Falta un poquito menos, por Xabier Coscojuela
Hay que evitar cualquier atisbo de violencia. No nos extrañaría nada que dentro de la agenda del PSUV esté la promoción de disturbios, que le podrían servir al Gobierno para suspender un revocatorio
Autor: Xabier Coscojuela
Los ciudadanos dieron otro paso adelante a partir del pasado miércoles. Con estas firmas que se comenzaron a recoger se supera una de las trabas inventadas por el Consejo Nacional Electoral para hacer más difícil a los venezolanos ejercer sus derechos políticos como el referendo revocatorio, en este caso, del presidente de la República, Nicolás Maduro.
El país vive en gran tensión. Esta semana los saqueos, protestas y manifestaciones provocadas por la escasez, el desabastecimiento, el irresponsable manejo de la crisis eléctrica y los consecuentes apagones, la falta de agua, se incrementaron en todo el país y en algunas de ellas se desató la violencia.
Esa tensión que se vive en el país se había incrementado ante la actuación irresponsable que venían mostrando Tibisay Lucena y las otras tres militantes del PSUV que dirigen el ente comicial. Habían venido burlándose de los representantes de la MUD quienes realizaron todas las gestiones necesarias para convocar al soberano.
Sin embargo, algún resquicio de sensatez todavía existe en el seno del Gobierno, desde donde ordenaron a Lucena y su combo que entregaran la planilla que impusieron para poder recolectar las firmas que permitirán constituir la asociación de ciudadanos que posteriormente se encargará de recoger la rúbrica de 20% de los inscritos en el Registro Electoral para convocar definitivamente al referido referendo. Una carrera de obstáculos.
En esta jornada que se inició el pasado miércoles, los ciudadanos le dieron un contundente mensaje tanto al Gobierno como a algunos sectores opositores. Expresaron claramente que quieren resolver las diferencias políticas existentes por vías democráticas, pacíficas y constitucionales. Que quieren ser protagonistas de las mismas. Que no están dispuestos a salir a la calle a acompañar cualquier aventura. Los guerrilleros del teclado siguen sin tener eco. Afortunadamente.
A este paso se pudo haber llegado antes si los diferentes factores que existen en el seno de la MUD no hubieran tratado de imponer, cada uno de ellos, su criterio. Desde aquí siempre creímos que el revocatorio era la vía menos difícil para salir de Maduro.
El camino que falta por recorrer todavía es largo y estará lleno de trabas. Sabemos que las reglas del juego pueden ser cambiadas en cualquier momento. Con este Gobierno y su ministerio electoral todo es posible.
Si estuviéramos en un juego de beisbol, Lucena y sus compinches decretarían que cuando batea la oposición el inning se cierra con un out, mientras que si lo hace el PSUV hacen falta siete outs.
Por ello la oposición debe reforzar su unidad. Nos dicen que se está avanzando en ello. Dejar de lado las diferencias que puedan existir y concentrarse en lograr el objetivo trazado.
Hay que evitar cualquier atisbo de violencia. No nos extrañaría nada que dentro de la agenda del PSUV esté la promoción de disturbios, que le podrían servir al Gobierno para suspender un revocatorio.
Nadie deja el poder por gusto, ni el más demócrata de los gobernantes. Menos quienes están hoy en Miraflores, quienes han demostrado fehacientemente que los votos los utilizaron para acabar con la democracia. Hoy más que nunca a este fascismo vestido de rojo hay que derrotarlo con democracia y más democracia. Con esa combinación que es calle y voto. El objetivo está más cerca.
Hay que seguir avanzando sin prisa, pero sin pausa.
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