Francotiradores virtuales, por Simón Boccanegra
Ayer, en la Asamblea Nacional, el general Vietri Vietri, ex comandante de la Casa Militar, demolió uno de los mitos que con más empeño había cultivado el talibanismo oficialista atrincherado en el Parlamento: el de tres francotiradores del escualidismo, detenidos por el pueblo, entregados a los militares de Miraflores y cuya libertad habría sido ordenada al día siguiente por Pedro Carmona. Pues bien, de acuerdo con Vietri Vietri, nunca ocurrió tal cosa y los tres detenidos que estuvieron en manos de Casa Militar fueron «un ebrio que no sabía dónde estaba parado» (eufemística manera de denominar a un borrachito), «un perrocalientero y un transeúnte que venía de Caricuao». El mismo viernes fueron liberados por la Casa Militar, una vez comprobado que no portaban armas, y atendidas las magulladuras que les habían causado sus captores. Después de esto, se entiende por qué Pedro Carreño, picado por la liquidación de uno de sus argumentos favoritos, acusó a Vietri Vietri, ahora director de la Academia Militar, nada menos que de connivencia con los golpistas.