Chapagones, por Teodoro Petkoff
La crisis eléctrica es hija legítima de Hugo Chávez. No son necesarias pruebas de ADN para comprobarlo. Por más que él y sus servidores pataleen, no hace falta ningún juicio de paternidad para sustanciar el asunto. Lo que sí está claro es que se trata de una paternidad irresponsable. Chacumbele y sus «planificadores» abandonaron al Sistema Eléctrico nacional y ahora, cuando este reclama atención, están haciendo esfuerzos inimaginables para sacudirse sus responsabilidades.
¿Que creció el consumo? Obvio. Sin embargo, la pregunta es otra: ¿creció, junto con este, la generación de electricidad, para atender aquel perfectamente previsible incremento? ¿No era deber del gobierno prever la expansión de la demanda, aunque no fuera sino por el crecimiento vegetativo de la población? Eso fue, exactamente, lo que no se hizo. De hecho, Giordani, como si el asunto no fuera con él, nos informa que no ha habido inversión en el sector. «No ha habido inversión». ¿Quién es el sujeto de esta oración? ¿Quién «no ha hecho la inversión»? Pues, el dueño de Edelca, de Cadafe, de Enelven, de Enelbar, de Uribante-Caparo, y desde hace más de un año, de La Electricidad de Caracas. El dueño de las represas, el dueño de las líneas de transmisión. El responsable de la planificación del sector. En definitiva, el Estado y, más concretamente, quien lo maneja desde hace once años, el gobierno de Chacumbele.
Un ejemplo. El aprovechamiento del Caroní fue planificado hace décadas por aquel formidable equipo de CVG que dirigió el general Alfonso Ravard. De allí salieron las presas Macagua I, Guri I y II, Macagua II y III, Caruachi y Tocoma (todavía en construcción). De allí sale el 70% de la electricidad. Pero el gobierno de Chacumbele decidió paralizar la construcción de cuatro represas más en el Alto Caroní, que en conjunto habrían de aportar 10 mil megavatios: Tayucay (1.800 MGW), Aripichi (2.800 MGW), Eutobarima (2.700 MGW) y Auraima (2.700 MGW).
¿Cómo se explica esta estupidez? Sigamos.La central hidroeléctrica La Vueltosa, parte del complejo Uribante Caparo, cuya construcción viene desde antes de Chacumbele, debía ser terminada en 2007. Ahora, se anuncia para 2011. ¿Quién es el responsable del retraso? Hugo Chávez.
La represa de Tocoma, en el Caroní, debía iniciar operaciones a finales de este año. Ahora, se avisa que será en 2014.
¿Quién es responsable de este retraso? ¿Quién va a ser? Víctor Poleo, ex viceministro del sector eléctrico entre 1999 y 2001, explica estas demoras por la corrupción y el despilfarro. «Pues los recursos están», dice Poleo, y lo demuestra.
Entre 2001 y 2005 debían ser ejecutados 285 proyectos de transmisión, para los cuales se presupuestaron 643 millones de dólares. A la fecha, se ha ejecutado apenas 24% del gasto, o sea, 155 millones de dólares. Poleo dice que se desconoce dónde está el resto de la plata. Dejaron de invertirse 488 millones de dólares y el sistema de transmisión está pegado con saliva de loro. ¿Sabe, por ventura, el Rey de la Pamplina Frita, Jorge Giordani, qué se hicieron esos dólares? Lo menos que puede hacer Chacumbele es reconocer esos hijos suyos: la crisis eléctrica, el racionamiento, la corrupción, el despilfarro y, sobre todo, la suprema incapacidad que preside todo.