que conste en forma fehaciente que todos han sido invitados a la reunión con tres días de anticipación, por lo menos.
El mencionado artículo establece que «si a la asamblea no concurriere un número de propietarios suficientes como para tomar el acuerdo correspondiente, se procederá a realizar una nueva consulta por los medios indicados en el artículo anterior y la decisión se tomará por la mayoría establecida en el primer aparte del mismo».
Apuesta a la confianza
En medio de la cuarentena, solo a quienes laboran en sectores priorizados como la salud, servicios básicos, alimentación, telecomunicaciones, seguridad y medios de comunicación se les permite trabajar, lo que ha llevado que muchos hogares hayan visto caer de forma alarmante sus ingresos.
Sobre este tema, y tomando en cuenta que muchas familias no podrán cancelar las respectivas cuotas de condominio, consultado sobre si se ha asomado la posibilidad de otorgar prórrogas para el pago, Julio César Galea, de la Cámara Inmobiliaria de Caracas, señala que la situación ha hecho que los condominios reorganicen su convivencia para establecer nuevos acuerdos entre las partes.
Asevera que con la situación se reactivó la confianza en la palabra, por lo que en caso de que una persona no pueda pagar el condominio en alguna ocasión, se llegará a acuerdos con sus propios vecinos para cancelar cuando sea posible.
Con esto coincide el representante de procondominios.com, Rafael Ángel Viso, quien enfatiza que desde el punto de vista económico todos los propietarios se han visto afectados por el cese de las actividades y con ello se vislumbra un aumento en la morosidad; razón más que válida para que los vecinos lleguen a convenios de pago.
Ambos especialistas coinciden en que en la medida que las juntas de condominio se apeguen a lo establecido en la Ley de Propiedad Horizontal, se reduce el riesgo conflictos entre propietarios.