Entrevista | Fantinel: Detención de los productores fue una agresión al gremio agrícola
Celso Fantinel, presidente de Fedeagro, calificó de lamentable e injusta la detención de los dos productores acusados de boicot. Expresó que los hechos que antecedieron a esta «arbitrariedad» fue causada justamente por problemas generados por el propio Gobierno, debido a la falta de gasolina y diésel. Aseguró que, pese a la agresión, se mantienen las reuniones con funcionarios para dar solución a las dificultades que enfrenta el gremio. Destacó que, pese a las limitaciones y obstáculos del sector agrícola, los supermercados y las ventas de hortalizas y frutas «a cielo abierto» permanecen abastecidos
La detención de dos productores andinos que grabaron en video el momento en el que desechaban varios kilos de hortalizas, algunas en estado de descomposición, fue el desenlace de una cadena de eventos y situaciones adversas, que va más allá de la falta de combustible, y que por años han enfrentado 25.000 productores, desde el momento en el que inicia la temporada de siembra hasta que logran ofrecer su mercancía al alcance del consumidor.
Poco poder de compra de los ciudadanos, contrabando, falta de combustible, venta de productos importados con flexibilización arancelaria, eventos climáticos, impuestos elevados, falta de financiamiento, precios por debajo de los costos de la mercancía, vías en mal estado, inseguridad, secuestros, extorsión y alcabalas policiales son algunos de los obstáculos que sortean quienes producen 70% de las hortalizas y frutas que se consumen en el país.
En entrevista con TalCual, Celso Fantinel, presidente de la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro), destaca «el heroísmo» de los agricultores venezolanos y «el gran esfuerzo» que hace el sector agroalimentario y el sector primario para continuar trabajando sin herramientas, «en un entorno económico tan difícil» y con una dolarización de facto «en un país que no está preparado para ello».
El viernes 16 de junio el Ministerio Público designó a la Fiscalía 23 Nacional en Materia de Delitos Económicos para investigar y sancionar a los dos productores que botaron sus cosechas de zanahoria y tomate por el supuesto delito de «boicot»; mientras el sector afirmaba que fue una acción de protesta por la imposibilidad de acceder al combustible para transportar los productos a los centros de distribución. Cinco días después, los productores fueron excarcelados sin ningún tipo de medidas en su contra.
Fantinel resalta que pese a la agresión contra el gremio, continúan las reuniones que sostienen con representantes de la administración de Nicolás Maduro para dar solución a parte de los retos y dificultades que enfrenta el sector agrícola.
—A propósito de la detención de los dos productores, ¿cómo se siente el gremio después de esta situación?
—Sí, es muy lamentable. Primero la solidaridad hacia nuestros productores. Nuestro gremio cúpula Fedeagro y nuestras asociaciones desplegadas en diferentes zonas del país rechazamos esta arbitrariedad.
Estos productores lo que quisieron fue mostrarle a los venezolanos, qué es lo que está pasando en sitios y zonas que no son las capitales de los estados y que hacen colas de un día, tres días o una semana para surtir combustible, y eso, depende del nivel de escasez que haya.
Hay regiones y pueblos que muchas veces las autoridades, no solo Pdvsa, sino autoridades locales, gobernadores, alcaldes, generales de las Región Estratégica de Defensa Integral (REDI) y de las Zonas Operativas de Defensa Integral (ZODI), como que se olvidan de estas zonas, dejando a pueblos agrícolas con estaciones de servicio con hasta dos y tres meses sin despacho de diésel y gasolina.
Para trasladarse a la capital de un estado a surtir gasolina son 100 kilómetros para ir y 100 kilómetros para volver. Entendamos que los productores no es que salen a pasear, los productores también utilizan esa gasolina para hacerle el mantenimiento a sus cultivos, de manera que es gasto del vehículo y un gasto en los cultivos.
Somos 25.000 productores hortícolas y frutícolas y queremos invitar al Presidente de la República, a la Vicepresidenta, a los diputados de la Asamblea Nacional y consumidores que vayan a los mercado a cielo abierto, a los supermercados para que vean el abastecimiento. Creemos que estamos muy bien abastecidos.
Entiendan que de estos pueblitos de 2.000, 3.000, 5.000 habitantes salen hortalizas para los grandes centros de consumo, que son las ciudades. 70% de la producción de hortalizas sale del eje Táchira, Mérida y Trujillo, vean la importancia que tiene para todos los venezolanos ese eje.
Más bien, esto es un problema que nos ha causado el Gobierno, en el sentido de que no tenemos una recuperación en los inventarios y distribución de gasolina.
—Además de los estados andinos, ¿en cuál otra entidad del país usted considera que la situación del combustible es particularmente grave?
—Hay que entender cómo es la topografía de esas montañas. Diferente es vivir en los llanos, en Lara, Portuguesa, Guárico, Anzoátegui y Monagas, que son más planos y es mucho más fácil los accesos, no hablamos de acceso dificultosos. Hablamos que, para recorrer 100 kilómetros puede tardarse cuatro horas, no solo por la falta de los combustibles, sino por cómo están los estados de las vías y las dificultades propias de las montañas.
Pero es un hecho que el occidente del país es el que mejor está desarrollado en ciudades, en agroindustria e industria, por lo que hay mayores consumos. A veces vemos que hay mejor inventario de gasolina hacia el oriente. A veces ocurre que los centros de distribución del oriente están más abastecidos.
He visto productores del occidente del país venir a oriente a buscar diésel, en el caso de los industriales, y es porque el oriente está menos desarrollado y tiene menos agroindustrias. Pero yo considero que, en general los estados occidentales son los que más problemas tienen de inventario de gasolina. Esta semana pareciera normal, pero la semana pasada y hace 15 días hubo drama, colas de tres días.
—¿Cómo están haciendo los productores para poder llevar su cosecha al resto del país?
—Tratando de ayudarse unos con otros. Hablamos de 25.000 productores hortícolas y frutícolas y de más de 700 millones de kilos de producción; se dice fácil pero vean la magnitud. Muchos productores optan por llevar sus cosechas a los mercados, tal vez esos son los más perjudicados, pero la red de camiones, la de transporte pesado y semipesado, se ayudan unos con otros.
Vemos cómo tratan de llegar a las capitales de estado, por eso la descomposición de los productos. Es porque un viaje que puede durar entre 12 y 18 horas, tarda hasta 36 horas. No tenemos una cadena de frío, se lo hemos dicho al Gobierno, al Ministro de Agricultura, a la gente de Pdvsa.
Tal vez Venezuela, cuando uno analiza los índices de merma de hortalizas y frutas, es la mayor en Suramérica. Se habla hasta de 30%, es porque no tenemos cadena de frío. Consideramos que debemos ser atendidos como son atendidos los otros sectores; por supuesto, entendemos el tema de atender hospitales, atender agroindustria, atender hoteles, pero queremos también que nos atiendan, y, en ese descuido, es donde se están quejando los productores.
—¿Tendrá algunas estimaciones sobre la pérdida originada por la falta de combustible?
—En Fedeagro consideramos que, ante la cantidad tan enorme de una producción de 700 millones de kilos (700 mil toneladas) de diferentes hortalizas y frutas, la mayor pérdida se está viendo en los bajos precios; el venezolano tiene un bajo poder de compra y los precios en el campo están muy deprimidos.
Hay algunos productores que cuando el precio ha disminuido se lo dan a los animales, lo incorporan al suelo. Tenemos esos dos factores: combustible y bajo poder de compra de los venezolanos, lo que también nos tiene muy preocupados.
Vemos como una cesta de tomate de 20 a 24 kilos la estaban pagando en 4 o 5 dólares; sacos de zanahorias de 50 kilos en 10, 8 y hasta en 5 dólares; las cestas de repollo de ocho kilos la estaban vendiendo en 1 dólar, y eso no cubre los costos de producción. Para producir una hectárea de tomates en la montaña son como 5.400 dólares, una de papas en 6.000 dólares; el pimentón cuesta alrededor de 6.000 dólares y la cebolla 4.000 dólares.
De manera que, cuando se habla de costos de producción, según los kilos de producción mínimo, una cesta de tomate debería de ser pagada al productor entre 14 y 15 dólares, el saco de zanahoria alrededor de 35, el saco de papa no debería bajar de 60 dólares. Entonces, baja tanto el precio y luego hay tanta oferta y bajo poder de compra, lo que hace que se vayan acumulando hortalizas en los intermediarios, en los supermercados y no haya interés de ir a comprar esas hortalizas y eso también no está haciendo daño.
Y hablamos de que la producción, sobre todo en la montaña, no es como la de los llanos en extensiones mecanizadas. Allá (en Los Andes) todo es manomático (con las manos), con bueyes. Un trabajador o un obrero en la montaña cobra 15 dólares diarios y hay que darles por lo menos, una comida. O sea, ese trabajador cuesta más de 500 dólares al mes.
En esta época invernal era cuando subían un poquito los precios de las hortalizas y el productor subsanaba la pérdidas por los bajos precios del verano, porque en verano tienen competencia con la producción de tomate, cebolla y ají que se da en los llanos. Hay algunas hortalizas y frutas que se siembran a grandes extensiones, a diferencia de la montaña, y entonces le hace competencia y bajan los precios.
Si bien es cierto, el Gobierno lanzó ese bono de alimentación de 40 dólares, pero ya en el sector privado los salarios superan hasta los 200. En nuestro sector supera los 160 dólares. Hay muchos ganaderos y agricultores que le damos tres comidas a nuestros trabajadores y ese trabajador cuesta más de 400 dólares, entonces no se vio esa subida de consumo, por supuesto, impacta también al consumo la falta de crédito, sin tarjeta de crédito, lo mismo que la producción, está un poco estancada.
Pudiéramos decir que en la agricultura 85% es a pulmón; es decir, dinero de los propios productores, del empresario, que también nos dan algo de crédito cuando nos venden el insumo, de manera que el otro 15% es el pírrico crédito bancario que hay, crédito que solamente está destinado a maíz y arroz. La cartera agroproductiva nacional está solamente dedicada hoy día para maíz y arroz.
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Extorsión en el campo
Otro de los problemas que afecta al sector productivo del país es el auge de la inseguridad en las zonas rurales del país, recientemente la Federación de Ganaderos del estado Falcón (Fegafalcón) rechazó las acciones de grupos de delincuentes en contra del sector agropecuario en la entidad.
En un comunicado, afirmaron que grupos irregulares armados mantienen aterrorizados a productores y ganaderos y que son «víctimas permanentemente de amenazas, secuestros y extorsiones».
De esta situación no escapa el sector agrícola. La ONG Fundaredes indicó en un reciente informe que los productores agropecuarios de los estados Zulia, Táchira y Apure son el principal objetivo de los grupos armados irregulares para la práctica de la extorsión y el cobro de vacuna y, poder así financiar sus actividades delictivas e implementar el control social.
—¿Cómo considera que está afectado el sector por la inseguridad en el interior del país?
—Hablaba al inicio de la entrevista que el occidente está más desarrollado y el oriente menos, por eso vemos todas estas bandas, todos estos antisociales enquistados más hacia el oriente del país. Hablamos de Aragua, de Guárico, Anzoátegui, Monagas, de Sucre ni hablar. Sigue la extorsión y ha llegado no solo a productores, ganaderos y comerciantes, sino también a cualquier habitante de cualquier pueblo, de cualquier ciudad mediana de esas regiones que nombré.
En el occidente del país, el primer lugar con este problema de secuestros, de extorsiones y robos a fincas es Zulia y luego Trujillo. La delincuencia está ligada a desempleo, y en el oriente del país hay menos industrias, menos comercios, vemos que hay menos productores. Estamos al acecho con estos antisociales del Tren de Aragua, el Tren de Guárico, haciendo desastres, su agosto; ellos creen que nosotros somos bancos, nos piden cantidades de 10 mil, 20 mil, 30 mil dólares al año y eso es un delito.
El productor no debe estar cancelando eso, pero igual las fuerzas policiales y militares no tienen para hacer patrullaje, no tienen suficientes funcionarios y ese es el drama que estamos viviendo. Realmente no ha disminuido la inseguridad y vemos a muchos venezolanos y extranjeros que se han ido de esas ciudades huyéndole a estos antisociales que mucho daño han hecho, sobre todo en la zona del oriente, en el sur de Aragua, Guárico y parte de Anzoátegui.
—Con relación a las reuniones del gremio sostenidas con representantes del Gobierno, ¿a qué acuerdos han llegado? ¿El gremio no toma la detención de los dos productores como un retroceso en las conversaciones y en los posibles acuerdos a los que se hayan podido llegar?
—No, no lo tomamos como un retroceso, sino como una agresión al gremio, al trabajo que desarrollan los productores, que es injusto, porque el problema me lo está creando el Gobierno y la Constitución es muy clara. Nosotros estamos dedicados a la producción y eso es lo que hacemos. Insisto, las hortalizas son muy perecederas y se dañan muy rápidamente, más en esta temporada que había mucho calor, más rápido se descomponen.
Hemos tenido reuniones, con la vicepresidenta (Delcy Rodríguez) que ya hizo unos anuncios, de que van a combatir el contrabando, porque eso también nos está haciendo daño al productor primario, al sector industrial formal y al sector comercial formal, porque todos esos alimentos entran sin pagar aranceles, sin pagar IVA (Impuesto al Valor Agregado), sin permiso fitosanitario. Muchas de esas hortalizas, sobre todo las semillas de papa que vienen de Colombia traen enfermedades y afectan los terrenos.
Vemos a presidentes de Colombia y Venezuela firmando acuerdos y acuerdos y, en vez de entrar por la frontera y tener un control fitosanitario, también un control de lo que entra en kilos, no lo llevamos porque todo entra por las trochas. Desde Brasil también entra harina, azúcar, aceites vegetales, proteínas animales que son falsas, de muy mala calidad. Entendamos que, si no tenemos ese control sanitario, se le hace mucho daño al ser humano.
Hay harina de maíz que no son harinas de maíz, que los mismos propietarios hasta de Colombia nos indican que ese no es su empaque, ni su tipo de harina. Hay que tener cuidado como consumidores, yo entiendo la necesidad de comprar más barato, pero nosotros tenemos el IGTF (Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras), que impacta hasta tres o cuatro veces en la cadena de valor. Tenemos los impuestos regionales, los nacionales. Entonces, cuando te comparas con Colombia, que paga 6% de impuestos en alimentos, nosotros superamos 15%. Nosotros no pagamos IVA, los consumidores no pagan IVA en la mayoría de los alimentos, entonces, el industrial no tiene como rebajar ese IVA de todos los IVA que él cancela en la cadena de valor y lo lleva a costo, que da hasta 16%.
Estamos tan deprimidos y las ventas están tan bajas, que ellos (industriales) no tienen como diluir eso, porque no están produciendo a máxima capacidad. Entiendo que hay industriales que están en capacidad ociosa y producen 30%, 40%, 60% de su capacidad instalada.
Con el Ministerio de Economía hablamos del tema arancelario, de estas firmas de acuerdos, tenemos Mercosur y tenemos el convenio Aladi, el aduanero 28, que Hugo Chávez firmó en el año 2012, cuando de Venezuela para Colombia se estaba yendo toda la producción: alimentos, insumos agrícolas, maquinarias, vehículos; pero teníamos un dólar revaluado y no hacíamos nada para cambiar eso; nos creíamos ricos y éramos realmente pobres, porque lo que hacíamos era pedir prestado, no producíamos, éramos ineficientes.
También hemos tenido muchas reuniones con este Ministerio porque están tratando de apoyar la producción nacional, pero mira qué país tenemos. Cada vez se va más gente, cada vez hay más diáspora, cada vez la industria, en vez de estar a tope, pierde y se pone en capacidad ociosa, eso es lo que vemos. Prácticamente, logramos mantener una producción nacional de alimentos bastante buena para el consumo que hay.
La Vicepresidenta nos hablaba de combatir el contrabando, apoyar la producción nacional, pero insisto, sin crédito, sin que el venezolano pueda tener una tarjeta de crédito, aunque sea con 200 o 300 dólares para gastar, va a ser muy difícil, entonces nos estancamos.
De haber crecido dos dígitos del PIB (Producto Interno Bruto) en 2022, tal vez este año el crecimiento sea cero. La esperanza ahora está concentrada en que comience la campaña electoral y que el Gobierno lance más dinero a la calle, pero lanzar más dinero inorgánico es mayor inflación, porque ese es el otro flagelo que estamos viviendo. Lo vimos en diciembre y todavía no nos hemos recuperado, solo por la inflación.
A lo mejor el propio empresario, teniendo más pulmón, pudiera transferir crédito a los consumidores de alguna manera u otra. Y ni hablar de electrodomésticos, de vehículos nuevos, ni de tractores nuevos. Para un agricultor comprar un tractor nuevo tiene que trabajar 20 años.
Es muy difícil cuando vas a otros países, a la misma Colombia y al mismo Brasil, les dan crédito a cinco años y la tasa de interés de 2% o 3% y nosotros aquí lo que tenemos es contado, todo es de contado. De manera que, es muy complicado llevar adelante la actividad económica, estamos muy limitados en lo tecnológico, en empaques, en industrializar las hortalizas, en empaquetarla, congelarla; estamos muy lejos de eso.
—Son muchas reuniones con el Gobierno y se observa que no se toman en cuenta las solicitudes o recomendaciones del gremio agrícola, sino también con el resto del sector privado.
—Hay que seguir remando y trabajando con el Gobierno, con la Vicepresidenta, con Ministerio de Economía Productiva, que son muy profesionales, hay que decirlo, no son políticos puestos a dedos; son muy profesionales, muy técnico lo que están haciendo.
Estamos convencidos de que con tomar decisiones acertadas en la cadena de valor, pudiéramos ofrecer a los venezolanos mejores precios en los alimentos y tener competitividad. El campo, el sector primario, sufre los embates del clima, sufre los embates de enfermedades, de plagas, de malezas y eso hay que tomarlo en cuenta.
En Venezuela, 17 estados dependen de la agricultura o la ganadería, de manera que Venezuela sin el petróleo dependerá de la agricultura, la ganadería. Venezuela tiene todas las posibilidades de autoabastecerse 100%, solo deberíamos importar trigo, pero tiene un futuro enorme para la producción de alimentos.
La Vicepresidenta hablaba de que los que vienen de visita a Venezuela se quedan locos porque consiguen de todo, y la respuesta que hay que darle es que con un dólar reevaluado, un producto que entra sin pagar arancel, sin IVA, puerta a puerta, prácticamente ni siquiera paga gastos aduanales; ese producto sin inflación, porque en los países de origen a lo mejor la inflación es de 1% y 2%, mientras aquí en Venezuela llega a 500% anual, por supuesto que ese producto importado es regalado.
Pero quien genera empleo somos nosotros los agricultores, los ganaderos, los agroindustriales, los industriales, los comerciantes, el sector hotelero, el sector turismo, el sector construcción, todos los sectores generamos riqueza dentro del país.
Nosotros nos quejamos cuando nos debemos quejar, en este caso nos metieron preso los productores ilegalmente, pero sí estamos generando propuestas para seguir produciendo más y generar también riqueza a lo interno, porque creemos en Fedeagro que, generando riqueza interna, a mayor producción en estos 17 estados agrícolas, vamos a parar esta espiral de inflación que mucho daño le hace el país.
Es un gran esfuerzo el que hacemos los agricultores venezolanos; somos unos verdaderos héroes en el sentido de que, sin crédito, sin carreteras, sin vías, sin combustible, seguimos produciendo el alimento de todos los venezolanos. Fedeagro trabaja para organizarlos (agricultores), pero básicamente el sector agroalimentario y el sector primario están haciendo un gran esfuerzo por vender y sin crédito. Ningún país sobrevive a una crisis sino tiene el crédito bancario.
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