Comerciantes venden a precios “regalados” productos que están a punto de perecer
En otros negocios cobran y pagan en dólares. En una frutería en Santa Mónica, un botellón de agua costaba un dólar
María Carolina Uzcátegui, presidente de Consecomercio, señaló que ante la situación de incertidumbre sobre cuándo pueda regresar el servicio eléctrico, muchos comerciantes se han visto obligados a vender a precios prácticamente “regalados” aquellos productos alimenticios, principalmente proteína, que corren riesgo de dañarse. “Esto lo hemos visto sobre todo en algunas zonas del interior del país y en Catia, municipio Libertador”, dijo la empresaria.
Desde las 4:50 pm del día jueves 7 de marzo, el servicio eléctrico acumula más de 50 horas caído. Las pérdidas del sector comercio han sido enormes no solamente de productos perecederos sino también en cuestión de ganancias debido a la imposibilidad de pagar a través de los puntos de venta y de transferencias bancarias.
Sin embargo, ante el problema para las transacciones, también por la pérdida del poder de compra del efectivo, muchos de los negocios que han abierto han aceptado la posibilidad de que los consumidores cancelen en moneda extranjera. En una frutería situada en Santa Mónica estaban vendiendo hoy domingo, 10 de marzo, un botellón de agua por un dólar. En un llenadero de agua, ubicado en Bello Monte, también estaban cobrando en la moneda estadounidense, o si no 1.500 bolívares en efectivo o por transferencia.
“A mí me cobraron en Bello Monte un dólar por llenar dos botellones de agua. Tuve que llevarme la divisa de mi casa porque no tengo nada de efectivo”, dijo Ana Mirabal, consumidora. “Prácticamente todo el mundo está pagando y vendiendo en dólares”, añadió.
Uzcátegui afirmó que algunas personas que van a supermercados o a abastos no saben qué productos pueden comprar debido a que no tienen refrigeración en sus casas. “Otros se están aprovechando de la situación y están vendiendo bolsas de hielo en dólares. Algunos las pagan porque tienen acceso a divisas, pero es un grupo muy limitado el que tiene acceso a moneda dura”.
“Lo que vemos es que estamos llegando a un punto de desesperación. Las pérdidas materiales que se puedan tener hasta ahora son insignificantes comparadas con las pérdidas humanas en hospitales y centros de atención médica que ya no pueden soportar más tantas horas sin electricidad. Personas que están perdiendo sus medicamentos porque no tienen cómo refrigerarlos. Ya los alimentos que tenían almacenados se les está acabando y dañando a las personas. Clamamos para que esto se solucione muy pronto”, añadió la titular de Consecomercio.