Impecable, por Simón Boccanegra
La crítica de Salas Römer al texto del Acuerdo logrado en la Mesa es impecable: “La firma de ese convenio desvía la atención de la gente de problemas que son verdaderamente fundamentales, como el desempleo, la crisis asistencial, pobreza crítica, poca inversión y paralización del aparato productivo del país”. Como si fuera poco, el hombre del caballo añade otro argumento imbatible: “debemos empezar a preocuparnos por las cosas de verdadero interés colectivo”. Impecable.
Sin embargo, este sensato llamado tendría más fuerza si Don Henrique nos diera el ejemplo, abandonando de vez en cuando tanto el monotema de su candidatura como el del pleito con la Coordinadora Democrática y abordando los de su propio listado. Por su parte, la gente de Fedecamaras anunció que antes de decidir qué hacen con el Acuerdo deben consultar el parecer de sus bases gremiales. Impecable, Albis. Sin embargo, cuanta falta hizo esa pulcritud democrática cuando siete de los directivos de Fedecamaras firmaron el decretazo de Pedro Carmona, aquel día que este, sin mayor preocupación por la opinión de las bases gremiales, se autoungió como presidente de la República, madrugando previamente a Enrique Tejera París, allá en el piso cinco del Ministerio de la Defensa.