La reconversión del terror, por Armando J. Pernía
Las señales que llegan del sector bancario sobre la reconversión monetaria son alarmantes. La situación que viven las instituciones con el proceso de ajuste de parámetros técnicos y reexpresión de sus cuentas se parece mucho a un estado de anarquía.
Por varias vías, representantes de los bancos han advertido al directorio del Banco Central de Venezuela (BCV) que no es posible el tránsito al denominado bolívar “soberano” sin una transición de al menos tres meses, pero la respuesta del ente emisor es que el cambio se hará el 4 de junio sin dilaciones.
El consorcio Credicard, que maneja la plataforma de pagos electrónicos en el país, está solicitando pruebas a las entidades financieras en los próximos días, pero lo cierto es que los sistemas ni siquiera están listos.
Una fuente técnica del proceso indica que las gerencias de los bancos y de Credicard están funcionando en un “clima de terror”, ya que si el proceso fracasa, como es muy probable, seguramente serán responsabilizados por el gobierno, lo que, en las condiciones actuales, puede acarrear, incluso, cárcel para directivos y ejecutivos de estas compañías.
Con el problema de la gestión de efectivo, al parecer la mayoría de las gerencias del sistema bancario se ha rendido. No es posible recoger y reponer 15.000 millones de piezas en un plazo tan corto, y menos hacerlo sin problemas como lo están exigiendo el BCV y la Superintendencia de Bancos.
La banca tiene activos entre 7.000 y 8.000 cajeros automáticos, de una red que, en condiciones normales, supera los 10.000 y los técnicos estiman que no es posible ajustar los sistemas para que los ATMs reconozcan los nuevos billetes en menos de 45 días.
La situación promete ser poco menos que catastrófica para el comercio, porque el plazo para la reexpresión de los precios es mínimo y no es posible que se ajusten los sistemas de facturación en cuestión de días.
Muchas empresas están trabajando con base en “escenarios” para desarrollar planes de contingencia que permitan abrir los negocios en un escenario caótico, pero es poco lo que se puede hacer.
El gobierno actúa con una lógica policial para manejar un proceso que es básicamente técnico y económico. La intención es “quemarles las manos” a los traficantes de billetes –por cierto, mafias cuya existencia no es posible explicar sin la participación de funcionarios públicos– para que se queden “guindando” con enormes cantidades de efectivo sin valor.
El problema es que si no se alcanza una oferta suficiente de piezas que se suministren de manera regular, las mafias existirán igual y entonces serán los bolívares “soberanos” los que se traficarán con comisiones incluso mayor que las actuales.
Lo cierto es que está creciendo un mercado negro de billetes que, por cierto, es más descentralizado y extendido de lo que muchos creen, donde se cobran comisiones de entre 50% y 100% del valor nominal del billete.
Estas mafias se mueven por las mismas vías del “bachaqueo”, lo que permite hacer fuertes “descuentos” en los precios de algunos productos esenciales si se pagan en efectivo, ya que los billetes recibidos se utilizan para un intercambio tan o más lucrativo.
El gran problema es que las “soluciones” que propone el gobierno, incluyendo a la nueva reconversión monetaria, no van a la médula del problema que es, sin duda, una estrategia económica desastrosa, cuyo correlato monetario no puede ser más irracional.
Algunos de los expertos informáticos y financieros que se reúnen con funcionarios del gobierno para trabajar en la reconversión monetaria afirman no poder creer el grado de desinformación y desconocimiento técnico de estos decisores públicos, incapaces de calibrar argumentos y de pensar con cabeza propia sobre los riesgos de sus acciones.
Vendrán días duros para el desenvolvimiento normal de las actividades económicas. Algunos, en la Banca, creen que, al final, se cambiará la fecha del cambio del cono monetario y apelan a la experiencia con el incombustible billete de 100 bolívares como argumento para reforzar su expectativa. ¿Vanas esperanzas? Vaya usted a saber
En todo caso, lo que sí es seguro es que hay que prepararse para lo peor.
La negociación se agota…
Los candidatos Javier Bertucci y Henri Falcón tienen puentes tendidos para alcanzar un acuerdo que permita una candidatura “unitaria” de la oposición no abstencionista.
Bertucci se mueve para lograr el apoyo del aspirante minoritario Luis Alejandro Ratti, mientras que Falcón espera que lleguen respaldos más orgánicos desde la Mesa de la Unidad Democrática; sin embargo, la desesperación comienza a extenderse en el comando del ex gobernador larense.
Los apoyos que debían llegar de dirigentes importantes de AD y Primero Justicia no se concretan y las conversaciones con algunos sectores integrantes del llamado Frente Amplio son muy cordiales, pero no fructifican.
La carrera por construir un aparato que permita defender los votos en las mesas es la prioridad, ya que ninguno de los candidatos tiene los recursos y el músculo partidista necesario para garantizar presencia en todos los centros de votación.
Fuentes vinculadas al Movimiento al Socialismo (MAS) reconocen que parece complicado llegar a cubrir siquiera 70% de las mesas, por lo que se está diseñando una logística que permita privilegiar los centros claves en el país.
La existencia de esta tentativa de diálogo entre las candidaturas antichavistas habla de que, hasta ahora, no ha sido posible revertir de manera sustancial el impacto de la línea abstencionista de los partidos mayoritarios en la oposición.