Habitantes de Naiguatá tras el apagón: “¿Quién se pasa cinco días sin luz con serenidad?”
La noche del martes 11 de mayo casi el 60% del estado Vargas se quedó sin energía eléctrica. Horas más tarde, el servicio se fue restituyendo progresivamente a excepción de las parroquias Naiguatá y Caruao, que vieron luz el domingo 16
Crédito: Roison Figuera y Valentina Rodríguez
Foto: La Verdad de Vargas
La falta de servicio eléctrico en Naiguatá y Caruao, estado Vargas (ahora La Guaira), no impidió que este fin de semana 15 de mayo las playas recibieran bañistas. Para esta fecha ambas parroquias del litoral central sumaban más de 72 horas sin electricidad a causa de una explosión en una torre de energía ubicada en sector El Picacho de Galipán.
A pesar de la irregularidad –que se ha vuelto constante en varias zonas del país y motivo de disgusto en la población– el naiguatareño trató de sortear la situación cumpliendo con algunas de sus actividades cotidianas, pero muchos perdieron electrodomésticos, otros no pudieron trabajar y muchos vieron dañarse los alimentos que tenían en sus refrigeradores.
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“Cinco noches y seis días estuvimos sin energía eléctrica, en ninguna de sus fases, ni 110 ni 220. Las familias se vieron perjudicadas, porque perdieron los alimentos que tenían en sus neveras. También fueron afectados los pequeños y medianos comerciantes que viven de la venta de pescados, carnes y embutidos. Un comerciante del sector perdió 100 kilos de chipirón. Sin embargo, hubo bastante presencia de visitantes”, contó Elvin Barreto, habitante de Pueblo Abajo (Naiguatá) y quien trabaja los fines de semana en un establecimiento comercial playero.
“Solo salvaron su situación los pocos comercios que cuentan con planta eléctrica, que funcionan con gasoil, aunque el gasoil escasea en esta zona; además, al no haber electricidad no hubo distribución de combustibles”, puntualizó Barreto.
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Primeras horas sin luz
La noche del martes 11 de mayo, casi el 60% del estado Vargas se quedó sin servicio de energía eléctrica. Horas más tarde, el secretario de seguridad ciudadana del estado costero, Andrés Goncálves, informó que la avería se había producido en las torres 24 y 25 ubicadas en sector El Picacho de Galipán: cayó el tendido eléctrico de alta tensión y provocó explosiones e incendio de la vegetación. El gobernador de la entidad, Jorge Luis García Carneiro, replicó la información de Goncálves.
Horas más tarde, el servicio se fue restituyendo progresivamente en la entidad, a excepción de las parroquias Naiguatá y Caruao.
Las operaciones incluyeron la participación de cuadrillas de Corpoelec y vecinos del sector.
En las maniobras participaron más de 50 pobladores quienes prestaron apoyo y colaboración a los técnicos y obreros de CORPOELEC
— Noticias de Naiguatá (@de_naiguata) May 16, 2021
El domingo 16 de mayo Goncálves informaba que se había restablecido el servicio de energía eléctrica en toda la entidad. Sin embargo, desde el lunes se han presentado “algunas interrupciones breves (de 30 ó 40 minutos), en horas de la noche”, aclaró Barreto.
Aprovechar la flexibilización
“Dada la situación económica del país los comerciantes se vieron obligados a trabajar, algunos tuvieron que habilitar puntos de venta inalámbricos y enfrentar las dificultades e intermitencia de la telefonía móvil. Esta semana era flexible, y quincena, tenían que aprovechar eso y la afluencia de bañistas a las playas”, explicó Barreto, también profesor de Ciencias Sociales en la sede de Camurí Grande de la Universidad Simón Bolívar.
Pero los habitantes de Naiguatá “vivieron horas de angustia al ver cómo se iban descomponiendo sus alimentos. Esa es la gran preocupación de quienes no alcanzan a tener $300 mensuales para comprar la canasta alimentaria, que es su valor actual. Hasta los favorecidos por el CLAP se ven en la necesidad de comprar alimentos en establecimientos”, señaló el docente, quién percibe por su trabajo profesional “$ 2,4 mensuales”, razón por la cual recurrió a otra actividad para completar sus ingresos.
Ante la queja de los residentes, el secretario de seguridad ciudadana de La Guaira aseguró el 16 de mayo en sus redes sociales, que el gobierno regional repondría los García Carneiro, esta semana serán entregados combos de proteínas a las familias de ambas parroquias”, con la idea de reponer lo dañado por la falta de refrigeración.
El profesor Barreto desconoce si esto se ha cumplido.
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«¿Quién se pasa cinco días sin luz con serenidad?»
La precariedad en la que se vio sumida esta comunidad no dio pie a alteraciones del orden público ni protestas. “La gente esperó pacientemente. No hubo intento de saqueo, ni violencia por parte de la colectividad. No hubo alteración del orden público”, aseguró el profesor.
Por otra parte, Armando Altuve*, habitante del barrio San Antonio de Naiguatá, reveló que algunos vecinos querían protestar y que por ello se apostaron efectivos de seguridad y patrullas en el puente Naiguatá.
“Obviamente, al segundo día la gente en Naiguatá quería protestar. Había patrullas para que la gente no trancara el puente. ¿Quién se pasa cinco días sin luz con serenidad? También cada día la gente de la electricidad daba una información distinta y contradictoria. Y encima todos los días decían que la luz venía a las 12:00m, a las 6:00 pm, a las 10:00pm, y así nos tuvieron”, contó Altuve, quién tuvo que comprar hielo para mantener los alimentos de su casa y gastar $5 para cargar la batería de su teléfono y mantenerse comunicado.
“La señal se cayó el primer día, luego volvió y luego se iba durante el día y de noche servía normal”, explicó.
Estos días sin servicio eléctrico Altuve dejó de producir: “Perdí como $150 en proyectos que tuve que rechazar” por no contar con electricidad.
Naiguatá es una parroquia del Municipio Vargas en el estado Varga (ahora La Guaira). Es la segunda en tamaño en el municipio Vargas, con 241 kilómetros cuadrados y abarca un estrecho litoral con pueblos costeros de pequeño tamaño: Naiguatá, El Tigrillo, Care, Anare y Camurí Grande.
En su territorio se encuentran tres de los clubes sociales de mayor prestigio en Venezuela: el Club Puerto Azul, el Club Playa Azul y el Club Camurí Grande.
A falta de luz, socializar en Naiguatá
Jennifer Rangel, habitante de la parroquia del litoral central y madre de un niño menor de dos años, vivió sólo unos días del apagón. En la semana estaba en Caracas, luego, el viernes 14 tuvo que bajar a Naiguatá y esperar a que se restituyera el servicio eléctrico.
A Jennifer no se le daño ningún artefacto eléctrico y fue muy poco lo que perdió de comida por la falta de electricidad. Relató que, aunque muchos la pasaron mal, su hijo estuvo contento porque pudo socializar.
“Él no la pasó mal. Aprovechamos el ‘tiempo libre’ para que se pudiese relacionar con otros niños. Tras la llegada de la pandemia yo no le dejo que juegue con otros niños, pero como estábamos sin luz la única opción para pasar el tiempo era esa. Yo creo que él sí disfrutó, gozó la ida de la luz, porque pudo compartir”, narró Rangel, quien tiene un emprendimiento de comida china, que vende los fines de semana en Vargas.
“Cocinar y hacer mercado fue complicado esos días. El sábado se fue la señal de Digitel y los puntos de venta no funcionaban. Ese fin de semana no trabajamos, creo que muy pocos lo hicieron, y fue una pérdida porque ese fin de semana era flexible”, lamentó Rangel, quien tuvo que acercase el sábado 15 hasta un centro comercial para poder recargar la batería de su teléfono.
Tras el incidente y las fallas de los últimos días, los residentes de Naiguatá temen volver a pasar días sin luz.
*El entrevistado pidió mantener su identidad en anonimato.