Importaciones desmedidas de azúcar tumban las ventas de productores locales
La producción nacional de caña de azúcar se ubica en el nivel más bajo en los últimos 60 años. Los cañicultores calculan que este año se molerán apenas 1,8 millones de toneladas, lo que representa 21% menos que 2019 cuando molieron 2,3 millones
Las importaciones de azúcar, que han crecido desde agosto de 2018 cuando el gobierno exoneró de aranceles a una serie de productos terminados, ha generado una competencia “desleal” con la producción nacional de caña de azúcar, la cual se ubica en el nivel más bajo en los últimos 60 años.
La Federación de Cañicultores de Venezuela (Fesoca) denuncia que la oferta cada vez mayor del rubro importado en el mercado interno ha tumbado las ventas de los productores nacionales, quienes tienen sus almacenes abarrotados de azúcar.
“Las importaciones nos tienen acogotados, es una gran desventaja competitiva”, afirmó el economista agrícola José Ricardo Álvarez, presidente de Fesoca. “La miseria que estamos produciendo sigue dentro de los almacenes de los centrales, no la hemos podido vender”.
Álvarez sostiene que el gobierno se ha dedicado a permitir que todo el que tenga un mínimo local pueda traer cualquier azúcar sin pagar aranceles, sin permiso e incluso sin el más mínimo control sanitario. De hecho, calcula que más de la mitad de los azúcares que entran al país no tiene licencia de importación que otorga el gobierno.
“Están trayendo azúcar sin ningún tipo de control higiénico. Lo traen en barco que puede venir con cualquier cantidad de putrefacción o defecaciones de animales. La gente no sabe qué está comprando”.
La oferta de productos importados en los comercios ha crecido desde agosto de 2018 cuando Nicolás Maduro exoneró a 8.288 rubros del pago del Impuesto de Importación, del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y de la Tasa por Determinación del Régimen Aduanero. En diciembre pasado, el gobierno prorrogó la medida hasta el 30 de junio de 2020, pero dejó por fuera 4.999 códigos arancelarios, de los cuales 86,92% son materias primas y maquinarias, y privilegió los productos terminados, entre ellos el azúcar.
“Aquí hay que apoyar lo hecho en Venezuela para devolver la tranquilidad al venezolano, para que más nunca haga cola para conseguir una cajita de comida o un kilo de azúcar”, expresó Aquiles Hopkins, presidente de Fedeagro.
“La producción nacional nunca ha sido prioritaria para los responsables de la política agrícola. Hoy le dan la espalda a lo hecho en Venezuela y se prioriza la agenda de las importaciones. Tenemos un Estado que eliminó los aranceles y el IVA para muchos productos importados, pero los insumos que nosotros los productores necesitamos para producir esa caña de azúcar en Venezuela sí están pechados”.
A finales de enero, la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria) denunció que la exoneración de impuestos arancelarios promueve la importación y la comercialización de bienes finales con lo que se beneficia al trabajador de otras latitudes y se generan riquezas para empresarios foráneos e intermediarios.
“Peor aún, con este decreto, el gobierno, lejos de alcanzar el objetivo que expresa en los considerandos de la norma en cuestión, continúa contribuyendo, inequívocamente, al cierre de más establecimientos industriales, con el consecuente desempleo y disminución de exportaciones, en perjuicio del ingreso del grupo familiar y en la contracción aún mayor de la demanda de bienes producidos en Venezuela”.
La producción se extingue
Además de la competencia “desleal” con azúcar importada, los cañicultores se han visto afectados principalmente por la escasez de fertilizantes, la falta de divisas y de financiamiento y por el colapso de los servicios públicos, que afecta el sistema de riego.
Los cañicultores calculan que este año se molerán 1,8 millones de toneladas de caña, lo que representaría una caída de 21% con respecto al año 2019, cuando molieron 2,3 millones de toneladas.
De 120.000 hectáreas de caña que tenían en todo el territorio nacional hoy apenas cuentan con 50.000 hectáreas. Y de tener un promedio de entre 70 y 80 toneladas de caña por hectárea, eso se ha reducido a 40 toneladas por hectárea simplemente porque no han podido nutrir las plantas. “Están raquíticas. Vemos cómo se van desaparecieron por la falta de una verdadera y necesaria nutrición y no lo hacemos porque no hay los fertilizantes en el país que debería haber”.
Hopkins denunció que Pequiven les informó a los productores agropecuarios que este año no podrá producir ni importar fertilizantes. “Esto deja a la producción nacional en la deriva. Nosotros pudiéramos ir a la banca a pedir financiamiento para importar los fertilizantes, pero el gobierno eliminó el crédito con el encaje bancario”.
Los productores de caña llevan cinco años que no fertilizan las cañas como debe ser ni hacen las labores de campo porque no consiguen los insumos.
“Tenemos que nosotros salir al mercado internacional a comprar estos insumos y no tenemos la caja suficiente porque no estamos produciendo y además no hay financiamiento y no estamos vendiendo. Encima de que tenemos que traer los insumos importados y los repuestos que necesitan para los tractores, la mayoría de ellos tienen que pagar impuestos arancelarios”, añadió Álvarez.
Para la zafra 2018-2019 el gobierno tampoco proporcionó a los productores insumos básicos como fertilizantes y agroquímicos, por lo que no hubo manera de llevar a cabo las labores durante la producción de caña de azúcar, como la fertilización y el control de la maleza a través de los agroquímicos.
La falta de los suministros agrícolas y los problemas con el sistema de riego por las fallas eléctricas, fueron dos de los principales factores que afectaron la producción de los cañicultores. En la zafra 2005-2006 los productores lograron moler 9,02 millones de toneladas y satisfacer 65% de la demanda.
Actualmente solo cuatro de los seis centrales azucareros privados siguen funcionando. La Azucarera Río Turbio, ubicada en el estado Lara, cerró el 16 de septiembre de 2019 luego de 74 años de operaciones; y el Central Carora tiene aproximadamente cinco años cerrado. De los centrales públicos apenas tres operan: Industria Santa Elena en Acarigua, Central Sucre (Cumanacoa) en el estado Sucre y Central Azucarero Venezuela en Zulia. La Azucarera Pío Tamayo, Central Trujillo, Industria Santa Clara, Guanare, Complejo Agroindustrial Azucarero Ezequiel Zamora, Cariaco y Central Azucarero del Táchira no muele ni una tonelada de caña de azúcar.
Ninguno de los centrales del Estado ha arrancado operaciones en la zafra 2019- 2020, mientras que las privadas sí. Hasta el 9 de febrero de 2020 la Central Azucarera Portuguesa llevaba 650.000 toneladas de caña molidas, Central El Palmar 82.450 toneladas, Moliendas Papelón 256.470 toneladas y el Central Azucarero La Pastora lleva 55.736 toneladas de caña.