Fiebre de goles, Simón Boccanegra
Arrancó el Mundial. El más grande espectáculo deportivo y mediático del planeta ocupará la atención de millones de terrícolas durante todo un mes. Un lapso durante el cual buena parte de las crisis en casi todos los países quedará entre paréntesis, mientras los competidores dirimen a patadas (al balón y una que otra vez a la espinilla) la supremacía mundial. Entre nosotros, aunque la cosa está muy peluda, el interés por los juegos producirá un break y como somos tan safriscos viviremos vicariamente la pasión del fútbol a través de Brasil. Al menos, este minicronista se mantendrá fiel a la camiseta amarilla, mientras Richard Páez hace el milagro de llevar la vinotinto al próximo torneo. Y dejo esta croniquita hasta aquí porque Senegal acaba de hacerle un gol a Francia y, campeón de causas perdidas, me voy a pujar para que esa mínima ventaja se mantenga hasta el final. Por lo demás, dentro de un mes veremos cómo van los Medias Blancas y cuántos goles llevará Magglio Ordoñez. ¿Dije «goles»? Quería decir jonrones, obviamente.