Fedeagro pide activar créditos para que la actividad agrícola crezca en 2023
Mientras el índice de encaje legal permanezca alto y la carteta crediticia baja, será difícil impulsar la actividad agrícola. El crédito al consumo mejoraría la capacidad adquisitiva de los venezolanos, dinamizando el flujo de ventas para los productores, aumentando en consecuencia la oferta para satisfacer esa creciente demanda
El presidente de la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios (Fedeagro), Celso Fantinel, celebra una recuperación leve del sector, pero pronostica que para 2023 no se podrá mantener sin actividad crediticia para que los productores incrementen su producción.
Para el representante del gremio, sostener los niveles de 2022 ya sería una buena noticia, puesto que hubo una buena cosecha. Pero, muchos trabajaron a pérdida por una mala comercialización, ya que el consumo en Venezuela es muy bajo debido al poder adquisitivo de la población.
«Tuvimos buenas cosechas, pero mala comercialización en el caso del maíz blanco, el maíz amarillo y el arroz. Mantuvimos los precios por debajo de nuestros costos de producción, lo que mermará la capacidad productiva de los productores», resaltó.
Esta deficiencia deja en evidencia la necesidad de la reactivación de la actividad crediticia, un llamado que han hecho empresas y productores durante los últimos dos años. No solo créditos productivos, sino incluso al consumo, con la rehabilitación de las tarjetas de crédito, para sumar una mayor capacidad de compra de los venezolanos.
Impulsar las ventas sentaría las bases para el crecimiento progresivo de la producción.
Fantinel asegura que esta solicitud ha sido escuchada por el Gobierno, que en los últimos meses se ha reunido con el sector agropecuario. Las acciones concretas, sin embargo, todavía no se aprecian.
«El Gobierno escucha. Desde el propio ministro de Agricultura (Wilmar Castro Soteldo) y la vicepresidenta (Delcy Rodríguez) con el Ministerio de Finanzas, los ministros y viceministros de Alimentación y Comercio; pero hay un problema de consumo, el venezolano no se alimenta bien ya que no tiene un buen salario», confesó en declaraciones recogidas por Unión Radio.
En meses recientes, el Gobierno ha intentado impulsar levemente el crédito anunciando iniciativas de financiamiento para productores y permitiendo la reactivación de tarjetas de crédito para un puñado de clientes en algunas entidades bancarias.
A pesar de estos esfuerzos y de un leve incremento de la cartera de créditos en 2022, la capacidad crediticia se queda corta para las necesidades del país. De hecho, la banca alcanzó su nivel más bajo de intermediación financiera, es decir, tiene la menor capacidad para prestar dinero en su historia.
*Lea también: La banca venezolana llega al nivel más bajo de su capacidad para otorgar créditos
Entre tanto, el encaje legal bancario, que obliga a los bancos a congelar una parte del dinero que reciben por depósitos de sus clientes, se mantiene en 73%.
Pese a las peticiones al Gobierno de que este índice decrezca y promesas del Ejecutivo de que bajaría progresivamente, no hay cambios en el porcentaje desde febrero.
Actividad agrícola mejoró en 2022
Según el balance del cierre de cosecha de Fedeagro, la producción de los principales rubros agrícolas del país incrementó durante 2022, generando un balance positivo con respecto a los años previos de caída.
Fantinel declaró a EFE que la producción de arroz en Venezuela aumentó este año un 118 % respecto a 2021, mientras que la producción de este cereal cerró el período en 525.000 toneladas, cuando en 2021 llegó a las 240.000 toneladas.
Así, la producción superó las expectativas iniciales del sector, que esperaba cerrar la temporada con una cosecha de 400.000 toneladas de arroz.
En 2019, con una producción de 238.650 toneladas, se detuvo la caída que venía registrando desde 2014, cuando se produjeron 1,15 millones de toneladas.
En términos generales, Fantinel aseguró que 2022 fue un año «muy bueno» para la agricultura, con una recuperación en la superficie sembrada de alimentos como el maíz y el arroz.
Asimismo, prevé que el crecimiento continúe en 2023, lo que va a «significar mayores empleos que se necesitan tanto» en las zonas rurales con actividades agrícolas.