¿Fracasó Jimmy?, por Simón Boccanegra
La gestión de Carter ha abierto una posibilidad para que después de la marcha de mañana (si todo sale bien) la oposición organizada corra o se encarame. Su rechazo a un primer contacto con el gobierno la dejó malparada, aunque es de suponer que fue un riesgo que asumió, para no introducir «ruidos» en la marcha. Pero la mesa está servida y hubo avances concretos que sensatamente no se pueden desestimar y que deben ser desarrollados. Porque la posibilidad de que ahora sí haya un diálogo entre los interlocutores verdaderos ha progresado. Carter logró que el gobierno reconociera que es con sus adversarios con quienes tiene que sentarse a hablar. Más aún, según Carter, el gobierno va a reconocer a la CTV y a suspender esa necia disputa sobre la legitimidad de Ortega. Estos son pasos significativos. Si los partidos quieren que el país tome en serio sus afirmaciones de que desean salidas pacíficas y democráticas a la crisis, van a tener que decidir si hablan o no con el gobierno. Bueno, amanecerá y veremos.