Guerra es guerra, por Simón Boccanegra

Cuando nuestro Clausewitz tropical tuvo los riñones de justificar la matanza y consiguiente degollamiento de once infantes de marina de venezolanos en Cararabo argumentó que «nosotros», es decir, nuestras FAN, incursionaban en Colombia y que en cierta forma, pues, nos lo habíamos buscado porque, y lo dijo con todas sus letras,»guerra es guerra». Ahora, lo oye uno fingiendo compunción por la muerte de Raúl Reyes, a quien, pobrecito, habrían matado dormido.»Fíjense que hasta estaba en piyamas», adujo el Gran Estratega. ¡¿Ah sí?! ¿»No es y que «guerra es guerra»? ¿O es que los militares colombianos habrían debido despertar a los guerrilleros dormidos, avisarles que se disponían a atacarlos y pedirles que, por favor, empuñaran sus armas para que la batalla fuera entre iguales? La guerrilla fue víctima de una táctica guerrillera: la sorpresa. ¿O cree Ego que la guerrilla nunca ha atacado tropas dormidas o en descanso? Guerra es guerra, caballero y si un guerrillero se deja atrapar empiyamado es su culpa. Porque guerrillero duerme con el uniforme y las botas puestas y con la mano en el arma. Pero, ya lo confesó un ministro ecuatoriano: Reyes, quien sí se había entrevistado con el ministro de Seguridad ecuatoriano, tenía razones para colocarse la piyama, porque su seguridad estaba garantizada nada menos que por el gobierno de Ecuador. Podía, pues, dormir a pierna suelta.Todo estaba bajo control. Con lo que no parecieron contar es que en la guerra, como en el boxeo, son dos los que se enfrentan.Y al que no da le dan.