Hampa y pésimos servicios no dan tregua a habitantes de Juan XXIII de La Dolorita
Los vecinos de La Dolorita, sector muy conocido de Petare, viven ahogados por todos los problemas que los aquejan, piden ayuda a algún ente para resolverlos
En la parroquia La Dolorita de Petare, municipio Sucre del estado Miranda, al hablar de los servicios públicos están ponchados. La lista de fallas es larga: electricidad, agua, transporte, aseo urbano, gas doméstico e internet, además de una peligrosa compañera, la delincuencia.
Eleazar Perdomo, habitante de la comunidad, enumeró y detalló algunas de las problemáticas de la localidad: “Aquí se nos va la luz todos los días entre tres y cinco horas, nadie hace nada al respecto”, afirmó.
Luego del apagón nacional en marzo de 2019, los habitantes de la calle Juan XXIII parte alta del barrio La Dolorita, sufren diariamente por las fallas eléctricas. Desde entonces, muchos han perdido aparatos eléctricos por esas fluctuaciones, y aunque el régimen de Maduro aseguró que repondría los electrodomésticos dañados a través de la plataforma patria, todo quedó allí, en un acto político. «Aquí al barrio nunca llegó nada”, enfatiza el vecino.
También les afecta la distribución de agua potable. Desde hace cuatro años los habitantes se habían acostumbrado a recibir el agua cada 15 días, por lo tanto, tomaban previsiones para reservar el líquido en tanques y pipotes. Eso ha venido desmejorando, ahora no son 15 días, sino tres meses. “Cuando llega, viene con poca presión y las personas que viven en sectores altos no pueden llenar. Esto se ha convertido en una mina de oro para la gente que vende el agua. Un pipote tiene un costo de un dólar y medio”, aseguró Perdomo.
Las personas no tienen más remedio que comprar agua durante esos tres meses de sequía, porque de resto no les llega ni una gota por las tuberías. A juicio de Perdomo, “pareciera que esta gente (los vendedores de agua) tienen un convenio con el IMAS (Instituto Municipal autónomo de Aguas y Acueductos) porque no se explica cómo es que no llega el agua, siempre hay una excusa. Incluso han llegado cisternas con el logo de la alcaldía de Sucre y venden el agua”, detalló.
Mucha delincuencia y poco transporte
La situación es grave por donde se vea. Un vecino del sector, quien prefirió mantenerse en anonimato por temor a represalias, aseguró que en la Dolorita no hay presencia policial: “Hay atracos a cualquier hora del día. Los delincuentes, que la mayoría son muchachos que a veces no llegan a 15 años, se pasean con un arma en la mano como si cargaran un juguete. Nadie les puede decir nada, obviamente por miedo a ser agredidos. Aquí roban a alguien y la gente lo que hace es voltear. De hecho, yo fui víctima del hampa, el delincuente me tenía en el piso con el arma en la cabeza y las personas pasaban como si nada. Este es un pueblo sin ley”, afirmó la fuente.
La lista sigue y otro problema es el transporte público. Los habitantes de Juan XXIII no cuentan con este servicio a pesar de tener una línea conformada llamada “Águilas de Matapalo”. Vecinos consultados sobre el tema aseguraron a TalCual que esta es una línea de trasporte “ficticia” porque ellos prestaban servicio, pero a partir de la nueva modalidad por la escasez de gasolina -donde el gobierno subsidia al 100% el combustible de los transportistas-, los autobuseros se dedicaron a surtir combustible y a revenderlo.
«Ellos más nunca volvieron a trabajar, así que cuando la gente necesita trasladarse debe caminar hasta otro sector donde haya transporte. Eso es un delito, es robar el pueblo”, sentenció una fuente.
Sin aseo, gas ni internet
Desde hace tres años, en Juan XXIII no saben lo que es el servicio ABA de Cantv. Según las declaraciones de algunos vecinos, al lugar llegaron unos trabajadores de la estatal para hacer el cambio del cableado, pero eran unos “vulgares ladrones” que se robaron los cables y los dejaron sin el servicio.
Esto ha tenido graves consecuencias tras la implementación de las clases a distancias, por lo que algunos padres han optado por contratar internet privado a un alto costo para que sus hijos puedan acceder a la educación que necesitan. “Hemos tenido que recortar el presupuesto de alimentos para que nuestros hijos puedan cumplir con sus actividades”, dijo Eleazar Perdomo.
El aseo urbano y el gas doméstico eran los mejores calificados. El camión recolector de basura pasaba todos los días, pero ahora si acaso una vez a la semana. De igual manera el gas doméstico. “Mientras la distribución del gas estaba en manos de las cooperativas comunales lo trabajaban muy bien porque una vez a la semana nos surtían, pero de un año para acá ha desmejorado, ahora tarda entre 45 y 60 días, y viene a un precio de seis o siete dólares la bombona”, comenta Perdomo
Al respecto, Eleazar Perdomo pidió “ayuda a algún ente que le duela mi comunidad y mi país”. Detalló que la calidad de vida en La Dolorita se ve mermada porque todos estos gastos extras inciden en el presupuesto familiar.
“Por ejemplo, un pipote de agua te dura aproximadamente un día, eso si no tienes una familia con muchos integrantes, entonces, cuánto gastas en agua durante un mes pagándola a un dólar y medio”, se pregunta. Son costos adicionales que no los cubre un sueldo mínimo valorado en menos de un dólar mensual.