Rescatan a cuatro adolescentes venezolanas en Perú por trata de blancas
Antes de cruzar la frontera, alteraron las fechas de nacimiento en los documentos de identidad de las jóvenes venezolanas para que las autoridades peruanas permitieran la entrada
La Dirección de Investigación Criminal de Perú detuvo a una pareja de venezolanos que explotaba a cuatro jóvenes de su misma nacionalidad.
Las adolescentes de 16 y 17 años estuvieron secuestradas por los venezolanos, junto a un socio de nacionalidad peruana durante 15 días y eran ofrecidas por 300 soles.
Los tratantes fueron identificados como Heinyareli Daleska Flores García, de 18 años, y su novio, Brandon Alexander Sandía Martínez, de 19. Ambos llegaron al Perú hace un año en calidad de turistas.
A inicios del 2018, Flores y Sandía se pusieron en contacto con las cuatro adolescentes venezolanas, quienes se habían mudado a Colombia por la crisis en el paí8s y les vendieron el «sueño peruano». Les prometieron mejores oportunidades laborales como un trabajo estable dentro de una empresa, y las subieron a un bus.
Antes de cruzar la frontera, alteraron las fechas de nacimiento en los documentos de identidad de las jóvenes venezolanas para que las autoridades peruanas permitieran la entrada.
La Asociación Civil Paz Activa indicó en marzo de 2018 que la migración forzosa incide como el principal detonante en los venezolanos víctimas de la trata, debido a la crisis económica y social que atraviesa el país.
El calvario
Una vez en Lima, les quitaron sus documentos y su dinero, y las dejaron incomunicadas dentro de un departamento.
Jonnathan Franz Paredes Ríos, el cómplice peruano de 32 años, vigilaba la propiedad para evitar una fuga, y además era el encargado de llevar a las menores a las citas de pareja.
La semana pasada, una mujer alertó a la Policía peruana las actividades sospechosas que ocurrían en el departamento.
La División de Secuestros rescató el 25 de abril a las adolescentes, que habían sido trasladadas a unos hoteles en San Juan de Miraflores. Luego, detuvo a la pareja de tratantes, a su cómplice peruano y un abogado que contrató los servicios de las menores.
Los agentes de la Policía Nacional Peruana encontraron un cuaderno donde los criminales registraban lo recaudado a costa de sus víctimas. Las menores no recibían nada de dinero y debían cumplir con cinco sesiones por jornada a cambio de techo y comida.
Con información de El Comercio