Gustavo Petro en llamas, por Alexander Cambero
X: @alecambero
Acabamos de observar una larga entrevista que le hizo una cadena norteamericana con mucha penetración en el extracto latino al presidente de Colombia, Gustavo Petro. Sin esforzarnos en hacer un pormenorizado análisis de sus respuestas, podemos indicar que sus juicios no guardan relación con la coherencia. Una serie de galimatías inconexas con la burda de la manipulación histórica para tratar de engañarnos con sus falsas poses de erudito antediluviano fue la imagen que mostró mientras un lápiz en sus manos era como una especie de péndulo que se movía con la torpeza del pésimo malabarista ejecutante.
El periodista buscaba hacer mejor su trabajo, pero su invitado optaba por el conveniente atajo como una fórmula para impedir las respuestas que estaban esperando los colombianos sobre temas de álgido interés. Y más cuando por su deslenguada presidencia tiene al país en el atolladero.
No creemos que sea muy inteligente cazar una pelea política con un mastodonte de la reciedumbre de Donald Trump. Ir a buscarle lío al representante de la primera potencia del planeta. Quien además es un socio comercial y estratégico fundamental para la nación. No es propiamente un ejemplo de buen juicio. Ese tipo de bravuconadas son las que forjan la desconfianza en los centros financieros internacionales. Su actitud conflictiva es el ingrediente ideal del menú del reconcomio.
Gustavo Petro no ha superado la frustración guerrillera. Sigue actuando como aquel desarrapado espécimen que subvirtió el orden establecido para ir escupiendo muerte a través de una metralla bajo la anuencia despiadada del crimen. Ese pasado faccioso es la alfombra roja por donde marchan sus pasos ensangrentados.
En la entrevista lució como un paciente maniaco-depresivo que dejó de tomar sus medicinas para sus desajustes emocionales. En la medida que avanzaba el espacio, sus perturbaciones se exhibían de manera nítida.
Colombia precisa salir de esta desventura. Gustavo Petro perdió la gran oportunidad de hacer una gestión que uniera a todos sus connacionales. Al final lo que hizo fue ensanchar la herida, dividiendo más a la República.
La democracia tiene que usar lo mejor de sus activos para avanzar en pos de la gran victoria ciudadana. Los colombianos, con votos, deben salir de la maledicente experiencia izquierdista en el gobierno que resultó un aborto de la historia. El pueblo hermano, al igual que nuestra Venezuela, merecen un mejor destino.
Alexander Cambero es periodista, locutor, presentador, poeta y escritor.
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