Galileo GalileAch Abjuración, por Laureano Márquez
Galileo, 1633 & Márquez, 2007
“Yo, Galileo Galileach, mayor de edad y de este domicilio, siendo citado personalmente a juicio y arrodillado ante vosotros, los eminentes y reverendos compatriotas del PUS, inquisidores generales de la República Bolivariana contra la depravación herética, teniendo ante mí los sagrados textos de la propuesta de reforma constitucional, que toco con mis propias manos, juro que siempre he creído y, con la ayuda de Dios, creeré en lo futuro, todos los artículos que la sagrada voluntad del único dirigente sostiene, enseña y predica. Por haber recibido orden de este Tribunal Disciplinario de abandonar para siempre la opinión falsa que sostiene que el MVR debe ser desenterrado y que gira alrededor del sol de la libertad de criterio, que es el centro e inmóvil, siendo prohibido el mantener, defender o enseñar de ningún modo dicha falsa doctrina; y puesto que después de habérseme indicado que dicha doctrina es repugnante al Líder Indiscutible y contraria a su voluntad, he escrito y publicado una supuesta carta inexistente en la que trato de la misma y condenada doctrina y aduzco razones con gran fuerza en apoyo de la misma, sin dar ninguna solución; por eso he sido juzgado como sospechoso de herejía, esto es, que yo sostengo y creo que el PUS no es el centro del mundo e inmóvil, y que el MVR es el centro y es móvil, deseo apartar de las mentes de vuestras eminencias y de todo militante socialista esta vehemente sospecha, justamente abrigada contra mí; por eso, con un corazón sincero y fe verdadera, yo abjuro, maldigo y detesto los errores y herejías mencionados, y en general, todo error y sectarismo contrario a lo señalado por el Líder Supremo; y juro que nunca más en el porvenir diré o afirmaré nada, verbalmente o por escrito, que pueda dar lugar a una sospecha similar contra mí; asimismo, si supiese de algún hereje o de alguien sospechoso de herejía, que salga en mi defensa, lo denunciaré a este Tribunal Disciplinario o al inquisidor y ordinario del lugar en que pueda encontrarme, aunque él o ella hayan sido previamente inquisidores y creadores de listas. Juro, además, y prometo que cumpliré y observaré fielmente todas las penitencias que me han sido o me sean impuestas por este Tribunal Disciplinario. Pero si sucediese que yo violase algunas de mis promesas dichas, juramentos y protestas (¡que Dios Rafael no quiera!), me someto a todas las penas y castigos que han sido decretados y promulgados por los sagrados reglamentos y otras constituciones generales y particulares contra delincuentes de este tipo. Así, con la ayuda de Dios y de su proyecto de reforma, que toco con mis manos, yo, el antes nombrado Galileo Galileach, he abjurado, prometido y me he ligado a lo antes dicho; y en testimonio de ello, con mi propia mano he suscrito este presente escrito de mi abjuración, que he recitado palabra por palabra. En Caracas, en el Capitolio Federal, 5 de septiembre de 2007; yo, Galileo Galileach, he abjurado conforme se ha dicho antes con mi propia mano.»
Galileach, sólo piccola cosa: En la intimidad de tu corazón, allí, en ese lugar secreto en el que sólo tú entras, eppur si muove?