Sanciones de EEUU no son retroactivas, la economía ya venía en caída libre (y III)
Maduro insiste en que la hiperinflación y la recesión son producto de una guerra económica y de las sanciones decretadas por EEUU. Sin embargo, el deterioro de la economía comenzó en 2013 y desde entonces la caída no se detiene
La situación económica del país ha empeorado con las sanciones individuales y financieras que decretó el gobierno de Estados Unidos contra funcionarios venezolanos y Pdvsa. Estas medidas buscan limitar a Nicolás Maduro el manejo de los ingresos en divisas, recursos que por cierto comenzaron a caer por la merma de la producción petrolera, principal motor de la economía.
Las autoridades monetarias y financieras, así como funcionarios gubernamentales han achacado a las sanciones y a la guerra económica de ser los responsables de la actual crisis económica y social, el país sufre desde hace varios años de un constante aumento en los precios de los bienes y servicios, de escasez generalizada y de recesión. Varios análisis sobre la crisis afirman que las sanciones no tienen efecto retroactivo, como para haber afectado a la economía.
La última vez que la economía venezolana tuvo su mejor desempeño fue en el cuarto trimestre de 2012 cuando creció 5,5%; pero a partir del primer trimestre de 2013 comenzó su declive en 0,8%. Durante todo 2013 el resultado de la actividad económica fue pobre, sin embargo, desde los tres primeros meses de 2014 se inició el declive al finalizar este período en -5,2%.
De acuerdo a la última data oficial publicada por el Banco Central de Venezuela (BCV) sobre el Producto Interno Bruto (PIB), durante el tercer trimestre de 2015 se reflejó igualmente una caída de 7,1%.
Aunque en febrero y marzo de 2015 se decretaron las primeras sanciones de EEUU, éstas fueron dirigidas hacia los funcionarios del gobierno de Maduro. Durante el año 2017, los decretos también castigaron a los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y al propio Maduro y a los constituyentes tras la celebración de la Asamblea Constituyente.
No es sino hasta marzo de 2018 cuando el Departamento del Tesoro comienza a decretar sanciones financieras y en ese entonces, el PIB venezolano ya había cumplido 16 trimestres de caída libre. Hasta finales de ese año, se había perdido 60% del tamaño de la economía.
Durante el pasado año, EEUU prohibió a sus ciudadanos norteamericanos transar con la moneda digital petro en nombre del gobierno de Venezuela, actualizó su lista de personas con cuentas bloqueadas, inició una nueva ronda de sanciones personales en contra de funcionarios venezolanos y contra las exportaciones de oro de Venezuela.
«Es un hecho que no estamos en la lista de los 13 países que más han crecido en el mundo. Venezuela no tiene estabilidad macroeconómica, ahorro ni inversión; tampoco un mercado que funcione ni liderazgo creíble, capaz y comprometido. Está en un camino deteriorado pero también va en la dirección contraria», sostiene el director de ODH Consultores, Richard Obuchi
Recalcó que el modelo de gestión económica de los últimos 20 años se ha caracterizado en que se ha privilegiado el poder, el control, en el que el gobierno interviene las variables mas fundamentales de funcionamiento de la economía. Además de aplicar una planificación central y de control burocrático con consecuencias negativas para el funcionamiento de la administración pública.
«Un sistema que por la vía del control ha rechazado la iniciativa privada y ha privilegiado el control por pare del gobierno de las actividades económicas, con las expropiaciones, las nacionalizaciones y los controles, generando discordia y desconfianza», destacó Obuchi.
¿EEUU o Pdvsa?
Evidentemente que la recesión económica del país que cumplió cinco años, obedece en gran medida al desplome de la producción de Pdvsa. Los problemas internos de una industria altamente endeudada, con un pobre flujo de caja debido al pago de deuda con crudo y los convenios con Petrocaribe, con una caída en las inversiones, falta de mantenimiento en las refinerías, poco personal capacitado y la renuncia masiva de trabajadores, impactaron negativamente en el número de barriles de crudo que el país exporta al mundo.
Al hacerse un recuento de cómo han sido los resultados de la producción petrolera en los últimos años se observa que Pdvsa comenzó a exportar menos crudo desde el 2000 cuando se obtuvo 3,2 millones de barriles diarios. A partir de ese entonces se mantuvo en un promedio de 2,5 millones de bd hasta el 2014 cuando se produjo 2,4 millones de bd.
En 2016 se inicia el desplome al exportar la empresa estatal unos 1,6 millones de bd y llegar a finales de 2018 en 1,3 millones de bd
Es en agosto de 2017 cuando el Departamento del Tesoro de EEUU prohíbe a sus ciudadanos hacer operaciones con bonos de deuda de Pdvsa y de la República. Pero aún no se habían emitido sanciones que impidieran a la petrolera estatal importar insumos a empresas norteamericanas y que afectara la operatividad de la industria, lo que sí ocurrió a principios de 2019.
El descalabro financiero de Pdvsa se inició en 2013 a pesar de contar con un precio del petroleo que llegó a estar en $100 el barril, analistas explican que desde ese momento se comenzó a descapitalizar la industria y con ello la producción de petroleo descendía.
«El diagnóstico de la República era evidente, crisis de balanza de pagos y crisis fiscal. La primera por caída del ingreso petrolero y la segunda por que la caída del ingreso petrolero se expresaba en una baja importante de los ingresos fiscales para marcar un déficit que en marzo 2013 se situaba en 18% del PIB y era solo el comienzo«, destaca Cedice en un informe.
*Lea también: Escasez ya estaba instalada cuando llegaron las primeras sanciones (II)
De ser una de las exportadores de petróleo más importantes del mundo, Pdvsa es hoy importadora neta de hidrocarburos diversos para la producción de combustibles, aceites, además de la importación de crudos livianos para mezclar los extras pesados de la Faja del Orinoco. «Al debilitarse y reducirse la producción de crudos mejorados por procesamiento y tener que atender las obligaciones con importaciones de crudos, los cuales se adquieren a precios superiores del crudo procesado que va a Citgo, se amplían los márgenes de costo y en consecuencia se redujo el ingreso por exportaciones».
Histórica hiperinflación
Venezuela siempre tuvo problemas para contener los precios de los bienes y servicios. La estabilidad que mostró durante muchos años se tambaleó a partir del famoso «viernes negro» cuando el expresidente Luis Herrera Campíns devaluó el bolívar. Otro tanto ocurrió durante el segundo gobierno de Rafael Caldera, que luego de la gran emisión de dinero que hizo el BCV para cubrir la crisis bancaria, la inflación avanzó hasta tres dígitos (103%) en 1996.
Durante las dos gestiones de Hugo Chávez, el índice mantuvo un rango de entre 12,3% y 21,1%. Pero a partir de 2013 ocurre la explosión de los precios que Maduro no pudo contener y derivó en la primera hiperinflación en la historia económica de Venezuela
Los controles de precio y de cambio, la entrega discrecional de las divisas (Cadivi), la cada vez más altos y nuevos impuestos, la confrontación hacia el sector privado, la intervención del Estado en roles comerciales, las expropiaciones y las estatizaciones, el ingreso de los militares en la gerencia de empresas públicas y en los ministerios, un BCV sin autonomía y el gasto público excesivo, fueron el caldo de cultivo para eliminar la cierta estabilidad que tuvo Chávez en su primer gobierno con la inflación.
Maduro no ejecutó las medidas cambiarias, fiscales y monetarias necesarias para detener el alza de los precios, pero también tomó decisiones que exacerbaron los problemas que impulsan la inflación. El gobernante incrementó la política de fiscalización en contra de la industria y el comercio, por lo que la escasez de bienes se exacerbó; hizo constantes aumento de sueldo y pagó bonos que generaron un alza también histórica de la liquidez monetaria, creó más impuestos que llevó al cierre de empresas debido a las pérdidas.
Durante el primer año (2013) de su gobierno, la tasa de inflación avanzó a 51,5%, pasando en 2015 a 180,8% según última data oficial publicada por el BCV; las estimaciones de organismos multilaterales como el Banco Mundial, la Cepal y el FMI, así como la Asamblea Nacional revelan que el índice escaló a 2.616% en 2017, para ingresar Venezuela oficialmente a la lista de las naciones que han sufrido hiperinflación. Este fenómeno continuó en 2018 al alcanzar -según cálculos del Parlamento- un aumento de 1.698.488,2%, una cifra nunca vista en el país.
Todo este deterioro de los principales indicadores macroeconómicos que comenzó a partir de 2012 y el cual ha continuado hasta la fecha, no solo en el plano económico sino también en el político y el social, llevaron además a que el país sufra de otro fenómeno: depresión económica.