El Gobierno secuestra no solo a Requesens

El secuestro es un arma que está utilizando el Gobierno. Lo emplean contra la oposición de siempre y también contra los chavistas críticos. Una de las primeras víctimas fue el diputado Germán Ferrer, a quien le secuestraron una hija. Coincidió con que su esposa, la fiscal Luisa Ortega Díaz -todavía no había saltado la talanquera pero andaba en eso-, había viajado a Brasil para indagar sobre los sobornos de Odebrecht.
Otro caso correspondió al que manejaba la cuenta en twitter @dolarpro, Carlos Eduardo Marrón Colmenares, quien residía en Estados Unidos. A su padre lo secuestraron en Caracas y lo llamaron para negociar su rescate. Qué casualidad apenas Marrón Colmenares aterrizó en Maiquetía procedente del imperio para ocuparse del asunto, fue arrestado por el Sebin. Tan solo horas después, su padre fue liberado. No vayan a pensar mal.
El caso más obvio fue el de Juan Pedro Lares. Su padre, Omar Lares, era el alcalde de Ejido, en Mérida, y el Gobierno lo quiso encarcelar el día de la “elección” de la ilegal constituyente. Como no aprehendieron al alcalde se llevaron preso al hijo, quien pasó varios meses en El Helicoide, sin juicio y con violación a sus derechos humanos.
A un exfuncionario chavista, adversario de Maduro, le secuestraron un hijo, por breves minutos, y le enviaron a través de él un mensaje a su padre. Mensaje poco tranquilizador.
Recientemente ocurrió otro caso que no ha trascendido a la opinión pública. A una exalta funcionaria chavista, ahora crítica, le intentaron secuestrar un hijo. Del susto se fue al exilio con toda la familia. La mafia enseña.