La clap-tocracia del hambre, por Carlos Tablante
Maduro creó en 2016 un nuevo instrumento de control sobre los venezolanos. Las cajas de alimentos subsidiados Clap son vendidas a quienes son obligados a manifestar fidelidad a la dictadura. Dos años después, la malnutrición es cada vez mayor. Con gran dolor vemos noticias sobre la muerte de niños en hospitales a donde llegan con evidentes síntomas de desnutrición. Los que no fallecen padecen las consecuencias el resto de sus vidas.
Mientras tanto, los proveedores de las cajas Clap lucen cada vez más prósperos. Importar alimentos en vez de producirlos en el país resulta un gran negocio para ellos. Los pocos medios venezolanos independientes que aún sobreviven han venido denunciando la corrupción de los Clap y su principal proveedor. Por ello, los periodistas de ArmandoInfo debieron salir del país, víctimas del terrorismo judicial al servicio de la casta cívico-militar de Maduro.
Por supuesto, la corrupción en la importación de alimentos no comenzó con las cajas Clap. Así lo denunciamos en CuentasClarasDigital.org, hoy bloqueada en Venezuela por investigar la corrupción en el ministerio de Alimentación y CASA durante la gestión del general Carlos Osorio. La denuncia desató el terrorismo judicial del régimen contra mí y los diputados Ismael García y Carlos Berrizbeitia.
Esta semana las autoridades mejicanas ratificaron las gravísimas irregularidades denunciadas por ArmandoInfo al desarticular una red de empresas y personas mejicanas, colombianas y venezolanas acusadas de especular con la venta de alimentos para el programa Clap.
En su afán por enriquecerse, desviaron los recursos obtenidos de Venezuela para suministrar alimentos de ínfima calidad y con enormes sobreprecios dentro de una red de corrupción coordinada por los seudo empresarios colombianos Alex Saab y Álvaro Pulido, muy cercanos a Nicolás Maduro, como quedó en evidencia con la clarísima defensa que éste hizo de los mismos luego del anuncio de las autoridades mexicanas.
A través de un acuerdo reparatorio, contemplado en la Ley Nacional de Mecanismos Alternativos de Solución de Controversias en Materia Penal, la Procuraduría de México emitió dos sanciones a la red de Alex Saab: La entrega de 3 millones de dólares en efectivo al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y la prohibición de “realizar directa o indirectamente nuevas transacciones comerciales con el gobierno venezolano a través del programa CLAP”. El acuerdo fue recibido con satisfacción pero también con algunas dudas.
El acuerdo se produce luego de varios meses de investigación por parte de la Unidad de Inteligencia Financiera y la Sub-procuraduría especializada en Delincuencia Organizada mexicanas a raíz de las denuncias formuladas por medios de comunicación venezolanos y mexicanos, así como la información suministrada por Luisa Ortega Díaz y el diputado Freddy Superlano quienes viajaron hasta México en diferentes oportunidades en 2017 y 2018.
Sobreprecio y mercancías de mala calidad son las irregularidades detectadas por las autoridades mexicanas. Israel Lira, titular de la Sub-procuraduría especializada en delincuencia organizada, declaró en rueda de prensa que “este grupo de empresas y personas físicas mexicanas y extranjeras han obtenido recursos desviándolos de sus fines humanitarios para en cambio adquirir alimentos y especular comercialmente con ellos, aprovechándose de la carestía alimentaria que aqueja a Venezuela”. Por su parte, Luis Alfonso de Alba, subsecretario del Ministerio de Relaciones Exteriores dijo que “algunos de los productos exportados desde México -principalmente leche y derivados- eran de muy baja calidad”, confirmando así una investigación del portal ArmandoInfo.
Las irregularidades cometidas, como la asociación para delinquir, el sobreprecio y el fraude con alimentos de primera necesidad, como es el caso de la leche, requerirían penalidades más contundentes
El pago en efectivo de la multa de 3 millones de dólares también resalta. ¿Recibirá la agencia de la ONU – Acnur- dinero contante y sonante de un grupo de delincuencia organizada financiera que ha reconocido los delitos cometidos al firmar el acuerdo?
También resulta incongruente que no hayan sido sancionadas las empresas mexicanas involucradas – como El Sardinero – que ha vendido cientos de millones de dólares a compañías de maletín de Alex Saab, como Group Grand Limited.
La codicia sin límites pone en peligro futuros suministros del que, por ahora, y muy lamentablemente, es el programa de alimentos del que depende precariamente una parte importante de la población.
La solución al hambre no es seguir importando con grotescos sobreprecios para alimentar los bolsillos de los corruptos como lo denunciamos en el libro El Gran Saqueo.
Lo urgente es el cambio político que permita la reactivación de una economía sostenible que genere riqueza para que, en base a empleos dignos, la gente pueda comprar directamente lo que necesita en un mercado de oferta de bienes y servicios sin la nefasta intervención de un Estado propietario, dueño de todo, que abarca mucho y no resuelve los problemas sino que los empeora.