Libertador: hasta a los “privilegiados” de Caracas se les secó el grifo (II)
Más de 300 protestas por falta de agua se han registrado en lo que va de 2018 porque los grifos de más de medio país siguen secos. Aunque los habitantes del municipio Libertador fueron “privilegiados” por tener el servicio con más frecuencia, finalmente la crisis los alcanzó. Los ciudadanos tienen que resolver por su cuenta
Era parte de un anuncio casi tradicional. Hidrocapital informó que, desde el miércoles 28 de marzo hasta el domingo 1ro de abril, el servicio de agua en el municipio Libertador se suspendería durante los días de asueto por reparaciones y mantenimiento en el sistema. Pero pasó el lunes, el martes, el miércoles después de Semana Santa y el agua no llegó.
Cuatro meses después, el suministro sigue sin alcanzar los niveles mínimos de regularidad y las zonas del municipio Libertador que aún contaban con el servicio de manera más frecuente han visto desaparecer el agua de sus grifos sin que siquiera el plan de racionamiento les dé una idea aproximada de cuándo volverá.
En las zonas caraqueñas que venían arrastrando la falta de agua por el plan de racionamiento o por averías continuas, sólo se agudizó de tal forma que se convirtieron en sectores críticos que pasan más de 7 días sin siquiera una hora diaria del suministro y otros no reciben el servicio desde enero.
Y así como el agua, la paciencia se agotó. Durante el primer semestre de 2018 se registraron 342 protestas por agua. Nada más en abril -luego de la Semana Santa- se reportaron 105 manifestaciones de calle por falta de agua, una molestia que se mantuvo en mayo cuando se contaron otras 99 protestas y 73 más en junio, según muestran los datos del Informe del Observatorio Social Humanitario recopilado por Voluntad Popular. 98 de esas protestas ocurrieron en el estado Miranda, 51 en Lara y otras 46 en el Distrito Capital.
La información oficial solo se limita a comunicados que se publican a través de la cuenta en twitter de la empresa hidrológica. Desde marzo la cuenta @Hidrocapitalca, informa cada semana sobre dos y tres averías que presentan como el motivo que ocasiona la interrupción. El patrón común es que las publicaciones prometen que en un promedio de entre 24 y 48 horas será restablecido. Pero a juzgar por las más de 200 interacciones por tuit de los ciudadanos, luego de ese lapso de tiempo, el servicio sigue sin regularizarse y así suman días, semanas y meses enteros.
Zonas como Caricuao, El Junquito, Antímano, La Pastora, Lídice, La Candelaria, Montalbán y La Vega ya sufrían un sistema de racionamiento que les permitía contar con el agua tres días a la semana. Algunos tenían un esquema desde el domingo en la noche hasta el miércoles en la tarde y otros recibían agua desde el jueves hasta el sábado en la noche.
Sin embargo, sectores como El Paraíso, la Cota 905, La Florida, Catia, El Cementerio, La Concordia, Quinta Crespo, que habían logrado recibir un suministro más frecuente durante la semana, comenzaron a sufrir un racionamiento impredecible que la hidrológica justificaba con la sequía, y luego por averías que afectaron la distribución en el sistema Tuy I, II y III.
Así que ante la falta de respuestas, la gente comenzó a “resolver” por su cuenta. Por ser uno de los puntos más altos del municipio Libertador, gran parte de las casas y comercios en El Junquito tienen tanques para almacenar porque necesitan presión para que el agua llegue por tuberías. “Ningún tanque aguanta seis meses sin agua de la calle. La última vez que nos llegó por el chorro fue en los primeros días de marzo y después más nunca”, cuenta Leida Armas, habitante del Km 12.
Para fregar los platos, hacer comida y medio bañarse necesitan de 6 a 8 pimpinas y tienen que pagar 50 mil bolívares por cada una a quienes las cargan desde un manantial que queda por el sector 5 de julio. Los vecinos no entienden cómo funciona el sistema de tuberías en la zona porque aseguran que en el sector Panorama que queda en el kilómetro 11 les llega agua con más frecuencia –por lo menos una vez a la semana– así que de otras viviendas cercanas van a surtirse en los tubos que algunas personas ponen a disposición en sus casas.
“Yo no puedo cargar agua y a veces no tengo para pagarle a los muchachos que me la traen así que cuando llueve saco los envases y recojo agua de lluvia para fregar y tener una reserva en el baño”, cuenta Esther Mendoza, vecina del kilómetro 11.
El mes pasado, los vecinos de una urbanización del kilómetro 13 compraron una cisterna para llenar los tanques: 1 millón de bolívares por cada mil litros y lo mínimo que necesitan para cargar un solo tanque son 3 mil litros. Comentan que ya el presupuesto no les da para el gasto que implica pagar por tener agua porque sin que termine el mes, la reserva va por menos de la mitad.
“La semana pasada, unos vecinos de Los Alticos fueron a (la sede de) Hidrocapital que está en el km 12 para que llenaran unos tobos y adivina qué: ellos tampoco tenían agua”, cuenta Milagros Rojas, quien trabaja en la zona desde hace 5 años.
Fugas por chorros
El concejal Jesús Armas, quien le ha hecho seguimiento al problema del agua y está levantando una encuesta sobre las fallas del servicio en el municipio Libertador, explica que además de la falta de mantenimiento y los problemas de bombeo que se presentan en las plantas, un aproximado de 30% del agua se pierde a través de fugas y averías que se multiplican por toda la ciudad.
En San Martín, los vecinos del sector Capuchinos observaban cómo durante días se botaba el agua en plena calle mientras en sus casas no salía ni una gota. Hace una semana decidieron bajar a la avenida, destapar una alcantarilla y tomar el agua directamente de la tubería que está en la calle.
? [#VIDEO] Desde tempranas horas de la mañana los habitantes de San Martín tienen que llenar recipientes, entre grandes y pequeños, ante la escasez de agua. Denuncian que Hidrocapital no revisa los problemas del sector #29Jun https://t.co/tgxr0bM535 pic.twitter.com/nft5uZv9qM
— NTN24 Venezuela (@NTN24ve) June 29, 2018
El lunes 2 de julio, cuatro zonas de Caracas amanecieron con los vecinos de la comunidad trancando las calles por una nueva semana que comenzaba sin tener suministro. El viernes 6, de nuevo la protesta se trasladó a la calle y un grupo de ciudadanos se dirigió hasta la sede de Hidrocapital en Chacaito para exigir soluciones.
La respuesta oficial fue que ese mismo día, la vicepresidenta Delcy Rodríguez junto a la ministra de Atención a las Aguas, Evelyn Vásquez, hicieron una visita de inspección a la planta Camatagua y la vicepresidenta aseguró que activarían “un plan de acción prioritaria para recuperar y mejorar la calidad del servicio de agua”.
En este nuevo comienzo activamos el plan de acción prioritaria para recuperar y mejorar la calidad del servicio de agua, cumpliendo con las #SieteLineasEstratégicas de gobierno, emanada por nuestro presidente @NicolasMaduro para beneficio del pueblo @DrodriguezVen pic.twitter.com/MRXjkYN7rc
— Evelyn Vásquez Figuera (@Evelyn_VasquezF) July 6, 2018
La otra alternativa que propone el Gobierno Nacional es que la gente se reúna en las llamadas Mesas de Agua para buscar las posibles soluciones en cada comunidad.
“Esto es un problema estructural que los vecinos no pueden resolver. Las Mesas de Agua pueden atender problemas específicos de una comunidad como una reparación o una avería temporal en la zona pero la gente no puede resolver un tema que tiene que ver con el manejo adecuado que requiere especialistas para mantener un sistema tan complejo (el Tuy I, II, III)”, dice Armas.
Hace apenas una semana, cuando las protestas volvieron a aparecer en el mapa caraqueño, el Ejecutivo Nacional anunció que sumaba una séptima línea estratégica a su plan de gobierno para atender los problemas estructurales (energía eléctrica, transporte público, gas y agua) en un intento de atajar las consecuencias del colapso en todos los servicios públicos.
La falta de agua, por ejemplo, complica y modifica la rutina de la gente. Margaret Ochoa vive en Caricuao y desde enero dejó de ir a la oficina los miércoles: ese es el único día en el que llega el agua a su edificio y como vive sola con su hija de 8 años no tiene quien recoja agua cuando ella no está, así que ese es el único día en el que puede lavar la ropa, limpiar los baños y almacenar lo poco que puede guardar para la semana.
Por lo menos tiene mejor suerte que Elizabeth Rondón que vive en el piso 18 de un edificio en la UD3. “Solo ponen el agua por una hora y como vivo en piso alto a mi casa no llega, apenas alcanzo a recoger los últimos 20 minutos”. Junto a su esposo y sus dos hijas de 10 y 12 años tienen que bajar al tanque del edificio y subir los 18 pisos por las escaleras con tobos y envases llenos de agua porque el ascensor no funciona.
“Tenemos tres meses cargando agua. Mis hijas se ponen a llorar cuando van por el piso 5 pero no tenemos opción. Hay semanas en las que no las mando a la escuela porque no pueden bañarse en la mañana o no pude lavar y tienen los uniformes sucios”, cuenta Rondón.
En Altos de Lídice no reciben agua por tuberías desde diciembre del año pasado. Llegó julio y asumen que el plan de racionamiento que les toca es de lunes a lunes. “Las personas empezaron a hacer trueque con comida para pagarle a los que les cargan el agua porque tampoco tienen efectivo. Así de desesperante es la situación”, comenta el concejal Armas.
Armas agrega que ni siquiera Hidrocapital tiene capacidad para solventar de manera paliativa el suministro “nada más tienen dos cisternas propias eso no alcanza ni para un edificio y un servicio de cisterna está costando 70 millones de bolívares”.
Ese hueco no soluciona
El concejal explica que la proliferación de excavaciones en pozos subterráneos no puede ser considerado una solución por varias razones: aunque hay unos 20 pozos en el Área Metropolitana esto aportaría solo 5% más de agua y de igual manera sería insuficiente; la explotación de pozos debe ser sustentable porque no deben agotar el recurso y las fugas del sistema pueden contaminar la reserva y no se puede garantizar que el líquido sea apto para consumo humano.
Mientras el mapa de la ciudad se va llenando de más y más puntos que reportan tener semanas y meses sin recibir una gota de agua y los que la reciben desconocen si la tendrán con regularidad. Las autoridades municipales solo han participado en las reuniones que el Ejecutivo propuso como Mesas de Agua y hasta ahora la única solución concreta que ha dado el Gobierno Nacional es esperar a que llueva, que llueva mucho.