Los helados de Chávez se quedaron fríos

Fue un sueño frustrado. En octubre de 2012, durante el primer Consejo de Ministros que hizo Hugo Chávez luego de su reelección, fue inaugurada la fábrica de helados Coppelia en San Juan de los Cayos, en el estado Falcón. La promesa era que produciría 26 mil unidades en diferentes presentaciones.
«Esta planta que estamos inaugurando hoy tiene una capacidad de 4.000 litros por turno, cerca de 26.000 helados diarios. Con la planta que estamos iniciando en Acarigua vamos a llegar a 30.000 litros más para colocarnos en casi 5 millones de helados que serán distribuidos en la población», informó unos de los trabajadores de la planta, en reseña de la estatal AVN.
La planta que está adscrita al Ministerio para la Alimentación, se desarrolló como parte del convenio Cuba Venezuela, y sería administrada por Lácteos Los Andes. Aunque había un interés personal, Chávez contó de la admiración que tenía por estos postres, los que calificó como «los mejores del mundo. No son solo una golosina, sino también como alimento».
Los traspiés comenzaron enseguida. Apena un mes después de la inauguración, en noviembre de 2012, el propio Chávez se mostró disgustado por el mal funcionamiento de la empresa. Entonces, la m i n i s t r a del Despacho de la Presidencia, Carmen Meléndez, justificó la falta: «una máquina está dañada» y falta materia prima y envases, por lo cual la empresa está paralizada. Hoy repararon la máquina y empezarían a realizar helados de fresa, el único sabor disponible».
La meta de Chávez no prosperó. El helado cubano no se consigue con facilidad y donde se consiguen, apenas la variedad es de apenas cuatro sabores.
Aunque sea difícil saciar las ganas de comerse un helado socialista, la empresa no ha dejado de recibir recursos. En una investigación realizada por la periodista Lisseth Boon corroboró que sólo en 2012 y 2013 se desembolsaron importantes sumas de dinero para mantener activo el proyecto.
El gasto supera los 22 millones de dólares, de acuerdo a la información que difundió el 21 de marzo de 2012 el entonces secretario de Desarrollo Económico de la gobernación de Portuguesa, Roger Limonche. Con ese monto se haría la construcción, equipamiento y gestión de la planta con capacidad para generar 40 mil litros de helado al día, mediante el convenio Cuba-Venezuela.
Pero hay más. Pese a la opacidad informativa, se supo en septiembre de 2013 que Venezuela había inyectado capital a la fábrica de helados Coppelia en Cuba. José Luis Leal, director de la EPL de Cuba, declaró a la oficialista Agencia Cubana de Noticias que «la fábrica en la isla incrementaría su capacidad de producción a partir del primer trimestre de 2014 gracias a una inversión de 4 millones de dólares en su sistema tecnológico, contemplado en el proyecto de colaboración con Venezuela».
El gerente de la planta de Helados Coppelia, Wlakris Rojas, declaró a la periodista Lisseth Boon en abril de 2014 que la fábrica mantenía 72 puntos de distribución (neveras) en Caracas, siete en Lara, y 10 en Falcón. Entonces, prometió que estaría próxima la apertura de una tienda en la sede del Abasto Bicentenario en Plaza Venezuela.
Sin embargo, dos años después ese local no está habilitado. En Caracas apenas funciona uno ubicado en las adyacencias de la Plaza San Jacinto; uno de las cinco sedes en todo el territorio: Caracas, Maracay, Barquisimeto y dos en Miranda, de acuerdo a una nota de prensa publicada por AVN.
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