La producción, víctima de la renuncia masiva de los trabajadores
Al hablar de los efectos de la migración en la industria venezolana, se debe recordar la caída en la nómina de Petróleos de Venezuela
A los problemas operativos en la industria petrolera venezolana, los cuales han impactado en la caída de la producción en más de la mitad en 10 años, se suma la salida de un importante número de trabajadores altamente capacitado, en un país que ha perdido el 10% de su población total por la migración a otras naciones, según datos de la Organización Internacional de Migraciones de la ONU.
Aunque luego de la huelga petrolera de los años 2002 y 2003 de los empleados de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y, tras el despido en cadena nacional por parte del fallecido presidente Hugo Chávez de un grupo de profesionales; no fue sino desde el año 2014 cuando la empresa comenzó a experimentar una renuncia masiva de sus trabajadores.
“Luego del retiro de 20 mil compañeros en 2003, comenzó un proceso de desprofesionalización en la industria petrolera. Empezó a crecer esta cifra y en el año 2014 llegamos con una nómina de 154 mil trabajadores”, recuerda Iván Freites, representante sindical de Pdvsa.
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Relata que en 2007 cuando se inició la expropiación de las empresas de servicios conexas a Pdvsa y a crearse los convenios estratégicos con las empresas mixtas, se incluyó un personal que no tenía experiencia en el campo petrolero. Vale recordar igualmente la creación de empresas como Pdval y Misión Vivienda afiliadas a la estatal cuyas actividades en nada tenían que ver con la industria, pero ello hizo que la nómina creciera.
“En 2014 comienza a presentarse una baja en la nómina de Pdvsa y en 2016 renuncian 5 mil trabajadores. En la petrolera estatal lo que quedan apenas son 57 mil, es decir, la nómina ha bajado en 100 mil empleados”, dijo Freites.
Afirma que apenas 12 mil trabajadores petroleros son especializados o profesionales, los cuales tienen la responsabilidad del manejo operativo en refinación. Freites asegura que el resto del personal integra una nómina paralela, de trabajadores que no son petroleros.
“En el área de refinería queda entre 8% a 10% de personal calificado, han venido cubriendo las vacantes con Chamba Juvenil, pero éstos jóvenes carecen de una formación integral y de una serie de condiciones que se requieren para un trabajador en una industria tan compleja como lo es la refinación y explotación de petróleo. Este tipo de operaciones las realizan con un personal que no tiene ni el año de servicio en Pdvsa, cuando se requiere de una experiencia de 10 años”.
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La desprofesionalización
Las causas del retiro de trabajadores de Pdvsa son diversas, acota Freites y esta situación ha hecho que la petrolera estatal haya pasado a ser una empresa exportadora a una importadora. “No hay crudo en las refinerías tenemos una caída de la producción y escasez de combustible y gas”.
De acuerdo a la información que maneja de los propios sindicatos, Freites señala que en en la refinería de Cardón-Bajo Grande en el estado Zulia, una de las más importantes del país por su capacidad de refinación (310.000 barriles diarios) quedan unos 2.500 trabajadores, en la Faja Petrolífera del Orinoco unos 3.000, mientras que en el estado Falcón laboran unos 500, en Monagas unos 200 y en la refinería de El Palito alrededor de 100 (Anzoátegui).
“Todo el mundo huyó. En el año 2000 la producción era de 83 barriles por trabajador, hoy en día es de 7 barriles por empleado. Las retaliaciones políticas por parte de la directiva de Pdvsa y el gobierno, la búsqueda de una mejor calidad de vida en otro país y los tabuladores salariales han sido causas de la renuncia de un número significativo de trabajadores. Hoy en día un obrero con guardias gana más que un empleado con cargo de director”.
Pdvsa “está muriendo operacionalmente”, dijo en julio de 2018 un ejecutivo de la división oriental de Pdvsa a la agencia especializada Argus. “Se están cerrando más pozos de producción, la mano de obra calificada en los campos petrolíferos disminuyó en al menos 1.000 trabajadores en junio, y el mantenimiento programado continúa pospuesto”, dijo otro funcionario de la división occidental de Pdvsa.
Ya en 2016, la agencia Reuters reportaba que la situación de los trabajadores de Pdvsa comenzaba a ser tan precaria que, en Zulia, algunos vendían hasta sus uniformes para poder comer. «Todos los días viene un trabajador de Pdvsa vendiendo bragas. También venden botas, pantalones, guantes, mascarillas», relataba Elmer, un vendedor ambulante en uno de los mercados locales.
Cubrir las vacantes
“El talento que tenemos en Venezuela y que gracias a Dios tenemos en Empresas Polar, es un talento que hace la diferencia todos los días. Es verdad que muchos han migrado pero también es verdad que muchos se han quedado y se han comprometido y han dicho que mis conocimientos y mis capacidades tengo que utilizarlas para hacer el bien. En Empresas Polar tenemos una palabra muy importante: confianza, confiamos en nuestra gente, en nuestros afiliados y en nuestras habilidades y esa confianza es multiplicadora, lleva esperanza y resultados. Seguiremos trabajando a pesar de las adversidades”.
Esta fueron las palabras de Lorenzo Mendoza, presidente de Empresas Polar, durante un acto en la sede de la industria de alimentos a finales de 2018 y en donde agregó que “hemos hecho la diferencia nuevamente, hemos hecho muchísimo más que el año pasado en medio de la complejidad y las adversidades que tenemos, pero gracias a la constancia es que hemos hecho esa diferencia. También con nuestra gente que se ha adaptado y ha entendido que la palabra transformación es transformándose uno mismo”.
Además de la política de control de precios y de cambios, la baja disponibilidad de divisas para importar materia prima, la recesión económica y la caída de la demanda, las empresas privadas en Venezuela también han tenido que lidiar con la renuncia de sus trabajadores quienes en su mayoría han optado por emigrar del país. De acuerdo a cifras suministradas por Conindustria en su último informe de Coyuntura Económica presentado en 2018, el 77% de las empresas estimó una reducción en el nivel de empleo para finales de ese año.
“Muchos trabajadores han renunciado porque se han ido del país pero lo bueno es que la empresa ha contratado gente para cubrir las vacantes, pero nunca a todos los que se fueron. ¿Qué vamos a hacer? Tenemos que trabajar por los que se fueron. Por lo que hemos sabido, se ha ido como el 30% de los trabajadores”, dijo un empleado de Alimentos Polar en Caracas, quien prefirió mantener su anonimato.
Conindustria comenzó en 2017 a medir el impacto de la migración en sus empresas. Los datos revelaron que en 25% del sector industrial hubo renuncia masiva de sus trabajadores durante el primer trimestre de 2017, alcanzando un pico de 33% en el segundo trimestre de ese año. Mientras que en el tercer trimestre de 2018, el 28% de las empresas señaló de una baja en su personal.
Sin embargo, las más afectadas han sido las pequeñas empresas de las cuales el 50% indicó que la fuga de talentos ronda la mitad de su nómina.
El tema de la migración junto a las ineficiencias en la producción y el aumento de los gastos, la falta de productividad de la mano de obra y los elevados costos laborales, son los aspectos que más han impactado en la fabricación de productos en las empresas.
Un dato significativo de los estudios de Conindustria es que el tema de la migración como factor restrictivo de la producción se ha colocado por encima de factores asociados a la incertidumbre en el escenario político e institucional de la nación.
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Bonos en dólares
Para mantener a su personal, los empresarios optaron por remunerar en moneda extranjera. El proceso hiperinflacionario del país ha hecho que los venezolanos desprecien el bolívar por su baja capacidad de compra.
Bonos y salarios comenzaron a pagarse en divisas, ya sea en efectivo o en bolívares pero al tipo de cambio paralelo. Las bonificaciones han llegado a otorgarse entre 15 a 20 dólares ya sea mensual o trimestral.
De acuerdo a estudios de la consultora PGA Group el 70% de las empresas pagaron alguna bonificación salarial en moneda extranjera en 2018. “Esta estrategia tuvo un alza significativa en los últimos cinco años”, dijo Iván Acosta, director general de la consultora.
El estudio Coyuntura Organizacional 2017 revelaba que durante este período, solo el 45% había tomado esta decisión, mientras que 10% lo hicieron en 2013.