Heroísmo de bisutería, por Simón Boccanegra
Ya el histrionismo y la charlatanería del presidente están llegando a extremos realmente delirantes. Ayer anunció que el 1º de mayo “tomará con la fuerza armada y el pueblo” los campos petroleros de la Faja del Orinoco.
Cualquiera creería que las transnacionales están allí atrincheradas con misiles y cañones para hacer resistencia. Nada que ver. Esa “nacionalización” no es sino una transacción financiera en la cual, en el cómodo ambiente de oficinas con aire acondicionado y no en campos de batalla, el Estado está adquiriendo acciones de esas empresas para llegar al 60% del total. Las está comprando, no expropiando y mucho menos confiscando.
El restante 40% quedará en manos de las compañías transnacionales. Nada épico, pues. Más bien cosa de yuppies. Mera transferencia de acciones disfrazada de hazaña heroica. “Toda la ganancia se la llevaban, pero ahora la ganancia se quedará”. No, perdón, será compartida con el 40% de las acciones “imperialistas”. “Se acabó la apertura”, vocifera Chávez. ¿Sí? ¿Y las concesiones en la plataforma deltana y en el Golfo de Venezuela? “Ahora Pdvsa manejará esos campos”. Sí, pero junto con sus socios “imperialistas”. Pura bufonería.