Sanciones aumentan dependencia a unas cajas CLAP cada vez más vacías
Beneficiarios que residen en Petare (barrio José Félix Rivas), La Concordia, Simón Rodríguez y Quebrada de Cúa aseguran que el subsidio no llega cada 15 días
Pocos motivos hubo para asistir ayer sábado 8 de junio a la movilización convocada por Aristóbulo Istúriz en defensa de las cajas de alimentos de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), pues beneficiarios que residen en Petare (barrio José Félix Rivas), La Concordia, Simón Rodríguez y Quebrada de Cúa denuncian que las cajas llegan con retrasos y cada vez más vacías, costosas e incluso abiertas.
Sin embargo, por la pérdida del poder adquisitivo que enfrentan millones de venezolanos que devengan menos de 1,25 dólares diarios –umbral establecido internacionalmente para ser considerado en situación de pobreza extrema–, no les queda otra que seguir dependiendo del programa bandera de Nicolás Maduro.
“El gobierno se ha aprovechado de la crisis para tratar de controlar a los venezolanos a través del estómago, y por eso en los sectores populares, sobre todo en los grupos más vulnerables, los CLAP se han convertido en una parte fundamental para poder sobrevivir en medio de la crítica situación. Lamentablemente, se ha llegado a un punto en el que muchas familias dependen de esa bolsa”, aseguró Marco Antonio Ponce, coordinador general del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS).
El economista Manuel Sutherland afirmó que las sanciones potencian la efectividad de programas de asistencia social “de índole populistas y clientelar” porque incrementan notablemente las limitaciones para importar y conseguir alimentos. “Culpar a las sanciones de la crisis no tiene ningún sentido, pero sí dificultan mucho la recuperación de la economía y deprimen más económicamente a la población, lo cual hace que haya un aumento en la dependencia social con el gobierno. No es la vida ideal. En situaciones de mayor miseria, los planes de asistencia llegan a ser incluso muy superiores a los salarios, ya que estos descienden muy gravemente”.
De acuerdo con el informe de la ONG Provea Impacto y naturaleza real de las sanciones económicas impuestas a Venezuela, elaborado por Sutherland, la caja CLAP que reparte el gobierno mediante comités chavistas de abastecimiento y que mayoritariamente es distribuida con criterios políticos, pasa a ser mucho más importante que el salario, incluso hasta 8 veces más que el mismo.
Ello potencia la efectividad clientelar de una dádiva que en situación de pobreza extrema es prácticamente el único sustento, fortalece ideológicamente al gobierno y deja a los sancionadores (y aliados opositores) en una situación en la cual la gente percibe que no hacen nada por ayudarles. El estado potencia la efectividad de su ‘ayuda’ incluso siendo está aún más reducida”, señala el informe
Más por menos
En La Concordia, en el centro de Caracas, las cajas llegan cada mes con menos productos. “Antes traían caraotas y lentejas, ahora solo viene una de las dos. Recuerdo también que recibíamos cuatro kilos de pasta y hoy día apenas uno y medio, al igual que anteriormente nos llegaban cinco kilos de harina de maíz y ahora tres. Ya no traen dos aceites sino uno solo. Y la leche viene en una presentación de menos de un kilo”, dijo Mariela Rivas, residente del sector. El 31 de mayo, ella y sus vecinos pagaron 2.500 bolívares por la caja de este mes, más 1.000 bolívares en efectivo por el transporte.
Luego de mes y medio de espera, el CLAP llegó el miércoles 5 de junio al barrio José Félix Rivas, en Petare. Los hogares recibieron dos paquetes de arroz, dos kilos y medio de pasta, un aceite, un azúcar, dos caraotas, salsa de tomate y apenas una harina de maíz. “La gente está muy molesta porque aparte de que la caja no llega cada 15 días, no trae ni la mitad de todo lo que dijo Maduro que traería. Además, llegaron abiertas y no sabemos por qué”, dijo Rosiris Hernández, líder del CLAP en el barrio.
Todos los productos que recibieron son importados, pese a que según Maduro entre 60% y 70% de los alimentos que contienen los CLAP son producidos en Venezuela. “Nunca hemos recibido productos nacionales”, afirmó Hernández, quien añadió que cada familia tuvo que pagar 6.500 bolívares, 4.000 bolívares más frente a los 2.500 bolívares que cobran en otras comunidades.
A pesar de que vivimos en una zona popular, nos pusieron a pagar 6.500 bolívares. A algunos hogares les costó un mundo pagarlos, y más a las familias que por el número de miembros reciben dos cajas y tuvieron que dar 13.000 bolívares. Hay personas que están pasando trabajo”
En José Félix Rivas les informaron que pronto tendrán que buscar las cajas en un centro de acopio por la falta de transporte para trasladarlas al barrio, método que ya fue implementado en la comunidad de Simón Rodríguez, donde los consejos comunales, que ahora venden café, harina y panes, dejaron de entregarlas en los edificios. Ahora los beneficiarios tienen que ir a un centro de acopio, lleno de imágenes del fallecido Hugo Chávez y de Maduro, para retirarlas.
El sábado 1° de junio, las familias pagaron 2.500 bolívares por unas cajas que trajeron seis paquetes de arroz, una leche, un litro de aceite, dos kilos de azúcar y dos empaques de frijoles chinos. En septiembre de 2016, cuando la comunidad recibió el CLAP por primera vez, les llegaron aproximadamente 11 alimentos: dos kilos de leche, seis atunes, dos kilos y medio de pasta, azúcar, dos litros de aceite, tres kilos de caraotas, tres de lentejas, mayonesa, salsa de tomate, arroz y harina de maíz precocida.
Cuando vas al centro de acopio, las cajas ya están abiertas. No vienen selladas. Te sacan los productos y te los cuentan. No sé si se los roban, todo es posible”, denunció una vecina del sector, quien solicitó el anonimato
El diputado Leandro Domínguez informó el pasado 3 de junio que vecinos del sector 1 de la Fundación CAP, en Tocuyito, estado Carabobo, denunciaron que voceros del CLAP y del consejo comunal robaron productos de las cajas. “¡Corrupción total! Fueron detenidos y luego soltados. Inaceptable”, expresó.
#Urgente Corrupción total, vecinos fundación cap 1 ámbito c #Tocuyito denuncian robo de productos por parte de los voceros @ClapOficial del sector y algunos voceros del consejo comunal, fueron detenidos y luego soltados inaceptable @Alimca_Oficial @AsambleaVE @jguaido pic.twitter.com/vSQKXxD7HU
— LEANDRO DOMINGUEZ (@ldominguezbaez) June 3, 2019
De hecho, por irregularidades en la entrega de las cajas y bolsas CLAP, venezolanos han protestado en las calles. El miércoles 5 de junio, aproximadamente 220 habitantes de la comunidad El Cambur, Carabobo, trancaron la autopista Valencia – Puerto Cabello en ambos sentidos para protestar porque recibieron las cajas con alimentos descompuestos.
Ponce afirmó que de enero a abril de este año se documentaron 611 manifestaciones por el derecho a la alimentación, incluyendo protestas por los CLAP. “Son constantes los anuncios que el gobierno hace y que al final no cumple, como la entrega cada 15 días de las cajas”, dijo Ponce.
De acuerdo con el OVCS, el año pasado se registraron 1.257 protestas para exigir el derecho a la alimentación.
Solo promesas
En mayo de 2018, Maduro prometió que la caja llegaría a los hogares cada quincena. “Debemos cumplir con estos tres millones de familias que son 12 millones de venezolanos”. Un año pasó desde entonces y lo único que realmente han recibido beneficiarios son más ofrecimientos por parte del gobernante, quien recientemente volvió a insistir por segunda vez en lo que va de 2019 en que el envío de las cajas debe realizarse dos veces al mes hacia “seis millones de familias”, cifra de hogares que dicho sea de paso Maduro elevó 100% en un año.
Al menos en José Félix Rivas, Simón Rodríguez, La Concordia y Quebrada de Cúa el gobierno no ha cumplido con lo prometido. “A pesar de que Maduro dice que la caja tiene que llegar cada 15 días, nosotros la recibimos cada mes y un poquito más. Perdimos la de mayo y nos llegó la de junio a 7.500 bolívares”, dijo una beneficiaria que reside en Cúa.
En la Gran Misión Vivienda Venezuela en Ciudad Tiuna, funcionarios, afectos al chavismo y militares y sus familias sí reciben la caja cada 15 días, aunque con muy pocos productos. El sábado 1 de junio se informó que recibieron apenas tres alimentos: arroz (seis kilos), lenteja (cuatro kilos) y harina de maíz (solo una). A pesar de que no llegó con la misma cantidad de antes, las personas tuvieron que pagar 2.500 bolívares.
Entretanto, Maduro insiste en que Estados Unidos se propone aumentar el bloqueo sobre Venezuela e impedir el ingreso al país de alimentos. “Donald Trump y los bandidos se dedican a perseguir a los CLAP para que a Venezuela no lleguen más alimentos”. “Nada ni nadie va a detener esta maquinaria de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción y le garantizo al pueblo que los CLAP van a seguir funcionando y mejorando”, dijo el gobernante el 28 de mayo.
Maquillaje perfecto
«Llegan entre 10 y 15 contenedores diarios que, de forma preferencial, van a Miranda, Caracas y Carabobo. Eso sí, traen menos productos que hace seis meses aunque sea la misma cantidad de contenedores».
La información la suministra un trabajador del galpón de empaquetado de los CLAP en Catia La Mar, Vargas, quien deja en evidencia la merma en la cantidad de productos que se destinan al programa bandera del gobierno, cuyos alcances son cada vez menores.
Refiere el trabajador que por razones obvias no revela su identidad, que para las transmisiones que realizar el Ejecutivo desde los centros de empaquetado se trasladan cajas y productos de un local a otro para que «se vea bulto»; una argucia cosmética de la que ha echado mano el chavismo desde tiempos de Aló Presidente.
Las desmejoras también alcanzan a los trabajadores de los centros de acopio y de empaquetado. «Antes nos entregaban una caja cada 15 días, ahora solo una al mes y con menos productos», señala el empleado anónimo, quien recuerda que los trabajadores portuarios -que reciben una caja semanal- se quejan por la importante merma en la cantidad y calidad de los artículos que contiene, en especial de la proteína animal (pollo, huevos o queso) que ahora brilla por su ausencia.
Con información de Rosion Figuera