Gremios afirman que Convenio Cambiario N° 1 es escueto y podría quedar en «letra muerta»
Representantes del sector productivo estiman que el nuevo convenio cambiario no desmonta los controles existentes en el país desde el año 2003. Consideran que la medida será eficaz siempre y cuando la tasa de cambio se establezca de acuerdo a la libre oferta y demanda
El sector productivo del país no guarda muchas esperanzas sobre los recientes anuncios en materia cambiaria. Representantes de algunos gremios consultados sostienen que es escueto y que podría quedar en «letra muerta».
El Gobierno venezolano publicó en Gaceta Oficial, el Convenio Cambiario Número 1 el pasado viernes 7 de septiembre, con el se deroga varios de los 39 convenios anteriores, incluso el que estableció el control de cambio en marzo del año 2003.
El anuncio fue hecho por el ministro de Economía y Finanzas, Simón Zerpa, quien aseguró que el recurso “abre una ventana a la inversión productiva”.
Letra muerta
El presidente de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), Juan Pablo Olalquiaga, precisó que el nuevo convenio cambiario reconoce la necesidad de una tasa de cambio libre y flotante en el país. Así como también, expone que la banca privada pueda ser utilizada como “vehículo para generar transacciones”.
Afirmó que este convenio genera incertidumbre porque el texto señala que las transacciones serán administradas por el ente emisor. En este sentido, infirió que la medida no será un sistema libre debido a que el precio de las transacciones será impuesto por el Banco Central de Venezuela (BCV) y no por la libre oferta y demanda.
“La estructura del convenio establece una liberación del sistema cambiario. Hay que ve si acaso el Dicom que permanece, se desliza hacia la tasa de cambio de mercado. Si pasa eso podemos pensar que el BCV va a admitir transacciones a la tasa de cambio de libre oferta y demanda. Dependiendo de eso se determinará si el convenio cambiario es útil o letra muerta”
Para Olalquiaga no queda claro el futuro del petro, ya que en este convenio no se habla de Dicom ni de este criptoactivo. “¿Si vas a poner una tasa de cambio que no está vinculada con el petro quiere decir que con todo esto, el tema del petro se olvidó?”, se preguntó.
Sobre el impacto que el nuevo convenio generará en la economía venezolana, consideró que si el BCV permite el deslizamiento de la tasa de cambio al precio de la oferta y la demanda significaría el “verdadero desmontaje” del control cambiario.
Por el contrario, dijo, si el ente rector mantiene la tasa de cambio por debajo de la libre oferta y demanda entonces este convenio “no sirve para nada”.
Mazazo a la producción
Tras la entrada en vigencia del nuevo convenio, el Gobierno venezolano asegura que se abrirán los caminos a la producción nacional. Del mismo modo, estiman que abre los canales para que el sector productivo nacional e internacional invierta divisas en el país.
Ante el esto el presidente de la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro), Aquiles Hopkins, ve con preocupación que no hayan sido establecidas medidas que impulsen el aparato productivo venezolano.
“No vemos una medida, orientada a la recuperación de la producción nacional. Ninguna medida de apoyo o estímulo a que se produzca más maíz arroz, café, carne y pollo”, señaló
Hopkins calificó la medida anunciada el pasado 7 de septiembre como “escueta e incompleta”, por carecer de estrategias para desarrollar el aparato productivo del país.
Consideró que el decreto es un paso importante hacia la liberación del control cambiario. Sin embargo, aseveró que esto no significa su levantamiento. Dijo que la medida representa una “flexibilización” pero que habrá una real apertura en el tema cambiario cuando las divisas puedan ser ofertadas bajo la libre oferta y demanda.
El presidente de Fedeagro sostuvo que cuando se entienda si realmente hay o no una oferta de divisas que nutra la demanda de la economía, se caminaría por la ruta correcta; pero si el sector público no es quien oferta las divisas entonces se hablaría de “más de lo mismo” y continuará el mercado paralelo dentro del territorio nacional.
Denunció que el Ejecutivo, sigue “fijando precios de espaldas al costo de la producción”. Por esta razón, estimó que el recurso no genera confianza en el sector.
Advirtió que el paquete de medidas debió ser consultado con los sectores productivos de la nación. En este sentido, explicó que la estrategia ha debido estar acompañada por medidas que hagan frente a la inflación, que garanticen la seguridad jurídica y condiciones para la inversión.
Contradicción eterna
Con el convenio se establece la libre convertibilidad y cesan todas las restricciones que pesaban sobre las operaciones cambiarias. En este sentido, el ministro Zerpa informó que el BCV centralizará la compra y venta de divisas producto de la exportación de las empresas públicas. La banca estatal y privada podrá vender y comprar dólares al menudeo.
Sobre esto la presidenta del Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio), María Carolina Uzcátegui, expuso que tras todo lo anunciado por el Estado “sigue existiendo el Dicom”, cuestión que a su juicio es una declaración de la permanencia del control de cambio en el territorio nacional.
Asomó una “pequeña flexibilización”, no obstante, «se mantiene el control de cambio y un esquema de políticas económicas en general que no generan confianza suficiente para atraer la inversión al país”. A su juicio, el desmontaje de los controles “sería uno de los más grandes beneficios para el aparato productivo del país”.
Resaltó que el sector que representa es víctima de persecuciones y restricciones. Sobre esto, aseveró que “sin libertades no hay confianza”. Destacó que el control de precios se contrapone a la flexibilización del convenio. Al mismo tiempo, estimó que “en hiperinflación es imposible acordar precios”.
“El comercio está fuertemente golpeado. Estamos casi devastados” dijo. Asimismo, explicó que de nada sirve que el sector exportador se quede con el 80% de las divisas porque no hay condiciones dentro del territorio
A juicio de Uzcátegui, un desmontaje de la política cambiaria aislado no solucionará los problemas del país. “Hay todo un paquete de fórmulas que el Gobierno sabe que debe ejecutar”, explicó. Sugirió que algunas de las medidas complementarias para impulsar la superación de la crisis económica que azota a Venezuela es establecer una verdadera libertad en la convertibilidad de la moneda, desmontar los procesos de controles y establecer el diálogo tripartito entre empresas, trabajadores y gobierno.
“Requerimos venezolanos con capacidad adquisitiva, pero esto no se traduce en pagar mejores sueldos sino en establecer medidas que paren la inflación” sostuvo. Al tiempo que rechazó que el gremio viva bajo incertidumbre ante la «contradicción eterna» que el Gobierno tiene entre los que dice, escribe y hace.
“No es cuánto ganes sino qué capacidad de compra tiene ese dinero”, concluyó.