Guerra avisada, por Simón Boccanegra
Vamos a suponer que las firmas de febrero son entregadas al CNE el 20 de agosto. Antes de comenzar a verificarlas, el organismo será obligado a decidir sobre la validez legal del texto al pie del cual se firmó y sobre la oportunidad en que se hizo. Esa discusión concluirá solicitando la opinión de la Comisión Jurídica del cuerpo, la cual se tomará no se sabe cuánto tiempo para opinar. Si opinara que valen, el chavismo inmediatamente ocurrirá al TSJ, donde transcurrirán varias semanas más. Si el CNE decidiera que no son legales, se montará, entonces, un nuevo “firmazo”, entre cuya preparación y la posterior verificación de las firmas (para lo cual el plazo es de un mes), con la convocatoria del acto referendario para los dos meses siguientes, ya llegamos al 2004, que comienza, como se sabe, a partir del 15 de enero. Para ese momento, los 400 mil candidatos posibles para las juntas parroquiales, concejos municipales, consejos legislativos, alcaldías y gobernaciones, así como los partidos que los postulen, producirán un deslave político de tal magnitud que el RR pasará al último lugar de las prioridades del país político. Guerra avisada no mata soldados. |