Falta de mantenimiento en sistemas de agua mantiene secos a los venezolanos
En el marco del Día Mundial del Agua, conmemorado desde 1992 por decreto de Naciones Unides, la Facultad de Ingeniería de la Universidad Central de Venezuela realizó un foro con especialistas en gestión de agua, para discutir a cerca del abordaje que debe dársele a la crisis hídrica en el país y cuáles son los factores que inciden en ella
Venezuela tiene agua suficiente para abastecer a toda su población, pero la falta de mantenimiento en sus sistemas hídricos se lo ha impedido y, más bien, ha causado escasez en las regiones con mayores precariedades.
A esa conclusión se llegó en el «Foro Día Mundial del Agua» –organizado por el departamento de Ingeniería Sanitaria y Ambiental de la Universidad Central de Venezuela (UCV)–, en el que
también se incluyó al desmantelamiento institucional de los organismos encargados de la distribución y planes de agua como uno de los factores que influyen en la crisis hídrica nacional.
Jesús Ollarves Irazábal, abogado y doctor en Derecho, resaltó que aunque existen múltiples recursos jurídicos para reclamar el derecho a este recurso y al saneamiento, la falta de Estado los convierte en letra muerta.
Por ello consideró que lo único que le queda al venezolano es «hacer el ejercicio de la exigibilidad» a través de las municipalidades y la sociedad civil organizada, siendo ONG y líderes comunitarios actores claves para lograrlo.
«Si analizamos los informes de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, desde 2009 hasta nuestros días hay falta de adecuación de políticas públicas para el tratamiento de aguas residuales» (…) entonces la crisis es mayor no porque no esté bien distribuida (el agua), sino que no llega el agua porque se pierden 5.400 litros por segundo por la falta de mantenimiento de los sistemas», señaló.
Datos de la ONG Aguas Sin Froteras lo corroboran: la capacidad instalada de infraestructura de acueductos en Venezuela, incluyendo embalses, plantas y sistema de tuberías, logró alcanzar una disponibilidad de 350 litros de agua potable por persona por día. Sin embargo, «como producto de la desinversión y la falta de mantenimiento, el sistema fue sometido a un prolongado deterioro que debilitó sus estructuras y funcionamiento.
Todo esto ha generado problemas colaterales asociado a la salud y a enfermedades «de transmisión hídrica», es decir que tienen que ver con la calidad del agua de consumo y uso humano, señaló David Mauricio Flores, doctor especialista en infectología, egresado de esa casa de estudios.
En su ponencia «Agua: ¿fuente de infección o fuente de salvación», recalcó que en el país han reaparecido enfermedades asociadas a la poca salubridad y agregó que lograr controlarlas ha sido difícil porque para contener los focos infecciosos debe haber agua disponible para todos.
En ese sentido, pidió implementar medidas caseras de potabilización de las aguas, tanto a nivel familiar como comunitario para que al menos la que se va a usar para consumo sea «aceptable» y así evitar enfermedades.
«Mientras más irregular sea el sistema de agua, menor es la garantía de que sea potable», sentenció.
Justo eso señaló el presidente de la Asamblea General de la ONU, Csaba Körösi, durante la Conferencia del Agua de la ONU que se esta llevando a cabo esta semana, con, sede en Nueva York. Esta, por cierto, es la primera cumbre de este tipo en casi medio siglo.
«Hoy tenemos una crisis global de agua. Tres formas de desastres del agua han creado un desastre humano: demasiada agua se cobra vidas, la escasez de agua frena un desarrollo humano digno, un agua demasiado sucia amenaza nuestra salud y la naturaleza de la que formamos parte«, resumió Körösi.
Ese evento de Naciones Unidas inició este miércoles 21 de marzo y se extenderá hasta el viernes 23. El principal llamado de esta reunión – que agrupa a diferentes representantes de Estado, empresarios y organizaciones civiles– es a actuar urgentemente para proteger los recursos hídricos con los que se cuenta actualmente y lograr que toda la población mundial tenga acceso a agua y saneamiento adecuados, que es uno de los objetivos de sostenibilidad contemplados en la Agenda ONU 2030.