Fuero militar, por Simón Boccanegra

El pretexto para la cacería de seres humanos que se produjo en Kennedy fue que el sábado anterior había sido asesinado por esos lares un funcionario de la DIM, es decir, de la Dirección de Inteligencia Militar, es decir, de una dependencia de la Fuerza Armada Nacional.Tal como se le escapó a uno de los matones, la orden recibida fue la de «tres muertos». Quiere decir, pues, que en una institución militar, donde impera, como es lógico, un régimen vertical, de subordinación de oficiales subalternos a los superiores, el pelotón que actuó en Kennedy fue a cumplir una orden. No operó por la libre; no fue una banda de psicópatas (que muchos seguramente lo son) actuando por su cuenta, sino que fue un grupo de militares, bajo las órdenes de oficiales del «ejército forjador de libertades», el que aplicó, con la máxima crueldad, una orden recibida. El juicio que se ha abierto a los autores directos, si es que se quiere que sirva para algo, debe subir por la escalera jerárquica hasta alcanzar al oficial que impartió la bestial directiva.
De otro lado, la muerte del funcionario de la DIM debía ser investigada por la policía judicial. ¿Prevalida de qué la DIM pudo organizar y ejecutar una operación como esa, pasando por encima del Cicpc? Prevalida de la Constitución, que coloca a la FAN por encima de la sociedad, restableciendo el fuero militar que el general Páez eliminó en 1830.