Giordani no ve ni oye a Chacumbele, por Simón Boccanegra

A Chacumbele lo tienen loco las encuestas. Debe estar teniendo alucinaciones. Esa de que el terremoto de Haití lo provocaron deliberadamente los gringos, con explosiones atómicas, podría fácilmente optar al Nobel de la Estupidez del Siglo. Es un insulto a la inteligencia de sus seguidores. Puesto que ya más de la mitad del país no le cree y él lo sabe-, es obvio que habla para los que considera «suyos».
Y tiene que despreciar demasiado la inteligencia de sus partidarios, como para soltarles tamaña imbecilidad. Pero sus ministros no se le quedan atrás.
El jueves pasado, Giordani dio una rueda de prensa para «desmentir los rumores» según los cuales varios bancos estarían en problemas y con ellos todo el sistema financiero.
Dijo, lleno de orgullo, que «Los servicios de nuestra inteligencia financiera han ubicado de dónde provienen los rumores». Sin embargo, a tales «servicios» no debe haberles costado mucho encontrar a los corredores de bolas bancarias. Justamente el día anterior el mesmísimo Chacumbele había dedicado bastantes minutos de alguna de sus peroratas a apuntar hacia «un banco que tiene problemas».
Lo único quien le faltó decir fue que la oportunidad la pintan calva y que él no tiene ni un pelo de tonto. La única explicación de esa rueda de prensa contra «los rumores» es que Giordani, tal como la inmensa mayoría de los venezolanos, no oye a Chacumbele y no estaba enterado de que su jefe es el primer sembrador de rumores.