Hugo el administrador, por Simón Bocanegra
Difícilmente se va a encontrar en la historia de este país un mejor exponente del Principio de Peter que este Gobierno. Tal vez el de Julián Castro, poquito antes de la Guerra Federal. Muy rápido llegó el team Chávez a su nivel de incompetencia. Hay detalles elocuentes. La gente de Chevron-Texaco, responsable de uno de los cuatro grandes proyectos de la Faja del Orinoco, inversionistas extranjeros de esos que Chávez corteja en sus viajes por la galaxia, tenía tres meses pidiendo una entrevista con el jefe del Estado para su representante mundial. Finalmente lograron una cita para el pasado martes 20. Más aún, en la mañana de ese día Chávez estuvo en el programa de Carlos Fernandes en Televen y anunció, como demostración de que con el neoliberalismo salvaje no tiene problemas (siempre que sus representantes sean transnacionales), que esa tarde se iba a reunir con los petroleros de Chevron-Texaco. Ya asegurada la cita, el gringo se vino en su avión privado. Saliendo para Miraflores lo llamaron para avisarle que la reunión había sido cancelada y ni idea de cuándo podría ser. A buen seguro que la cantina militar que Chávez administraba debía estar quebrada.