Ganando también se pierde, Rusia vs. Ucrania, por Wilfredo Velásquez
Twitter: @wilvelasquez
“Nunca venceremos,
así que hagamos todo el daño posible sobre la tierra,
por el mayor tiempo posible”.
John Milton” El Paraíso Perdido
¿En qué lugar del alma se guardan los horrores de la guerra? ¿dónde hay un espacio tan obscuro de nuestra alma para ocultar las atrocidades que causa y para ignorar las verdaderas motivaciones de los líderes que las provocan?
¿Qué misteriosas fibras de los hombres manipulan los líderes para convencernos, que seres humanos que no conocemos, con los que nunca nos hemos cruzado en nuestras vidas son nuestros enemigos?
Para que se produzca una guerra es necesario que los pueblos tengan un enemigo visible, que se sientan amenazados, usualmente estas amenazas pueden no ser reales, pueden provenir de lejanos conflictos históricos, de intereses políticos, ideológicos, económicos, militares o religiosos, generalmente retomados o aupados por algún líder carismático, capaz de convencer a pueblos enteros de que sus motivaciones son comunes.
Son capaces de arrancar los más nobles sentimientos, para sustituirlo por el odio suicida que les permita a los hombres, no solo matar si no destruir lo construido por ellos mismos, son capaces de hacerles odiar hasta a sus padres y hermanos, a los miembros de otra religión o ideología, son capaces de convencer a hombres nobles de renunciar a la vida para llenarles el corazón de muerte y destrucción.
¿Quién en su sano juicio puede aceptar que Ucrania signifique una amenaza real para Rusia? Aun considerando los argumentos esgrimidos por Putin, ¿cómo podrá convencer al mundo que un país que hasta 2014, no tenía un ejército en los términos que lo entienden la comunidad internacional podía significar una amenaza?
¿Como puede Rusia sentirse amenazada solo porque Ucrania quiera decidir libremente su destino?
Parodiando a Bolívar podemos decir que Rusia nació para causar la desgracia de Ucrania y probablemente del mundo.
El relato de Putin distorsiona la verdad para justificar la invasión a Ucrania. le llevó inclusive a decir que Ucrania no es una nación, de la que sin embargo ya prácticamente ha sacado dos repúblicas populares, Donetsk y Luhansk y le ha quitado la península de Crimea.
En su manipulación del pueblo ruso transformó al valiente Zelenski , de comediante judío en feroz nazi enemigo de Rusia.
Ha dicho al mundo que Ucrania puede ser una amenaza nuclear para ellos siendo Rusia quien se ha cogido el arsenal nuclear, y la mayor parte de la flota que había quedado en manos ucranianas después de la disolución soviética, los acusa de querer pertenecer a la OTAN, como si no fuera un derecho de los pueblos pertenecer a cualquier organismo internacional, los acusa de querer ser europeos como si fuera un pecado.
Los argumentos de Putin para invadir a Ucrania, parece que ni el pueblo ruso se los cree y en el mundo solo los gobiernos autocráticos le han mostrado su solidaridad.
Pese a que Rusia y Ucrania, históricamente tienen orígenes comunes, Rusia desde la creación del principado Ruso que la originó ha venido hostigando a los ucranianos.
En 1654 el Hetmanato Cosaco, primera forma de gobierno ucraniano de carácter militar aceptó la protección rusa para enfrentar a Polonia, mediante el Tratado de Pereyáslav, el cual Rusia aprovechó para liquidar su autonomía de destruir, su ejército y adquirir las tierras ucranianas que estaban en poder polaco.
Desde entonces hasta la disolución de la Unión Soviética sometieron a los ucranianos a todo tipo de vejámenes.
Después de la caída del imperio ruso (1917) acabaron con la independencia que Ucrania había logrado.
En 1922 la convirtieron en La República Socialista Soviética de Ucrania, repitiendo lo que habían hecho con ellos durante el imperio ruso, prohibieron su idioma y llegaron inclusive a desterrarlos de sus tierras, los condenaron al hambre y el desempleo, les arrebataron su producción de alimentos, hasta cometer el genocidio conocido como el holodomor, durante los años de 1932 y 1933, por decisión de Stalin.
*Lea también: Cómico y serio, por Marisa Iturriza
Durante el gobierno de Jrushchov hicieron grandes esfuerzos por asimilarlos a la cultura rusa sin ningún respeto por su idiosincrasia.
Luego de la caída de la Unión Soviética, Ucrania recuperó su independencia, sin embargo, eso no significó el fin del acoso ruso, en 1994, Yeltsin, con el consentimiento de Estados Unidos y el Reino Unido, mediante el Memorando de Budapest le arrebató el arsenal nuclear de fabricación soviética y la Flota del Mar Negro, dejando a Ucrania prácticamente indefensa y sin ejército.
En 2014 le arrebata Crimea y la región del Dombás usando el artilugio de la creación de las repúblicas populares de Donetsk y Luhansk.
Actualmente, bajo la dirección de Putin, el dueño de la patente de la doctrina Grozni, quien la utilizó en Chechenia y Siria, destruyen a Ucrania sistemáticamente, sin que quede claro si el objetivo es la anexión total o montar un gobierno prorruso bajo un esquema moderno de sovietización.
Putin después de la toma de Crimea y la respuesta de los anexionistas de Luhansk y Donetsk, debió suponer que el deleznable esfuerzo que ha hecho Rusia por destruir el gentilicio ucraniano mediante la violencia, el genocidio y los intentos de asimilación a la cultura rusa, se iba a encontrar con un pueblo débil, capaz de renunciar a su patria a y a su anhelo de incorporarse a Europa.
Pese a su campaña de terror y a los cruentos ataques, militarmente desproporcionados encontró a un pueblo que, si bien sabemos, resultará derrotado y el país arrasado, le está causando a Putin la derrota en el frente económico, político y geopolítico.
En lo económico las pérdidas para Rusia serán incuantificables, en lo político su liderazgo nacional se verá severamente afectado, tanto que los rusos tendrán que preguntarse si vale la pena mantener un presidente tan costoso para su país y en lo geopolítico, su socio, China ocupará los espacios que su afán guerrerista le habían proporcionado, en Asia donde vienen actuando juntos, ya será incuestionable la hegemonía china.
Su narrativa para justificar la amenaza ucraniana fracasó y ya es evidente el rechazo mundial.
Europa, pese a sus intereses económicos y su dependencia energética, tendrá moralmente que marcar distancia de Rusia y sus aliados latinoamericanos, irán perdiendo su apoyo en la medida que las exigencias de la guerra demanden más atención e inversión, en detrimento del apoyo a sus socios latinos, lo que amplía las posibilidades a China para desplazarlo de Sudamérica.
A lo interno China puede convertirse en un peligro para la economía rusa, si la guerra se prolonga, sus mercados internos podrán ser desplazados por la industria china.
Por otro lado, la invasión de Ucrania pone a Rusia en una situación de debilidad estratégica tanto en Latinoamérica como en otras regiones donde venía actuando, lo que seguramente los Estados Unidos, aprovecharán para recuperar los espacios geopolíticos que había descuidado, entre ellos Venezuela.
Parece, que en esta guerra el vencedor será el gran perdedor.
Wilfredo Velásquez es poeta.
TalCual no se hace responsable por las opiniones emitidas por el autor de este artículo