Giordani en la luna, por Simón Boccanegra
Luego del llanto que le brotó al rey de la pamplina frita cuando Chacumbele lo ratifico como su ministro de Finanzas, la siguiente perfomance de Giordani fue una jalada, que compite y con buen chance, para ganarse el premio a la más grande del año. Aseguró que «el crecimiento económico es producto del pensamiento estratégico del presidente».
¿El decrecimiento ocurrido en los dos años anteriores habrá sido consecuencia también de ese pensamiento? De eso no habla el proponente del eje Orinoco-Apure, tema que parece haber olvidado últimamente. En esa misma declaración, Giordani afirma que los endeudamientos que se han firmado con China sirven para «desarrollar nuestro país, diversificar nuestra economía y nuestros mercados». Estas palabras dan que pensar.
Será que el sol del llano afectó el entendimiento del ministro, o será que viven en la Luna. ¿A cuál desarrollo se refiere? ¿En qué se diversificó la economía venezolana en estos doce años de «revolución»? Lo único que ha producido, en abundancia, es gamelote, paja, pero nadie la compra. Las empresas básicas de Guayana cada vez exportan menos, el sector privado acosado «estratégicamente» por Chacumbele, también ha reducido significativamente su producción. Del sector agrícola mejor ni hablamos, pues de vaina sobrevive.
¿Dónde está la diversificación de la producción endógena? Los saraos, unidades de producción socialista y demás inventos no han servido sino para beneficiar algunos bolsillos que se han ubicado «estratégicamente» donde hay. Lo único que sostiene este modelo inviable es la cotización del petróleo, que cada vez producimos menos gracias a las habilidades de Chacumbele. Cuando sus precios apenas sufrieron un tropezón, la economía endógena se vino abajo. Giordani era un señor serio, pero se está contagiando.
