Gasto militar mundial alcanzó récord de $2,7 billones: con 4% se erradicaría el hambre

El gasto militar global alcanzó una cifra récord en 2024, con un total equivalente a 334 dólares por cada uno de los más de 8.000 millones de habitantes del planeta, revela un nuevo informe de la ONU
Tras una década de desarrollo militar, el gasto castrense mundial alcanzó un récord de 2,7 billones de dólares en 2024, un aumento de más del 9% con respecto a 2023, revela el nuevo informe de la ONU «La seguridad que necesitamos: reequilibrar el gasto militar para un futuro sostenible y pacífico», publicado el 9 de septiembre.
La abultada cifra equivale a un gasto de 334 dólares por cada persona en la Tierra, apunta el estudio, y advierte que, de continuar la tendencia actual, esa cantidad llegará a un total de 6,6 billones de dólares en 2035.
En la presentación del informe, el Secretario General de la ONU reconoció que los gobiernos tienen responsabilidades legítimas en materia de seguridad y deben proteger a la población civil, salvaguardar las infraestructuras críticas y abordar las amenazas inmediatas.
Sin embargo, la seguridad duradera no se puede lograr únicamente con el gasto militar, añadió António Guterres.
Según la publicación, el gasto militar de 2024 es trece veces mayor que la cantidad de ayuda oficial al desarrollo de los países más ricos del mundo a las naciones más atrasadas, y supera 750 veces el presupuesto ordinario de la ONU.
Las razones del aumento
En medio de las crecientes tensiones y los conflictos mundiales y regionales, el gasto militar ha aumentado como indicio de las prioridades de los gobiernos de abordar las preocupaciones de seguridad mundial y regional mediante la fuerza militar y la disuasión.
Cuando algunos países se ven envueltos en conflictos, las naciones vecinas pueden aumentar el gasto militar para mitigar lo que el informe describe como «los riesgos externos de propagación del conflicto».
El gasto militar también ha aumentado en su proporción de la economía mundial. Entre 2022 y 2024, pasó de 2,2 % a 2,5 % del producto interior bruto (PIB) mundial. Más de 100 países aumentaron su gasto militar en 2024, y los 10 que más gastaron representaron 73 % del gasto mundial.
Invertir en personas
Entre los puntos más destacados, el informe asevera que el elevado gasto militar de hoy desvía al armamentismo las inversiones esenciales en salud, educación, creación de empleo, protección de las personas contra los efectos del cambio climático y ampliación de oportunidades para mujeres y jóvenes.
“Invertir en las personas es invertir en la primera línea de defensa contra la violencia en cualquier sociedad”, recalcó en este sentido António Guterres.
El informe sostiene que los presupuestos son opciones y se pueden reajustar, cambiando de dirección las asignaciones a cada sector. Es decir, acota, es alcanzable un mundo mejor.
Menos del 4% del presupuesto erradicaría el hambre
El administrador interino del Programa de la ONU para el Desarrollo (PNUD), Haoliang Xu, argumenta que cuando la vida de las personas mejore en términos de acceso a los servicios y oportunidades, dignidad y autodeterminación, las sociedades y el mundo serán más pacíficos.
Agrega que con 93.000 millones de dólares, menos del 4% de los 2,7 billones de dólares asignados al gasto militar, podría erradicarse el hambre para 2030.
También precisó que con poco más del 10% (285.000 millones de dólares) se vacunaría a todos los niños, y que con cinco billones de dólares, el mundo podría financiar doce años de educación de calidad para todos los niños de los países de renta baja y media baja.
Más diplomacia
El estudio puntualiza la urgencia de dar prioridad a la diplomacia y garantizar la transparencia y la rendición de cuentas en los presupuestos de defensa, al tiempo que se impulsa el financiamiento al desarrollo.
“Necesitamos una nueva visión de la seguridad, centrada en el ser humano y arraigada en la Carta de las Naciones Unidas. Una visión que proteja a las personas, no solo a las fronteras; y que priorice las instituciones, la equidad y la sostenibilidad planetaria”, enfatizó la Alta Representante de la ONU para Asuntos de Desarme, Izumi Nakamitsu, la otra presentadora del informe.
El Secretario General consideró que la evidencia es clara: “un gasto militar excesivo no garantiza la paz”.
Al contrario, abundó, a menudo la socava, alimenta la carrera armamentista, profundiza la desconfianza y desvía recursos de los cimientos de la estabilidad mundial.
“Un mundo más seguro comienza invirtiendo al menos tanto en la lucha contra la pobreza como en las guerras”, concluyó Guterres.
Aumento histórico para los próximos años
Este año, en la cumbre de la OTAN realizada en el mes de junio, los 32 Estados miembros de la Alianza Atlántica acordaron incrementar su gasto en defensa hasta un 5% de sus respectivos PIB nacionales de aquí a 2035. Esto tras la exigencia del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
El incremento del 5% del PIB en gasto milirar, considerado ambicioso e histórico, obligará a los miembros europeos de la Alianza y a Canadá a gastar mucho más en su seguridad y a multiplicar capacidades, cadencias de fabricación y compras de armamento. El objetivo hasta ahora era un 2%, un umbral alcanzado el año pasado por 22 de los países miembros.
El objetivo del 5%, para el año 2035, es la suma de dos componentes: El primero es un mínimo de 3,5% de gasto militar en sentido estricto (salarios, pensiones, operaciones, adquisición de equipamiento, tareas de mantenimiento). Cada país deberá informar cada año de cómo está haciendo para alcanzar ese nivel.
El segundo -que se sumará a los 3,5%- es un 1,5% de inversión en ámbitos más amplios como infraestructuras, innovación y protección de fronteras, de utilidad tanto civil como militar.
Con información de la ONU/IPS/RFI
*El periodismo en Venezuela se ejerce en un entorno hostil para la prensa con decenas de instrumentos jurídicos dispuestos para el castigo de la palabra, especialmente las leyes «contra el odio», «contra el fascismo» y «contra el bloqueo». Este contenido fue escrito tomando en consideración las amenazas y límites que, en consecuencia, se han impuesto a la divulgación de informaciones desde dentro del país.