Fracaso de Operación Gedeón no deja margen para más errores de Guaidó
Con el fracaso de la Operación Gedeón, Guaidó está en el ojo del huracán. El politólogo Óscar Vallés señala que, aún cuando Guaidó no estuviera vinculado con la puesta en escena del plan, el atajo fue manejado como opción. mientras que para Luis Salamanca la fallida incursión fue una acción desesperada
El fracaso de la Operación Gedeón deja al presidente de la Asamblea Nacional (AN), Juan Guaidó, sin margen para más errores políticos. Aunque Juan José (JJ) Rendón, asesor de Guaidó, señaló que el líder opositor solo conoció del plan develado por el gobierno de Nicolás Maduro, llueven las dudas.
Guaidó, reconocido por 60 países como presidente interino, está en el ojo del huracán después de las infidencias de Rendón a varios medios internacionales. Las afirmaciones y los intentos de Rendón por exculpar al dirigente no logran esquivar la desconfianza, ni alejan los efectos del chaparrón.
“Los señalamientos del señor Rendón sobre Guaidó abren dos grandes líneas de análisis. Lo primero es la consideración sobre la real participación de la oposición de Guaidó en este engorroso asunto, lo cual enturbiaría las relaciones del líder con la comunidad internacional, sobre todo con sus países más cercanos de la región. Lo segundo, es que de ser cierta la vinculación con la Operación Gedeón, se pone en grave peligro a su grupo más cercano y se compromete la credibilidad de la oposición venezolana en buscar salidas democráticas”, enfatiza el politólogo Óscar Vallés.
El analista señala que el terreno de la fuerza y de la violencia es el campo en el que se ha medido la revolución bolivariana. Pero, advierte, que tanto la ciudadanía como los países que han acompañado a Guaidó en la búsqueda por la transición en Venezuela apuntan a salidas democráticas a la crisis institucional.
Asimismo, Vallés pone sobre la mesa el hecho de que, aún cuando Guaidó no estuviera vinculado con la puesta en escena de la operación, el atajo fue manejado como opción. Señala entonces que el acercamiento a la tentativa trae a colación muchos errores, pero especialmente la Operación Libertad del 30 de abril de 2019.
El politólogo indica que en este momento la credibilidad de Guaidó es mitad-mitad: la mitad del país ve como negro lo que dice, y la otra mitad lo ve como blanco.
Desechar la fuerza
Sobre la cadena de errores de Juan Guaidó, el politólogo Fernando Spiritto refiere algunos eventos como la falta de una estrategia electoral, la presentación de promesas que no se pueden cumplir, los problemas internos dentro de la oposición, el 30 de abril de 2019 y las debilidades en el liderazgo opositor.
«Con la Operación Gedeón se ha hecho un daño muy grave, gigantesco a lucha de la oposición. Este evento afecta su imagen nacional e internacional. La posibilidad de que se evaluara un plan de este tipo, como señala JJ Rendón, significa que las estrategias políticas propiamente dichas no tuvieron prioridad, y se recurrió a una salida por la fuerza. Se prueba el fracaso total de la estrategia», señala Spiritto.
El analista enfatiza que el fracaso de la presunta incursión debe hacer entender a la oposición que el camino no es por la vía de la fuerza. Cuestiona los eventos del 3 y 4 de mayo, a los que califica como «una chapucería militar».
Añade que la situación política opositora no puede ser peor, sin capacidad de movilización y con fallas y errores de liderazgo. En ese sentido, Fernando Spiritto puntualiza que urge un cambio de timón, «o habrá chavismo para rato».
Coincide con Vallés en que las dudas sobre la Operación Gedeón pudieran no ser bien vistas por Estados Unidos y Colombia, grandes aliados de Guaidó. Ambos países, además, han sido vinculados por el gobierno de Maduro con el fallido plan.
Gedeón genera interrogantes
El politólogo Óscar Vallés expresa que mientras sobre Guaidó recae la sombra de la duda, el gobierno busca un nuevo acomodo. Recuerda que Maduro y sus funcionarios han vendido su verdad de los hechos bajo el eje de una supuesta incursión.
«Las dudas sobre la Operación Gedeón implican un grave retroceso para Guaidó y la lucha opositora. Al mismo tiempo, esta situación se suma a la preminencia que ha tenido la revolución durante la cuarentena y además se pone el riesgo el futuro opositor», esgrime.
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Vallés pone sobre la mesa una interrogante: «¿Queremos seguir bajo un liderazgo que no escatima en explorar atajos como los del evento del 3 de mayo? Es cierto que Guaidó ha tenido un respaldo amplio y es el opositor de mayor reconocimiento y aprecio internacional. Pero, con este acontecimiento, los venezolanos estarían considerando sí, efectivamente, el futuro democrático dependerá de éste o de otro actor político a futuro. El tema aquí es que los liderazgos tienen un desgaste, un límite y una caducidad».
Para Jesús Seguías, director de Datincorp, Juan Guaidó no puede darse el lujo de una equivocación más. No puede asegurar que Guaidó haya participado formalmente en la Operación Gedeón, pero a partir de lo dicho por JJ Rendón, cree que quizá el dirigente «estuvo enterado de la operación pero sin correr el riesgo».
En todo caso, Seguías indica que con este evento se evidencia que el presidente de la AN «no está preparado ni política ni emocionalmente para la negociación planteada por Estados Unidos en marzo de este año. No puede haber una nueva equivocación, Juan Guaidó debe enfocarse en el objetivo de negociar y que se olvide del todo o nada, centrarse en negociar sin tantas condiciones previas ni insistir en el cese de la usurpación porque esto entorpece el proceso, toda negociación implica concesiones de ambas partes. Esta puede ser su última oportunidad».
El director de Datincorp no vislumbra que se trunque el apoyo internacional a Guaidó, por cuanto existen compromisos que califica como sólidos.
Cadena de equivocaciones
El politólogo Luis Salamanca no se detiene en valorar los hechos el mar de confusión en el que navega la Operación Gedeón. Destaca que el gobierno de Nicolás Maduro trabaja en imponer su verdad sobre los hechos, pero no incluye el parte de las posibles bajas o heridos de su sector en los eventos de los primeros cuatro días de mayo de 2020. A estas versiones, enfatiza, se suman las dadas por JJ Rendón, los actores o presuntos incursores, así como medios de comunicación y periodistas.
«Esta acción señalada como la Operación Gedeón es un nuevo intento fallido y comparte con otras acciones del pasado una serie de características. Se ve que fue una acción desesperada, atropellada, desordenada, sin suficiente inteligencia militar y policial y que termina pues arrojando muchas dudas coyunturales sobre la vía. Este tipo de instrumento o de acción para buscar un cambio político no sería un golpe de Estado, ni una invasión extranjera pero sí una acción mercenaria porque habría un pago. La exculpación que Rendón hace de Guaidó no hace más que enredar más todo este asunto», esboza el politólogo Luis Salamanca.
El analista indica que es cuesta arriba saber exactamente cómo ocurrieron los hechos pese a que hay historias periodísticas que parecieran muy hilvanadas. Agrega que sobre Juan Guaidó recaen los señalamientos porque su estrategia ha sido múltiple.
Salamanca reconoce que la lucha democrática en Venezuela ha sido dura porque «el régimen se cerró en banda y se apropia ilegítima del poder mientras el país sigue hundiéndose».
Asimismo, el politólogo subraya que la base de sustentación de la lucha de Juan Guaidó se le da la Constitución y su carácter de presidente del Poder Legislativo. Agrega que aunque en 2020 la oposición ha tendido a estar desmovilizada, el aval internacional al líder se ha mantenido. «Hasta ahora, pese a que no se han sumado más países, se mantienen los 60 que lo respaldan. Esto contrasta con el escenario interno, en el que Guaidó ha perdido momentum, impulso, relevancia», resalta