Fiscal maleta, por Teodoro Petkoff
La genial investigación que adelanta Isaías Rodríguez sobre la maleta viajera se ha reducido hasta ahora a solicitar a las autoridades argentinas los datos de sobra conocidos: que si de dónde salió el avión, que por dónde pasó, que cuáles son los nombres de los viajeros, que si Antonini llevaba la maleta, que cuál era el color del caballo blanco de San Martín, etc., etc. En fin, nuestro poeta ramplón, personaje sacado de La Celestina, está aplicando la misma táctica que utilizó con Anderson: volver el caso un “cangrejo”, no investigar realmente nada y seguir tapareando la responsabilidad de los peces gordos “endógenos”. Es una falta de respeto a la inteligencia de los venezolanos comportarse como si este fuera un asunto exclusivamente argentino y que correspondería sólo a las autoridades de aquel país “llegar hasta las últimas consecuencias”.
Pero la verdad es que este es un guiso en el cual, además de los pillastres del chulo Kirchner, sus principales protagonistas son algunos funcionarios de Pdvsa y un importante grupo económico de la oligarquía bolivariana, de la boligarquía. Está claro que un joven de apellido Uzcátegui era uno de los pasajeros del avión fletado por “Enfarsa” (como le dicen en Argentina a esa supuesta empresa energética, creada para los guisos del kirchnerismo con Pdvsa), está claro que este chamo es hijo del vicepresidente de Pdvsa. ¿Cómo es posible, entonces, que ni él ni su padre hayan sido citados ante la Fiscalía?
Está claro también que el gordo Antonini está estrechamente vinculado a la empresa petroquímica Venoco. ¿No es de cajón pedirles a los dueños de esta empresa que esclarezcan sus lazos con “la mula” Antonini? Claro, es de cajón para cualquier fiscal decente, pero no para quien tiene la misión de echarle tierra a ese chanchullo.
Una investigación seria tendría que establecer la naturaleza de las actividades y las relaciones de Diego Uzcátegui, vicepresidente de Pdvsa. Una fuente de cuya de credibilidad en materia petrolera y financiera que, en principio, no tenemos por qué dudar, nos informó que a través de Uzcátegui padre Venoco logró acceso privilegiado a la materia prima para los lubricantes (base para lubricantes) producida por Pdvsa, y que con esa ventaja comercial non sancta ha penetrado exitosamente los mercados suramericanos de la costa del Pacífico. Encima, dice la fuente, Pdvsa emite bonos a 2150, y Venoco compra y coloca en el mercado paralelo a más de 4000. ¿Esto será verdad? Porque si lo fuere, podría establecerse de donde salió la plata y para quién era. Si A es igual a B y B es igual a C, A y C son iguales.
Antonini es de Venoco, Venoco se beneficia de Uzcátegui padre, Uzcátegui padre es presidente de Pdvsa-Argentina, Uzcátegui hijo viaja con Antonini a Argentina, acompañado de funcionarios de Pdvsa y de algunos gangsters argentinos, entre otros, Uberti, mano derecha de De Vido, guisador en jefe de Kirchner.
Demasiadas casualidades juntas como para aceptar que haber renunciado a Uzcátegui padre cierra el caso.
De todos modos, ahí le dejamos eso al poeta ramplón, para que sepa qué otras huellas tiene que borrar —si es que ya no las borró—.