Familias de migrantes detenidos en El Salvador piden ayuda a la ONU: No son una mercancía

Los familiares entregaron una carta, dirigida al Alto Comisionado Volker Türk y al coordinador residente de la ONU en Venezuela, Gianluca Rampolla, donde solicitan su ayuda para servir de puente con El Salvador y se permita a los migrantes detenidos comunicarse con sus allegados. Además exigieron al Gobierno salvadoreño que responde el recurso de habeas corpus introducido hace unas semanas e inicien las investigaciones para liberar al grupo
Decenas de familiares de los 238 venezolanos deportados por Estados Unidos a una cárcel de máxima seguridad en El Salvador protestaron este miércoles 9 frente a la sede del sistema de Naciones Unidas en Caracas. El grupo solicitó al organismo que extienda comunicaciones con el gobierno de Nayib Bukele para liberar a los migrantes.
Los migrantes venezolanos, provenientes de estados como Bolívar, Zulia, Portuguesa o Miranda, están detenidos en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) desde el pasado 15 de marzo, cuando fueron deportados por Estados Unidos invocando la Ley de Enemigos Extranjeros. Según el presidente Donald Trump, son «peligrosos criminales» que pertenecen a la banda delictiva Tren de Aragua, que fue declarada por su administración como «organización terrorista» en febrero de este año.
Cada familia desmiente las afirmaciones, así como su «vinculación» con el Tren de Aragua por medio de tatuajes. «Tener un tatuaje en el cuerpo es un arte, eso no es por pertenecer a ninguna pandilla. Por eso pedimos alguna respuesta, que se pronuncien las autoridades de El Salvador y den respuestas», expresó Diolimar Tiapa.
Diolimar es la madre de Franco José Caraballo Tiapa, un barbero de 26 años oriundo de San Félix (estado Bolívar). Su hijo ingresó a Estados Unidos tras hacer la ruta por la selva del Darién y estuvo detenido un año antes de su deportación en varias prisiones para migrantes.
«Los hicieron firmar un documento porque iban a deportarlo a Venezuela y nuestra sorpresa fue que apareció en una lista y que lo habían trasladado a El Salvador solo por tener tatuajes (…) Tenemos los antecedentes penales, ya lo chequearon y revisaron. Señor Bukele, ese régimen que está allá, que nos envíe una respuesta, de una respuesta al equipo venezolano», exigió.
Los familiares, a través de un bufete contratado por el Estado venezolano, introdujeron un recurso de habeas corpus ante un tribunal salvadoreño, pero no han obtenido respuesta. En la carta, dirigida al Alto Comisionado Volker Türk y al coordinador residente de la ONU en Venezuela, Gianluca Rampolla, solicitan su ayuda para servir de puente con El Salvador y se permita a los migrantes detenidos comunicarse con sus allegados.
«Ellos no son una mercancía. Pedimos una fe de vida porque nos está matando la incertidumbre y la desesperación, han pasado muchos días y no obtenemos respuesta», dijo una mujer.
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Yetzi Arteaga, madre de Carlos Andrés Cañizales, reiteró que no solo piden la libertad del grupo, sino que también se permitan las comunicaciones entre los deportados y sus familias. «Pedimos una fe de vida, necesitamos que nos garanticen que los muchachos están bien (…) No sabemos si están comiendo o no, en qué condiciones los tienen. Eso es lo que pedimos saber en estos momentos».
Arteaga espera que el gobierno de Bukele inicie las investigaciones sobre los deportados. «No estamos pidiendo otra cosa que no sea que investiguen. Si respetan el debido proceso y los derechos humanos, ya todos esos muchachos estuviesen aquí con nosotros».
Norma González, tía de Kleiver José Travieso, relató que el joven está detenido desde el pasado 17 de septiembre, cuando se entregó a las autoridades tras llegar a la frontera sur de EEUU. «Nosotros pensamos que iba directo a Venezuela, como él creía, pero resulta que nos enteramos el lunes 18 que estaba en El Salvador».
El barbero y cocinero, oriundo de Barlovento (estado Miranda), migró para ayudar económicamente con los gastos de su hermana menor, que tiene una condición especial. «Estamos en esta lucha para traerlo, es un muchacho muy sano, jamás en su vida había pisado ni siquiera una celda de acá de Venezuela por ninguna circunstancia y desde el primer momento en que llegó a Estados Unidos fue detenido. La mayoría de esos muchachos son inocentes y no tienen que estar pagando circunstancias de otros en la vida».
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