Fraudulentos ayer, hoy y siempre, por Xabier Coscojuela
Hoy hace un año se instaló la fraudulenta Asamblea Constituyente. Fraudulenta porque su convocatoria no fue una decisión del pueblo venezolano. Fraudulenta también por la forma en que fueron elegidos sus integrantes, con un sistema electoral que le garantizaba a la minoría ser mayoría, fraudulenta porque su objetivo fundamental fue anular a la Asamblea Nacional elegida por 14 millones de venezolanos cumpliendo, a pesar del Gobierno y de las cuatro rectoras chavistas del Consejo Nacional Electoral, con lo establecido en la Constitución.
Su actuación durante todo este año ha sido una confirmación de que el fraude es continuado. A diferencia con la que fue convocada en el año 1999, en esta oportunidad todavía no se sabe cuál es el contenido de la nueva Constitución. No se ha producido ni un solo debate sobre el tema. Realmente, en esa constituyente, no se ha producido un solo debate sobre nada.
Han pretendido asumir las funciones de la Asamblea Nacional. Han aprobado leyes, recibido el presupuesto, emitido acuerdos sobre cualquier tema, pero de los cambios a la Carta Magna ni una palabra. Todo lo que han hecho no les ha servido para recibir el reconocimiento que esperaban. Los gobiernos que la rechazaron en un principio, la siguen desconociendo hoy. El rechazo entre los venezolanos es abrumador, y la mayoría de los que en algún momento creyeron que pudiera tener alguna utilidad han perdido la fe.
Pregonan sus más altos representantes que la Constituyente le trajo la paz al país. Eso es falso, en primer lugar porque no hay paz en Venezuela y, en segundo lugar, porque la “paz” fue impuesta con la más violenta represión, con violaciones masivas a los derechos humanos que están siendo conocidas por organismos de justicia internacional y de las cuales el primer responsable es Nicolás Maduro.
Aseguraron que el país avanzaría gracias a la Constituyente y el retroceso es gigantesco en todos los aspectos. Hiperinflación, escasez, servicios públicos cada vez más deteriorados, inseguridad jurídica, degradación de la democracia en el país. Desde cualquier punto de vista ese ente, hoy presidido por el capitán Cabello -quien le impondrá su sello cuartelero- es un fraude para el país.
Hay que estar alertas porque los rumores apuntan a que ya tienen el texto de la nueva constitución listo, que en cualquier momento lo divulgan. Sin garantía de que vaya a ser sometido a referendo aprobatorio por parte de los venezolanos. Creemos que los sectores democráticos del país deben ponerse de acuerdo en la respuesta que habría que dar.
En todo caso, recordamos que la vigente Constitución establece que cualquier modificación a su contenido que sea hecho sin cumplir lo en ella establecido, es nulo. Desde el primer momento fue evidente que lo que pueda surgir de esta Constituyente viola la actual Carta Magna.