Familias zulianas reciben Año Nuevo con ausencias y distancias
Año nuevo es tiempo de reencuentros para los zulianos, así sea mediante las pantallas digitales con la videollamadas que saltan husos horarios para desear un venturoso porvenir
Los zulianos han vivido duras realidades los últimos años. Esa región es de las más golpeadas por la crisis eléctrica, la falta de agua, por el aumento del costo de la vida, la escasez de gasolina y gestiones públicas cargadas de deudas y corrupción, entre otros males. Sus habitantes entonces han optado por migrar, dentro del país o fuera de las fronteras, aprovehando además que las rutas terrestres hacia Colombia están cerca por ser un estado fronterizo.
Por eso, y a pesar de que las fiestas navideñas son sinónimo de unión familiar, alegrías y reencuentros, para los zulianos que hoy se encuentran lejos de sus hogares solo representa tristeza y melancolía.
Este 31 de diciembre son muchos los zulianos que no podrán estar reunidos en familia, la mayoría forman parte de los 7,1 millones de venezolanos refugiados y migrantes en todo el mundo. Una gran cantidad de estos zulianos viven en países de América Latina, el Caribe y Europa, otros se han quedado en Venezuela trasladando su vida a Caracas, Margarita, Valencia o Trujillo, por ejemplo, en busca de nuevas alternativas.
En Zulia la llegada de 2023 será para muchos con ausencias. Algunos aseguran que «es difícil» acostumbrarse a dar un abrazo de año nuevo a través de una pantalla de teléfono celular o de un computador. Creen que,los abrazos y el afecto humano son los verdaderos protagonistas de la nochevieja, «ese calorcito» que se percibe al momento de ese abrazo familiar no se puede plasmar en una pantalla.
«En el país donde estoy hay una hora de diferencia, siempre espero que sean las 12 allá en Venezuela, que es la hora que me importa. Cinco minutos antes me uno a la video llamada con mi hija y mis hermanos que se encuentran allá en el Zulia y mientras esperamos el conteo regresivo hablamos de la cena de fin de año y nos ponemos al día», dijo Nilda Casique, habitante de Los Puertos de Altagracia residenciada en Colombia.
Casique tiene tres años sin recibir el año nuevo con su familia. Para ella, el conteo regresivo es lo más significativo de la noche. «La familia se une en una sola voz», dijo entre lágrimas. «Desde hace cuatro años no me abrazo con mi hijo mayor y la menor de las hembras. Este año, la mayor de la hembra también se me fue del país. Ahora tengo a tres de mis hijos lejos de mi en estas fechas«, dijo Madgloris Medina, madre zuliana.
«Tengo una hija en Perú, un hijo en Barranquilla, la otra está en Bogotá. También tengo a dos de mis hermanos lejos, uno en Ecuador y otro en Margarita, tengo cinco años que no los abrazo. Mis nietos no los conozco en persona, tengo tres», agregó Medina. «Mis hijas siempre me envían dinero para preparar la cena del 31, hacemos las videollamadas un día antes para mostrarles los preparativos y el 31, diez minutos antes nos llamamos para recibir el cañonazo. Tengo la esperanza de volverles a dar un abrazo».
Con la llegada del nuevo año, las familias brindarán a ladistancia. Alejandra Pérez, residente de Los Puertos de Altagracia, explicó que la mayoría de sus familiares se fueron en el transcurso de los últimos cinco años a España. «El 31 nos comunicamos por videollamadas, además nos pasamos fotos de nuestras cenas. Por la diferencia de horas, ellos reciben primero el año nuevo y luego nosotros les llamamos. Hay oportunidades que nosotros recibimos el año nuevo y ellos se conectan para celebrar junto con nosotros y brindar», cuando en Madrid son las cinco de la mañana.
El regreso a un Zulia que va cambiando
Los cambios económicos de Venezuela, y particularmente del estado Zulia, han renovado las oportunidades de encuentros entre sus habitantes. También, la gestión de las nuevas autoridades que desde hace un año conducen la región. Por eso, no todo es tristeza para las familias zulianas, puesto que en este año muchos zulianos han regresado para pasar estas fiestas con sus seres queridos, luego de tantos años ausentes.
«Seis años teníamos sin ver a mi hermano menor, él se encontraba en Quito, Ecuador. El 17 de diciembre regresó y con él la alegría y esperanza de todos los integrantes de la familia. La usencia siempre nos pegó en el corazón, y el tenerlo con nosotros es gratificante», dijo Ana Herminia Bohórquez.
«Si decidimos regresar fue porque ya nos hacía falta estar con nuestros padres y familiares, no porque Venezuela se arregló. Claro, hay un pequeño avance, pero creo que falta mucho por mejorar», dijo Keilis Nava, una retornada zuliana.
Las familias zulianas no pierden las esperanzas de que algún día sus seres queridos puedan retornar y reunirse nuevamente para darse ese abrazo cargado de calor familiar y amor.