La promesa del buque hospital chino no fue medicina suficiente
Desde que el Gobierno anunció la llegada del buque hospital chino Arca de la Paz, decenas de pacientes con patologías de todo tipo comenzaron a agolparse en la entrada del puerto de La Guaira para conseguir la consulta, el tratamiento o el turno quirúrgico que no encuentran en los hospitales venezolanos
La cola se reconoce por las dolencias de la gente que se agolpa frente a la reja del puerto de La Guaira, donde se divisa a lo lejos una parte de la estructura blanca del buque hospital chino Arca de la Paz, que llegó a aguas venezolanas el pasado sábado 22 de septiembre. Desde el domingo en la mañana comenzaron a llegar personas que buscaban un lugar en la consulta, un cupo en los quirófanos o alguno de los medicamentos que no consiguen en los centros de salud venezolanos. Pero estar enfermos no es suficiente para ser atendidos por el equipo médico del buque chino que se encuentra de gira en misión estratégica por la región del Caribe y estará una semana anclado en Venezuela.
Con carpetas llenas de récipes e informes médicos arrugados tratan de explicar la emergencia que amerita sus patologías. Otros muestran el dolor vivo en la piel infectada o la cicatriz de una fractura que debe ser revisada. A ratos la tos y el llanto recurrente de unos bebés con fiebre interrumpe la explicación colectiva. Pero los funcionarios de la Guardia Nacional solo custodian la entrada y poco entienden de dolores, síndromes y tratamientos. No hay personal del Ministerio de Salud, ni alguien que sirva de enlace con los especialistas que reciben a los pacientes dentro del buque anclado a muchos metros de distancia y tres alcabalas militares más. «No pueden pasar todos porque adentro está lleno de gente, pueblo como ustedes, porque eso lo están controlando los consejos comunales. El control de los pacientes que llegan lo lleva cada parroquia», le explica a la multitud un efectivo militar de apellido Ochoa.
Pero la enfermedad no entiende de parroquias ni espera por diagnósticos comunitarios. Por eso los pacientes que llegaron desde Boconó, Maturín, Ciudad Bolívar, Guárico y diferentes sectores de Vargas y Caracas hicieron su propia lista, una que a las 10 de la mañana del martes 25 ya llevaba 87 personas y seguían llegando.
«Son 200 cupos por parroquia y en el buque hay una capacidad limitada porque pueden atender máximo 600 personas diarias. Ellos trabajan hasta las 5 de la tarde. Nosotros podemos llevarle la lista que ustedes hicieron pero no les garantizamos que los puedan ver porque no sabemos qué patología están atendiendo hoy y ellos tienen sus propias normas”, vociferaba el funcionario de la GNB.
Luisa Freitez, quien vive en Catia La Mar, le respondía: «en mi comunidad no llegó esa información porque en el consejo comunal no saben nada y en un sector cercano nos dijeron que tenían solo 5 cupos ¿cómo van a dar cinco cupos para toda una comunidad de gente que está enferma de diferentes cosas?».
Freitez sufre de hipertensión y quiere saber si en el buque le pueden dar los medicamentos. «No me importa si las medicinas son chinas, yo necesito mi tratamiento».
Los funcionarios de la GNB insisten en que la lista es solo una manera de ayudarlos pero no significa que vayan a entrar porque los que están dentro llegaron en autobuses organizados por cada comunidad. Y así, hoja blanca en mano, se limitan a anotar nombre, apellido, cédula, patología y número de teléfono. «El teléfono es importante porque si no pueden atenderlos hoy los van a llamar para que vengan después». Faltan 15 minutos para el mediodía, hay amenaza de lluvia y apenas comienzan a rearmar la nueva lista.
– Mi abuela tiene pie diabético y necesita urgente su tratamiento-
-Tengo una hernia umbilical que me está matando del dolor-
-A mi me operaron de un tumor y estoy perdiendo la visión del ojo izquierdo-
-Tengo siete meses de embarazo y tengo que hacerme unos exámenes especiales-
-Mi bebé tiene una tos feísima y esta mañana tenía fiebre-
-Me dio una tembladera en el brazo y hace un mes que no se me quita-
-Mi nieto tiene el pie hinchadísimo y es discapacitado, debería tener prioridad-
Las cirugías electivas y las de emergencia se mezclan con tratamientos de enfermedades crónicas y se pierden entre historias de traumatismos o atención para síndromes específicos que requieren exámenes y tratamientos desaparecidos de los centros de salud locales. La urgencia se transforma en desesperación ante la respuesta de que el buque solo estará una semana.
«Si está muy grave se opera de una vez», comenta una funcionaria de la GNB que reparte agua a quienes estaban en la cola desde la madrugada. Una joven le cuenta que viene desde Catia y que vino sola porque su abuelo no puede caminar porque necesita que le hagan una operación de rodilla que cada vez está más grave porque desde que se cayó hace tres meses está esperando turno quirúrgico y no consiguen.
-Sí, claro. Si lo necesita, de una vez lo meten a quirófano- le asegura sin mucha convicción.
-¿Y cómo hago después? ¿Me lo entregan ese mismo día? ¿Dónde irá a pasar la recuperación?-
-Ah, eso no sé. Ojalá sea rápido porque ese barco se va el sábado-