Incorporación, por Gonzalo Oliveros Navarro

Una de las decisiones más inconvenientes para Venezuela y en especial para sus ciudadanos, adoptadas por el presidente Chávez, fue la de excluir a nuestro país de la Comunidad Andina de Naciones. Hoy, en las actuales circunstancias de los venezolanos en el mundo, ello se refleja evidente.
Si hubiéremos continuado perteneciendo a ésta, los venezolanos pudiéremos viajar libremente por los países andinos (Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia) sin pasaporte ni visa, sólo portando nuestra cédula de identidad. Evitaríamos así el gran problema de irregularidad migratoria que afecta a esos países con ocasión de nuestra permanencia en ellos sin el referido documento de viaje.
Adicionalmente, en ejecución del convenio que lleva el nombre de uno de los más internacionales venezolanos de todas las épocas, Andrés Bello, tendríamos el derecho a estudiar en cualquiera de los países que integran dicha comunidad sin perder el grado que se cursa en Venezuela.
*Lea también: Hussein y Maduro, por Eduardo López Sandoval
Los venezolanos, que han salido de nuestro país a trabajar para tratar de mantener en este a sus familias, con la decisión del presidente Chávez, perdieron la oportunidad de trabajar en el territorio de los otros países andinos en las mismas condiciones que los nacionales, lo cual en este momento buena falta nos hace.
Igualmente, de haber continuado vinculados a esa comunidad que para nosotros nos es tan natural y de la cual fuimos fundadores, pudiéremos permanecer en el ámbito territorial de los países miembros de la misma, con fines laborales, pudiendo por ello acceder a seguridad social y salud en el trabajo
Una de las cosas que ha afectado a los migrantes venezolanos, es la ausencia de atención en consulados. En estos, cuando menos en Colombia, solo se les presta asistencia a quienes tienen condición migratoria regular. Nuestra vinculación a la comunidad andina de naciones, hubiere permitido que en cualquiera de los consulados de los países miembros de ella se nos prestara asistencia.
Todas esas ventajas nos fueron privadas por una decisión personal, unilateral e inconsulta de quien ejerció la presidencia de nuestro país sin límite ninguno.
En Venezuela, próximamente su poder legislativo someterá a segunda discusión, el estatuto de la transición. Allí se contempla la incorporación de nuestro país al concierto de las naciones libres.
Buen homenaje a nuestro Libertador sería que fuere a la Comunidad Andina de Naciones donde lo hiciéremos de primero.