¿Es Donald Trump el unificador involuntario del Partido Demócrata?
Los demócratas, divididos ya antes de su derrota en las elecciones presidenciales, se muestran últimamente unidos. Pero no se ponen de acuerdo sobre si esto se debe a Donald Trump ni a qué papel ha jugado
DW
Melissa Byrne es una activista demócrata detenida el año pasado mientras protestaba en la Torre Trump. Vive en Filadelfia. El progresista Justin Talbot-Zorn fue jefe de personal para tres miembros del Congreso. Vive en Santa Fe. Robert Shrum es un demócrata centrista que trabajó como estratega en las campañas presidenciales de Al Gore y John Kerry. Vive en Los Ángeles.
Los tres representan diferentes líneas del Partido Demócrata, diferentes generaciones y diferentes regiones de Estados Unidos. Y los tres están de acuerdo en algo: el partido ha cerrado filas recientemente. Sin embargo, no coinciden en el papel que otorgan al presidente Donald Trump en esta nueva cohesión del partido.
«Más audaz y más fuerte»
«Trump es el unificador involuntario del Partido Demócrata», afirma Shrum, que ahora dirige dos centros de investigación política de la Universidad del Sur de California, en entrevista con DW. Haber unido a un Partido Demócrata dividido, ya antes de la amarga derrota en las elecciones presidenciales, entre un campo centrista representado por la candidata presidencial Hillary Clinton y un campo progresista, representado por su principal rival, Bernie Sanders, no es una hazaña pequeña.
Trump, simplemente por ser presidente, está lográndolo sin pretenderlo, explica Talbot-Zorn a DW. «Hay más cohesión de la que hemos visto en cualquier momento en la historia reciente», coincide. Melissa Byrne, si bien está de acuerdo en que el Partido Demócrata se ha unido a pesar de los desacuerdos persistentes en algunos temas, rechaza asignar al presidente Trump cualquier papel en el proceso.
«Después de ‘Ocupa Wall Street’, la gente del Partido Demócrata y afines se hicieron más y más fuertes en nuestra organización», explica. «Creo que nuestro trabajo se habría acelerado sin importar el presidente, así que me niego a otorgarle ese mérito al nacionalista blanco de la Casa Blanca». Como ejemplo de la unidad del partido, los tres citan la reforma sanitaria y la política de precios en las matrículas universitarias, temas en los que el partido no se ponía de acuerdo, y ahora sí lo hace.
Nueva postura sobre Arabia Saudí
En política exterior, la postura sobre la guerra de Arabia Saudí en Yemen es también un ejemplo de este nuevo consenso, sostiene Talbot-Zorn. Anteriormente, solo unos pocos demócratas progresistas y algunos republicanos presionaban a la administración Trump para que pusiera fin a su apoyo a la guerra saudí en Yemen. «En los últimos dos meses, tiene a todos los líderes relevantes del Partido Demócrata, al menos en la Cámara de Representantes, apoyando una resolución conjunta para retirar el apoyo a cualquier operación de combate en Yemen», afirma Talbot-Zorn. «Eso es un gran cambio».
Y si bien una parte clave de ese cambio es atribuible al asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi, que era residente en Estados Unidos, «también han contado las acciones de Trump y el hecho de que su administración ha creado más que un sentido de cohesión ideológica entre los demócratas».
A través del espectro
Pero su reciente convergencia en algunos temas no significa que los demócratas, tradicionalmente un gran paraguas con espacio para una extensa variedad de facciones y grupos, corran el peligro de convertirse en un grupo político monolítico. Eso resulta evidente en las respuestas a si el giro del partido respecto a la asistencia sanitaria y a los costes de las matrículas universitarias representan un viraje hacia la izquierda.
Byrne y Talbot-Zorn dicen que sí; Shrum, que no. Argumenta que los medios de comunicación tienden a poner demasiado énfasis en las divisiones del partido. En la atención médica universal, por ejemplo, las encuestas han mostrado el apoyo popular, lo que, según él, demuestra que es una cuestión de interés general y no un problema de izquierdas o derechas.
Byrne sí ve un viraje a la izquierda. «Hay gente en el partido que es super progresista y otra que no lo es, pero creo que como coalición estamos entrando más en la parte progresista». Para Talbot-Zorn , la inclinación a la izquierda es fruto de la actual situación política. Obama había intentado durante bastante tiempo, aunque sin éxito, trabajar con los republicanos en ciertos temas. En la era Trump, explica, los demócratas aprendieron muy rápido que eso no era una opción.
Shrum está de acuerdo en que Trump es un anuncio andante para los demócratas. «Trump envía un mensaje todos los días que ayuda a movilizar a los demócratas e impulsa a los votantes», afirma.
Perspectivas de futuro
Pero, ¿cuánto tiempo durará esta nueva unidad en el partido? Eso depende de cómo se mire. Si los demócratas recuperan la Cámara de Representantes, de lo que tiene claras posibilidades, es muy probable que diseñen una plataforma coherente de política de oposición a Trump y una manera unificada de tratar con él.
Pero con el inicio de la campaña presidencial en 2020, poco después de estas elecciones de medio término, los candidatos demócratas buscarán individualmente diferenciarse del resto. Esta será la etapa en la que es probable que vuelvan a surgir desacuerdos sobre el rumbo del partido, explica Shrum. «Estas discusiones internas se pelearán en 2020 y no en 2018», protesta.