Gobierno de Maduro irá a reunión en Barbados con un «ala rota», según expertos
Los especialistas coinciden en que es importante que Juan Guaidó acuda al llamado de la comunidad internacional. Sostienen que su representación en Barbados debe actuar con inteligencia y priorizar en la discusión el cumplimiento de las recomendaciones sobre DDHH hechas por Michelle Bachelet en su informe
El gobierno de Nicolás Maduro y la oposición venezolana se volverán a sentar en una misma mesa para negociar una salida a la crisis política, social y económica que vive el país, esta vez en Barbados. Según el presidente de la Asamblea Nacional (AN), Juan Guaidó, el encuentro tendrá como objetivo “lograr una solución definitiva a la crisis en nuestro país”, mientras que el ministro de Comunicación e Información, Jorge Rodríguez, asegura que la nueva reunión se traducirá en la “consolidación de la paz”.
Las críticas no se hicieron esperar luego de que el máximo representante del Parlamento venezolano confirmara el encuentro en sus redes sociales. Una parte de los ciudadanos objetaban la decisión de retomar las conversaciones cuestionándose las razones de por qué insistir en un nuevo diálogo y no en una medida que dé una salida definitiva al régimen madurista y es que según la encuestadora Delphos, solo 15,2% de la población quiere un acuerdo.
Para el exembajador por Venezuela ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) Milos Alcalay, las alternativas para concretar el cese de la usurpación, el gobierno de transición y las elecciones libres no deben ser ignoradas por Juan Guaidó y esta reunión en Barbados es una nueva ventana hacia ese camino.
Afirma que la decisión de acudir a estos encuentros no debe sorprender, sobre todo porque Guaidó “ha repetido una y otra vez que todas las opciones están sobre la mesa”.
Alcalay dijo a TalCual que la oposición no debe permitir que las reuniones en Barbados se vuelvan un cuento de nunca acabar en el que además reine la opacidad. Recalcó la importancia de que el presidente de la Asamblea Nacional sea claro y que dé a la ciudadanía los detalles de los encuentros, sin que se deje nada a la imaginación y que posteriormente el Estado pueda usar a su favor, pues podría ser un error que les quite respaldo del pueblo. “Se debe eliminar la estrategia de la diplomacia secreta”, agregó.
La representación de Guaidó no puede aventurarse en esta nueva ronda de conversaciones para prolongar la crisis que vive el país, sino con el objetivo de buscar una solución inmediata, resalta Milos Alcalay, quien también enfatiza en que algo que debe tener en cuenta la oposición es en incorporar a un experto internacional “que dé dimensión de las negociaciones”, pues “el régimen está representado nada más que por el canciller”, Jorge Arreaza.
Sin la misma fuerza
Para la internacionalista Giovanna de Michelle, es importante que Juan Guaidó acuda al llamado de la comunidad internacional porque no se debe descartar ninguna opción. Señaló que “la negociación con participación de terceros es un mecanismo de solución de controversias, no solo avalado por instancias internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), sino que es efectivo”.
Para la especialista tras el informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, la imagen del Gobierno quedó debilitada y ese es un punto diferenciador entre esta reunión y los encuentros anteriores en los que participaron ambas fuerzas políticas.
“Esto quiere decir que Maduro a través de sus representantes iría a un proceso de negociación a nivel internacional debilitado y este es un momento que puede ser capitalizado por la oposición”, agrego De Michelle.
Otro de los objetivos en el que la oposición debe fijar la mirada en el encuentro de Barbados, es en lograr que el Estado venezolano acuerde dar atención a las observaciones y recomendaciones hechas por Bachelet en su informe.
La comunidad internacional insiste en las mesas de diálogo en aras de que la salida a la debacle venezolana sea pacífica, aunque los intentos hasta ahora realizados por el Grupo de Contacto Internacional, el gobierno de Noruega y el Mecanismo de Montevideo no han arrojado resultados que vaticinen una salida pronta a la debacle.
El abordaje por parte de los gobiernos del mundo se incrementa por la cada vez más grave situación venezolana, comenta Giovanna de Michelle.
“Estos procesos son lentos, no son negociaciones de una sola ronda, se hacen en varios encuentros. Es mucho lo que está en juego, la pérdida del poder de un Gobierno en ejercicio no es poca cosa y no se negocia en un solo momento”, dijo.
El Gobierno va con el objetivo de mantenerse en el poder, mientras la oposición de materializar el “cese de la usurpación”. Por otra parte, acude la comunidad internacional, interesada en por fin lograr una solución definitiva a la crisis y evitar que el problema siga escalando. Sobre todo, porque “cualquier resultado que busque solventar la crisis política de Venezuela pasa de una forma u otra por la posibilidad de que Maduro pierda el poder”.
¿Será que sí?
A actuar con inteligencia, es el llamado que hace el también internacionalista Nicolás Rojas, quien coincide con De Michelle en la tesis de que el régimen de Nicolás Maduro va “tocado del ala” a negociar en Barbados, tras el informe de Bachelet.
Rojas señala que ante una figura que llegará con menos robustez que antes, es la oposición la que está obligada a actuar con mesura para que sus objetivos se materialicen.
Saluda el nuevo intento por consensuar una salida pacífica a la situación que vive Venezuela. En este sentido, resalta que no se debe apostar a la desesperación en estos momentos, sobre todo porque “esta será una negociación complicada y no de una sentada”.
“Creo que lo que necesita oír el Gobierno es que le hablen de reducir los costos de salida”, sugiere el experto cuando se le preguntó por las propuestas que podrían hacerle a gobierno de Maduro en estos nuevos encuentros.
Respecto al papel que jugará la crisis migratoria en la reunión de Barbados, Rojas señala que ante el impacto que ha tenido el éxodo de venezolanos, sobre todo en la región, los países hacen un nuevo intento porque esto finalice, pues ya es un problema que se volvió de carácter global porque “un país enfermo es un problema de todos”.