Gracias-Gratitud, por Gisela Ortega
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“Quiero dar las gracias porque puedo agradecer, que estoy viva, que tengo familia, amigos,” ¿Qué hay de especial en ello? A muchos de nosotros nos resulta difícil tener la predisposición o incluso la capacidad para poder expresar nuestro agradecimiento por un servicio o un favor entre familiares, o amigos. Me refiero a la gratitud de corazón, que se nos presenta abierta y sin reservas a alguien que con su apoyo nos ha regalado más calidad de vida.
No me refiero a ese “gracias”, fórmula de cortesía dicha inconscientemente, que no induce ni al otro, ni a nosotros mismos a entablar una relación humana. Me refiero a la gratitud de corazón, esa que nos presenta abiertas y sin reserva a alguien con su amistad y su apoyo.
En un mundo lleno de distracciones y preocupaciones constantes, dar las gracias nos permite cultivar un sentido renovado de aprecio por lo que tenemos y por quienes nos rodean. Al adoptar esta práctica en nuestra vida diaria, podemos abrirnos a una vida más rica y significativa.
El término proviene del latín («gratia») y la frase «dar las gracias» tiene su nacimiento en la expresión también latina «agere gratias», presente en varias ocasiones en una traducción oficial latina de la Biblia, universal para toda la Iglesia Católica: la llamada Vulgata. Etimológicamente «gracias» viene de las voces latinas «cratia» y «gratia»; y estas, a su vez, del griego karitas, que significa «alabar en voz alta».
En la era anglosajona temprana, «thanc» significaba «pensamiento» y la gratitud provenía de tener buenos pensamientos . En el siglo XI, los anglonormandos introdujeron el concepto moderno de cortesía. El requisito actual «thanks» o «thank you» es una convención de cortesía sorprendentemente reciente.
El uso más antiguo conocido de la palabra thank you se remonta al período del inglés medio ( 1150-1500 ). La evidencia más antigua del OED, abreviatura de Oxford English Dictionary. (en español, Diccionario Oxford de Inglés) para thank you es anterior a 1500, en Why I can’t be a Nun, thank you es una variante o alteración de otro elemento léxico.
De acuerdo a Wikipedia y obras consultadas, el adjetivo grateful –en ingles significa: “estoy agradecido por todo lo que tengo” se remonta a mediados del siglo XVI. La evidencia más remota del OED para grateful es de 1552, en una carta del conde de Northumberland, donde manifiesta su agradecimiento. La palabra “agradecimiento” proviene de las voces latinas ad- (“hacia”), gratus (“grato” o “bien recibido”) y los sufijos –ecer (que indica cambio de estado o acción duradera) y –mentus (que denota instrumentalidad o resultado).
Es una expresión de cordialidad detrás de la cual hay una actitud que nace del aprecio a lo que alguien ha hecho por nosotros, más que por el bien (o beneficio) recibido.
La gratitud lleva a las personas a notar las cosas buenas que tenemos en nuestra vida, lo cual lleva a una reducción del estrés y síntomas depresivos. También ha mostrado tener efectos positivos en las relaciones cuando nos tomamos el tiempo de decir ‘gracias’. Es sentirse agradecido por las cosas positivas de la vida.
En las investigaciones de psicología positiva, la gratitud se asocia de forma sólida y constante con una mayor felicidad, ayuda a las personas a sentir emociones más verdaderas, disfrutar de las buenas experiencias, mejorar su salud, afrontar la adversidad y construir relaciones sólidas.
Según el Centro de Investigación de Conciencia de la Atención Integral de la UCLA, de la Universidad de California, Los Ángeles, (Mindfulness Awareness Research Center) expresar gratitud cambia literalmente la estructura molecular del cerebro, mantiene la materia gris funcionando y nos hace más saludables y felices.
La investigación de los psicólogos estadounidenses Sara Algoe y Baldwin Way indica que la gratitud también puede llevar a tener mejores relaciones.
En filosofía, la gratitud o el agradecimiento es un sentimiento de deuda o reconocimiento que se tiene hacia alguien de quien se ha recibido algo valioso: ayuda en un momento difícil, un consejo útil o un obsequio muy apreciado, u otro tipo de beneficios. Es una manifestación de correspondencia voluntaria expresada de forma escrita, verbal o con gestos en atención a un beneficio recibido.
Señalaba Cicerón -político y filósofo romano (106 a.C.-43 a.C): “La gratitud no es solo la más grande de las virtudes sino la madre de todas las demás», Pese a semejante trascendencia, por siglos, fue un tema que se circunscribió principalmente a la filosofía.
Adam Smith (1723-1790), uno de los mayores exponentes de la filosofía y de la economía clásica, decía que la gratitud es la emoción que mueve al ser humano a recompensar a otro.
Las personas sienten y expresan gratitud de múltiples maneras, por lo que tenemos, como amigos, familiares, compañeros de trabajo que nos apoyan, carreras profesionales y técnicas satisfactorias y buena salud.
Gracia es un nombre propio femenino de origen latino en su variante en español. Procede de Gratia, derivado de gratus (grato, agradable). El nombre lo popularizó el catolicismo, donde «gracia» es un favor o don gratuito concedido por Dios para ayudar al hombre a cumplir los mandamientos, salvarse o ser santo. La palabra gracia, un concepto fundamental dentro de la teología cristiana, subrayando su importancia en la narrativa de la relación de Dios con la humanidad, aparece alrededor de 160 veces en la Biblia, de estas, 128 en el Nuevo Testamento.
Las Escrituras están impregnadas de referencias al agradecimiento y la gratitud. Desde el Antiguo hasta el Nuevo Testamento, se encuentran numerosos pasajes que destacan la importancia de dar gracias a Dios y expresar gratitud hacia los demás.
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La Biblia, dice en Romanos 7.25 “Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, más con la carne a la ley del pecado.” Aquí la palabra nos enseña que debemos de dar gracias por Jesucristo.
El versículo 1 Tesalonicenses 5:16-18, señala: “Alegraos siempre, orad sin cesar, dad gracias en toda circunstancia; porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.”
Debemos ser agradecidos por todo lo que Dios nos da, tanto en las dificultades como en los momentos buenos. Dar gracias a Dios trae grandes bendiciones. Si cultivamos un corazón agradecido, resolverá muchos de nuestros problemas.
Agradecer es una forma de demostrar las emociones propias y reconocer un gesto o una palabra que nos resulta positiva. La gratitud suele relacionarse con una demostración de amor y reconocimiento, aunque también con humildad.
Demostrar aprecio genera buena voluntad. Las personas valoran que las estimen. Es probable que alguien que siente afecto por nosotros restituya el gesto accediendo a nuestras peticiones. Quieren hacernos saber que también nos consideran. Por ello debemos expresar agradecimiento, siempre que podamos.
«Gracias a la vida» es una popular canción compuesta e interpretada por la cantautora chilena Violeta Parra (1917-1967)
Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me dio dos luceros que, cuando los abro
Perfecto distingo, lo negro del blanco
Y en el alto cielo su fondo estrellado
Y en las multitudes, el hombre que yo amo
Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me ha dado el oído que en todo su ancho
Graba noche y días, grillos y canarios
Martillos, turbinas, ladridos, chubascos
Y la voz tan tierna de mi bien amado
Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me ha dado el sonido y el abecedario
Con él, las palabras que pienso y declaro
Madre, amigo, hermano y luz alumbrando
La ruta del alma del que estoy amando
Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me ha dado la marcha de mis pies cansados
Con ellos anduve, ciudades y charcos
Playas y desiertos, montañas y llanos
Y la casa tuya, tu calle y tu patio
Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me dio el corazón que agita su marco
Cuando miro el fruto del cerebro humano
Cuando miro el bueno, tan lejos del malo
Cuando miro el fondo de tus ojos claros
Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me ha dado la risa y me ha dado el llanto
Así yo distingo, dicha de quebranto
Los dos materiales que forman mi canto
Y el canto de ustedes, que es el mismo canto
Y el canto de todos que es mi propio canto
Gracias a la vida
Gisela Ortega es periodista.
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